martes, 31 de marzo de 2020

¿Cuál es la diferencia entre el Arrebatamiento y la Segunda Venida?

El Arrebatamiento y la Segunda Venida de Cristo frecuentemente son confundidos. A veces es difícil determinar si un versículo de las Escrituras se está refiriendo al Arrebatamiento o a la Segunda Venida de Jesucristo. Sin embargo, al estudiar la profecía bíblica sobre los últimos tiempos, es muy importante diferenciar entre las dos.

El Arrebatamiento se producirá cuando Jesucristo regrese para llevarse a Su iglesia (todos los creyentes en Cristo) de la tierra. El Arrebatamiento está descrito en 1 Tesalonicenses 4:13-18 y 1 Corintios 15:50-54. Los creyentes que hayan muerto tendrán sus cuerpos resucitados, y junto con los creyentes que aún vivan, se encontrarán con el Señor en el aire. Esto ocurrirá en un momento, en un abrir y cerrar de ojos. 

Resultado de imagen de ¿Cuál es la diferencia entre el Arrebatamiento y la Segunda Venida?La Segunda Venida se producirá cuando Jesucristo regrese para vencer al anticristo, destruir el mal y establecer Su Reino Milenial. La Segunda Venida se describe en Apocalipsis 19:11-16.

Las diferencias, importantes, entre el Arrebatamiento y la Segunda Venida son las siguientes:

(1) En el Arrebatamiento, los creyentes se encontrarán con el Señor en el aire (1 Tesalonicenses 4:17). En la Segunda Venida, los creyentes regresarán con el Señor a la tierra (Apocalipsis 19:14).

(2) La Segunda Venida ocurre después de la gran y terrible Tribulación. El Arrebatamiento ocurre antes de la Tribulación (Apocalipsis 3:10).

(3) El Arrebatamiento es el traslado de los creyentes de la tierra 
como un acto de liberación (junto a los del cielo que resucitarán primero) (1 Tesalonicenses 4:13-17; 5:9). La Segunda Venida es quitar a los incrédulos como un acto de juicio (Mateo 24:40-41).

(4) El Arrebatamiento será “secreto” e instantáneo (1 Corintios 15:50-54). La Segunda Venida será visible para todos (Apocalipsis 1:7; Mateo 24:29-30).

(5) La Segunda Venida de Cristo no ocurrirá hasta después de que ciertos otros eventos del fin de los tiempos tengan lugar (2 Tesalonicenses 2:4; Mateo 24:15-30; Apocalipsis capítulos 6-18). El Arrebatamiento es inminente y puede suceder en cualquier momento (Tito 2:13; 1 Tesalonicenses 4:13-18; 1 Corintios 15:50-54).

¿Por qué es importante observar la diferencia entre el Arrebatamiento y la Segunda Venida de Cristo?

(1) Si el Arrebatamiento y la Segunda Venida fueran un mismo evento, los creyentes tendrían que pasar por la Tribulación (1 Tesalonicenses 5:9; Apocalipsis 3:10).

(2) Si el Arrebatamiento y la Segunda Venida fueran un mismo evento, el regreso de Cristo no es inminente…. Después, m
uchas cosas deben ocurrir antes de que Él regrese a la tierra (Mateo 24:4-30).

(3), En ninguno de los capítulos 6 al 19 del Apocalipsis, en ninguna parte de ellos (a
l describir el período de la Tribulación) se menciona a la iglesia. Durante la Tribulación, también llamada “el tiempo de angustia para Jacob” (Jeremías 30:7), Dios dirigirá nuevamente Su principal atención sobre Israel (Romanos 11:17-31).

