lunes, 4 de marzo de 2013

El Mejor Día - Crecimiento personal-espiritual - vídeo

Al envejecer, me doy más cuenta de cuán importante es el tiempo.  Me doy cuenta de la importancia del día en que vivo.  Hoy sé lo que es posible en mi vida.  Hoy puedo ser y hacer lo que quiero. ¿Valdrá la pena? ¿Valdrá la pena mi tiempo invertido? ¿Puedo estar feliz por como vivo hoy? ¿Me estoy preparando para más adelante? ¿Me estoy preparando para mi eternidad?
Hoy, cuando desperté, me dí cuenta de que este es uno de los mejores días de mi vida. Hubo épocas en las que me pregunté si podría perdurar a través del día, pero lo logré.  Y porque lo hice,... lo voy a celebrar.  Hoy, voy a celebrar la vida increíble que he tenido hasta ahora; los logros, las muchas bendiciones, y sí, incluso las dificultades, ya que me han hecho más fuerte. Pasaré el día con la cabeza en alto. Tendré un corazón feliz. Me maravillaré con los dones sencillos de Dios: el rocío de la mañana, el sol, las nubes, los árboles y las aves.  Hoy veré todas estas maravillosas creaciones en su plenitud.
Hoy compartiré mi entusiasmo por la vida con otros.  Haré sonreír a alguien; haré reír a alguien. Iré a realizar una acción bondadosa a alguien que no conozco. Hoy le daré un cumplido sincero a alguien que se encuentre desanimado. Le diré a un niño cuán especial es. Le diré a alguien cuánto significa para mí. Hoy dejaré de preocuparme sobre lo que no tengo y daré gracias por las muchas bendiciones que son mías. Recordaré que preocuparme es una pérdida de tiempo, porque mi fe en Dios y Su plan divino garantizan que todo estará bien.
art-gracias18Y esta noche, antes de irme a la cama, saldré afuera y levantaré mis ojos a los cielos. Me quedaré maravillado ante la belleza de las estrellas y la luna, y alabaré a Dios por estos magníficos tesoros. Al finalizar el día y reposar mi cabeza en mi almohada, agradeceré al Todopoderoso Creador por el mejor día de mi vida. Dormiré el sueño del niño contento, entusiasmado con expectativas porque sé que mañana pudiera ser, sí, mi mejor día…
Bob Stoess
No cabe duda de que el autor de este pensamiento da en el blanco, al afirmar que nuestro mejor día ¡es precisamente hoy!  Si bien ayer pudimos haber experimentado muchas bendiciones, estas ya son historia y no podrán alimentar nuestras vidas, más de lo que el maná del día anterior pudo alimentar al pueblo de Israel en el desierto camino a Canaán.  La Biblia afirma que las misericordias de Dios son nuevas cada mañana, por lo que podemos estar convencidos de que cada día trae maravillosas bendiciones de parte de un Dios creativo.  Por esta razón, no tenemos por qué añorar un tiempo que pasó, cuando caminamos al lado del Salvador. 
Adelante y que Dios les continúe bendiciendo.

¿Quién Maneja tu Vida? - Reflexiones con Vídeo

//La gloria de Dios
Maneja mi vida
Con hilos de amor
Que puso en mi alma
Me lleva hasta Él
La gloria de Dios
Gigante y sagrada
Me carga en sus brazos
Alienta mis pasos
Me llena de paz y miel
Sale a jugar
Cuando me viene a ver
Y me deja ganar
En la Gloria de Dios tendré
El descanso para mis pies
Con su manto mi frío
Desaparecerá y descansaré
De la Gloria de Dios vendrá
Bendición y abundante pan
Para ti y para mí
Y a quien quiera venir
A la Gloria de Dios//

Y para quien no lo conozca
Hablo de un amanecer
De un rió de aves y un sol
Que jamás ha salido
Y que sólo saldrá para ti
De la Gloria de Dios vendrá
Bendición y abundante pan
//para ti y para mí
Y a quien quiera venir
a la Gloria de Dios//