El Arrebatamiento y la Segunda Venida de Jesucristo son eventos similares pero diferentes y separados. Los dos implican el regreso de Jesús. Ambos son eventos del fin de los tiempos. Sin embargo, es de crucial importancia reconocer las diferencias. En resumen, el Arrebatamiento es el regreso de Cristo en las nubes para trasladar a todos los creyentes de la tierra antes del tiempo de la ira de Dios. La Segunda Venida es el regreso de Cristo a la tierra, para poner fin a la Tribulación y para vencer al anticristo y su malvado imperio mundial.



Mi alma tiene sed de Dios

Salmo 42
Necesitamos tener sed de la presencia de Dios. En muchas ocasiones en nuestras vidas empezamos a ceder, nos empezamos a desanimar; ocasiones en las que la llama de la pasión que ardía en nosotros parece apagarse más y más, ya no oramos con frecuencia, decimos constantemente la infaltable excusa “es que no tengo tiempo”, dejamos relegado el servicio a Dios y nos ocupamos de cosas vanas, olvidando quién es el que nos ha salvado y nos ha guiado por camino de bendición y de vida.
Somos muy propicios en juzgar a los israelitas por su ingratitud frente a Dios, pero no nos damos cuenta de que no somos tan diferentes de ellos. Se dice que aquél que no conozca una historia está condenado a repetirla; bueno, pues no repitamos la historia de un pueblo que, teniendo la maravillosa oportunidad de tener la palabra de Dios por profetas que pudieron ver Su grandeza, que eran escuchados por Dios cuando necesitaban libertad y salvación, decidieron olvidarse de Él y sufrieron consecuencias funestas por su decisión.
Resultado de imagen de Mi alma tiene sed de DiosLa gratitud hace referencia a recordar. En el Salmo 42 se ven referencias a esto en los versículos 4 y 6. Es necesario recordar y tener presente en nuestras mentes, las obras que Dios ha hecho en nosotros para alabarlo, y tener fortaleza y seguridad en todo momento; el día que lo olvidemos, estaremos renunciando a vivir.
No podemos olvidar, no podemos olvidar todas las cosas maravillosas que hemos visto, que hemos oído, que hemos vivido; no podemos olvidar la magnífica salvación que tenemos ni la esperanza que nos da aliento para levantarnos cada mañana.
No puedes desanimarte, no puedes darte por vencido, no cuando hay algo tan grande adelante. Muchas son las cosas que nos quieren alejar de la verdad: los pensamientos, palabras hirientes de alguna persona, darse cuenta que una persona no es quien dice ser, etc. Ten presente que nuestra lucha no es contra personas sino contra entes espirituales que buscan desanimarnos y apagar el fuego que hay en nosotros.
En el Antiguo Testamento, se explica que era una orden de Dios que la lámpara del Templo no se podía apagar y tenía que ser avivada por el sacerdote constantemente. Nosotros somos el templo de Dios y no podemos dejar que la Lámpara del Espíritu Santo se apague. En Apocalipsis Jesús le dice a una de las iglesias “He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.” Apocalipsis 3:11. Retengamos la fe, retengamos el primer amor, retengamos la esperanza a la cual fuimos llamados, que NADIE robe nuestra corona.

La Dignidad del Trabajo

Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios”. 1 Tesalonicenses 2:9 
Para el hombre, el trabajo es muy importante y necesario. El trabajo dignifica a la persona, que logra su sustento a través de su esfuerzo. Dignifica porque a semejanza de Dios, modificamos la creación. No es que creemos algo de la nada, sino que somos partícipes del acto creador infundiendo una forma y una finalidad a los objetos. Con los dones que recibimos de Dios, modificamos nuestro entorno y logramos nuestro alimento. Pero también crece nuestro espíritu, que se hace más esforzado y se acostumbra a las dificultades.
Resultado de imagen de La Dignidad del TrabajoPor eso el apóstol Pablo recuerda a los hermanos de la comunidad de Tesalónica su propio trabajo y fatiga. Trabajaba de noche y de día para no depender de los cristianos, sino ganar su sustento mientras a la vez les llevaba el Evangelio.
Es lo que deberíamos imitar nosotros, la prédica del Evangelio sin dejar por eso de trabajar y santificar nuestro lugar de trabajo. Lo contrario podría debilitar nuestro espíritu, haciéndonos cómodos y dados a los pensamientos ociosos.
Cuando Pablo le habla a la misma comunidad en otra ocasión, les dice: “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entrometiéndose en lo ajeno.” (2 Tesalonicenses 3:10-11)
La falta de ocupación honesta, provoca que nuestro espíritu divague y pierda su firmeza. Nos empezamos a dedicar a lo superfluo, y así nos sobra energía. Nos empiezan a interesar los comentarios, las charlas sin sentido, los chismes, los escándalos.
Todo esto nos aleja de la Palabra de Dios. En ella vemos que los verdaderos hombres de Dios se dedicaron a predicar, pero sin dejar de ser útiles a los hermanos con su trabajo.