¿Quién dice que no puedes? -Devocional

A veces estamos sumamente dispuestos para asimilar lo negativo, pero no lo positivo. Se nos hace muy fácil creer que no vamos a poder hacer algo y muy difícil pensar que sí lo podemos lograr.
En ocasiones, parece que creemos más las mentiras que el enemigo lanza a nuestra mente, que las verdades escritas e inspiradas por Dios que se encuentran en las Sagradas Escrituras.
Hay un versículo en la Biblia que es de los más populares, y sin embargo, muchas veces lo olvidamos fácilmente, que dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13.
¿Qué es lo que crees que no puedes lograr?, ¿quién dijo que no lo puedes hacer?, ¿en qué momento se te olvidó que Dios es quien te da las fuerzas para lograr todo?
Hay algo que debemos tener muy claro: nada de lo que logramos lo hacemos por nuestra propia cuenta, todo lo que logramos es porque Dios nos lo permitió y nos dio la capacidad para hacerlo. Independientemente de que creamos que así fue o no.
A veces nos jactamos de que logramos esto o aquello, olvidando que fue Dios quien nos regaló la vida en primer lugar y que sin ella nada podemos lograr.
Recuerda que no eres tú quien logra las cosas, sino Dios quien te capacita y te respalda para alcanzar las metas que te propongas.
Si los últimos días has recibido criticas negativas para lo que hacías con mucha emoción, y les creíste al pensar que no eras capaz de hacer bien eso que tanto te gusta hacer, entonces es hora de que recuerdes que es DIOS EN TI, que Él es quien te da la capacidad para lograr hacer lo que te propones.
Nunca olvides que tú eres sólo un instrumento de Dios, y quienes te critican están criticando al que te usa; por ello no prestes oídos a los comentarios que te destruyen en lugar de edificarte.
Es hora que prestes tu atención sólo a Dios, que le escuches, que creas determinante lo que Dios puso en tu corazón; esa es la única voz a la que debes obedecer ciegamente, todas las demás voces lo único que tratarán es de confundirte y hacer más difícil tu transitar hacia esa meta.
¡Levántate una vez más! ¡Cree en lo que Dios te ha prometido y no te rindas hasta verlo cumplido! Cuando Dios te llamó, vio en ti algo especial y por ello Él te dará la capacidad que precises, para lograr cualquier objetivo que ponga en tu corazón.
¡Adelante!, no prestes atención a los comentarios negativos, muchas veces influenciados por el enemigo; en su lugar cree firmemente en la Palabra de Dios que te dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13.

¡Adelante, porque en Cristo TODO lo puedes!

No seas duro contigo mismo - Mensaje


Cada error que cometemos es una muestra de lo necesitados que estamos de crecer. Si alguien no cometiera errores, sería una persona perfecta en todos los aspectos, y en ese caso estaríamos hablando de alguien que no es humano, de un fuera de serie y único en su especie; pero como es de suponer que quienes leen estos escritos son todos humanos, hechos de carne y hueso, esto va especialmente  dirigido a todos los que han/hemos cometido uno y otro error, tantos que hasta hemos perdido la cuenta.


No hacer caso a una advertencia, tomar a la ligera un consejo,  cegarnos por la rebeldía de creer que es nuestra vida y que nadie debe entrometerse en ella, nos impide ver en el mismo instante con claridad y después caemos en la cuenta, cuando ya estamos sufriendo las consecuencias de nuestros actos. Todos lo hacemos, todos ignoramos alguna vez las palabras de alguien que quería ayudarnos, creemos que, como es nuestra vida, son nuestras decisiones y es duro darse cuenta del error; pero es peor vivir sólo lamentándose de lo sucedido, en vez de levantar la cabeza, sacudirse el polvo y continuar.

No es bueno ser duro consigo mismo; vivir como si los errores no tuvieran solución es la forma mas fácil de darte por vencido, es como caer y querer quedarte tirado, como haberte equivocado de camino y querer seguir perdido y eso no ayuda en nada, porque un error se supera, no se sufre toda la vida, y las consecuencias no se aceptan como capitulación, sino que se afrontan con valentía, se vencen y se aprende de ellas. El dolor de un error es semejante al de una caída, pero siempre hay una mano que se extiende a pesar de que los demás te hayan dado la espalda; Dios permanece como el mejor de los amigos para ayudar a levantarte, para decirte: “no importa si has caído, siempre y cuando estés dispuesto a levantarte”.

El que hayas cometido uno o muchos errores no te hace mejor ni peor persona, ¿cuántas veces cae un niño cuando está aprendiendo a caminar?,: ¡muchísimas!; pero no se queda ahí tirado pensando que es malo por caerse, sino que se levanta y, sin importar lo dura que fue la caída, vuelve a intentarlo, una y cuantas veces sea necesario hasta que logra caminar, ¿cierto?. Entonces, lo que determina a una persona no es la cantidad de errores que comete, sino la fuerza que tiene para sobreponerse a cada uno de ellos.

Ser duro contigo mismo, juzgarte y restarte valor por haber cometido un error, sólo empeora tu situación. ¡Basta ya de llanto, de tristeza y de autocompasión!  Antes de ser perdonado hay que perdonarse a sí  mismo,  nada tiene que ver lo que hay alrededor de tu situación, todo empieza por ti, así que PERDÓNATE, LEVÁNTATE y ESFUÉRZATE,  pues la oportunidad de superar tus errores está esperándote.

La Liebre y El Tigre - Reflexión - vídeo

 
  
Qué gran decepción tenía el joven de esta historia; su amargura era absoluta por la forma tan inhumana en que se comportaban todas las personas. Al parecer, ya a ninguno le importaba nada de nadie.

Un día, dando un paseo por el monte, vio sorprendido, que una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre malherido que no podía valerse por sí mismo. Le impresionó tanto ver este hecho, que regresó al siguiente día para verificar si el comportamiento de la liebre era casual o habitual. Con enorme sorpresa, pudo comprobar que la escena se repetía: la liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre. Pasaron los días y todo era igual, hasta que el tigre recuperó las fuerzas y pudo buscar la comida por su propia cuenta.

Admirado por la solidaridad y cooperación entre los animales, se dijo: "no todo está perdido. Si los animales, son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo haremos las personas".

Y decidió vivir por sí mismo la experiencia: Se tiró al suelo simulando que estaba herido, y se puso a esperar que pasara alguien y le ayudara. Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercó en su ayuda. Estuvo así ese día y otro, y ya se iba a levantar, mucho más decepcionado que cuando comenzamos a leer esta historia, con la convicción de que la humanidad no tenía el menor remedio, cuando sintió dentro de sí todo el desespero del hambriento, la soledad del enfermo y la tristeza del abandono; su corazón estaba devastado, hasta el punto de no sentir deseos de levantarse. Entonces, allí, en ese instante, lo oyó... ¡Con qué claridad, qué hermoso!, una hermosa voz, muy dentro de él le dijo:
  "Si quieres encontrar a tus semejantes, si quieres sentir que todo ha valido la pena, si quieres seguir creyendo en la humanidad para ver a tus semejantes como hermanos, deja de hacer de tigre y simplemente sé la liebre". 

Habitualmente estamos acostumbrados a hacer sólo lo que nos gusta, y como la solidaridad exige sacrificio, lo normal es que lo dejemos para otro momento que difícilmente llegará.
Pensemos si estamos dispuestos a hacer el bien, no importando en qué estado de ánimo estemos ni las ganas que tengamos. Siempre hay dos posibilidades: hacer las cosas por y para nosotros o por y para los demás.

Si obramos por amor, buscaremos siempre agradar a Dios y a los demás. El gran peligro de la vida es vivir para nosotros olvidándonos que hemos de vivir por amor.