lunes, 30 de marzo de 2020

¿Qué quieres enseñarnos, Señor?

Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: «Yo soy Jehová, Dios tuyo, que te enseña para tu provecho, que te encamina por el camino que debes seguir. ISAÍAS 48:17 

Si nos preguntaran este día ¿qué es para usted este tiempo de pandemia y de cuarentena?, ¿qué responderíamos? Quizá algunos dirían que es un tiempo de aflicción, otros quizá dirían que es un tiempo de prueba, otros que es un tiempo de reflexión, etc,. Todo esto es verdad, pero, principalmente, de parte de nuestro Dios es un tiempo de aprendizaje. Mas, ¿qué quiere enseñarnos el Señor por medio de esta pandemia? ¿Qué quiere Dios que aprendamos en este tiempo? 

I) QUE APRENDAMOS A SER PACIENTES. 
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia (Romanos 5:3)
Señor ¿Qué Quieres que Yo haga? - Pedro Guzmán | La Fe CatólicaEstamos viviendo el tiempo de la cultura de la inmediatez, de las redes sociales, de las comunicaciones, internet.... Ello hace que para nosotros, todo sea no solamente para ahora, sino para YA. La cultura de la inmediatez nos ha llevado como cristianos a querer darle órdenes a Dios, a creer que la fe es hacer que Dios haga lo que queramos cuando nosotros decimos. 
Pero en la Biblia podemos darnos cuenta que la paciencia siempre ha sido algo muy importante en la relación de Dios con el hombre: vemos cómo en el tiempo de Noé después de los 40 días de diluvio, tuvieron que esperar 150 días para que las aguas bajaran de nivel para salir del arca. Vemos cómo Abraham esperó 25 años para que la promesa de tener un hijo se hiciera realidad. Vemos cómo el pueblo de Israel esperó 430 años para ser liberados de Egipto. Vemos también cómo el pueblo de Israel tuvo que pasar 40 años en el desierto para entrar a la tierra prometida. 

Nos damos cuenta que Dios siempre le ha enseñado a su pueblo a ser pacientes, a esperar en Él, pero desgraciadamente para nosotros, la paciencia no es una aplicación que se pueda bajar por medio del móvil, la paciencia es producida cuando nuestra fe se pone a prueba. 
Dios en este tiempo de pandemia, le ha puesto una pausa a nuestra vida, y tenemos que ser pacientes, tenemos que aprender a esperar y confiar que el tiempo de Dios es perfecto, que Él tiene un propósito, que Él sabe lo que está haciendo. 

domingo, 29 de marzo de 2020

Lecciones de Dios en los tiempos de angustia

Jesús ora en Getsemaní
39 Salió y se fue, como solía, al Monte de los Olivos; y sus discípulos lo siguieron. 40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo:
—Orad para que no entréis en tentación.
41 Se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra, y puesto de rodillas oró, 42 diciendo: «Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.»
43 Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo. 44 Lleno de angustia oraba más intensamente, y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.
45 Cuando se levantó de la oración y fue a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza; 46 y les dijo:
—¿Por qué dormís? Levantaos y orad para que no entréis en tentación. LUCAS 22:39-46 
Las 114 mejores imágenes de Dios de lo imposible | Dios, Frases ...
El mundo está viviendo tiempos de angustia; eso lo estamos viviendo cada uno de nosotros a nivel personal y familiar, y lo vemos también por medio de las noticias, a nivel mundial. Hay angustia a causa de esta pandemia que cada día vemos que avanza más y más, aparentemente de forma imparable. Ya hay personas que expresan su angustia y dicen que “si no me mata el virus, me va a matar la angustia…”, y la pregunta que surge en el corazón de cada uno de nosotros es ¿Cómo podemos superar estos tiempos de angustia? 

La respuesta siempre está en la palabra de Dios, en la Biblia. En el texto anterior, se nos narra uno de los momentos más angustiosos de la vida de los discípulos y sobre todo de nuestro Señor Jesús, el momento en el que comenzaba el proceso de sufrimiento y dolor que terminó en la cruz del calvario. De este texto podemos tomar algunas lecciones muy importantes para nuestra vida, sobre cómo poder enfrentar y superar, con la ayuda del Señor, este tiempo de angustia que estamos viviendo. 

Analicemos el texto y tomemos lecciones para nuestra vida: 

I) PRIMERA LECCIÓN: LOS TIEMPOS DE ANGUSTIA TAMBIÉN SON TIEMPOS DE TENTACIÓN PARA NUESTRA VIDA (Verso 39).
No nos equivoquemos, satanás no está en cuarentena, él no se queda en casa. Satanás, aun en este tiempo de angustia, anda como león rugiente buscando a quien devorar. En estos tiempos de angustia tenemos que orar más y fortalecer nuestra comunión con Dios, pues una de las estrategias del enemigo es llenar nuestro corazón de temor, de tristeza y de desánimo (versos 45-46). En tiempos de angustia satanás nos ataca con pensamientos y cuestionamientos contra Dios como, ¿Por qué Dios no para ya esto? Si Dios nos oye ¿Por qué en lugar de cesar, la pandemia sigue avanzando más y más? ¿Por qué Dios permite que le esté pasando esto a mi familia? Nosotros debemos orar y confiar, pues nuestro Dios sabe lo que está haciendo, confiar en que Dios tiene un buen propósito en todo lo que está ocurriendo, que Dios está con nosotros. 

sábado, 28 de marzo de 2020

¿Cuáles son las Cuatro Leyes Espirituales?

Resultado de imagen de ¿Cuáles son las Cuatro Leyes Espirituales?Las Cuatro Leyes Espirituales son una excelente manera de compartir las buenas nuevas de la salvación disponible por la fe en Jesucristo. Es una manera sencilla de organizar la información importante del Evangelio en cuatro puntos.

La primera de las Cuatro Leyes Espirituales es "Dios le ama y tiene un plan maravilloso para su vida". 

Juan 3:16 nos dice, "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna". Juan 10:10 nos da la razón por la que vino Jesús. "He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia". ¿Qué nos impide experimentar el amor de Dios? ¿Qué nos impide tener una vida abundante?

La segunda de las Cuatro Leyes Espirituales es, "La humanidad está contaminada por el pecado, y por tanto está separada de Dios. Como resultado, no podemos conocer el maravilloso plan de Dios para nuestras vidas"

Romanos 3:23 afirma esta información, "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios". Romanos 6:23 nos da las consecuencias del pecado, "Porque la paga del pecado es muerte". Dios nos creó para que tuviésemos comunión con Él. Sin embargo, la humanidad trajo el pecado al mundo y, por tanto, está separada de Dios. Hemos arruinado la relación que Dios quería que tuviéramos con Él. ¿Cuál es la solución?

La tercera de las Cuatro Leyes Espirituales es, "Jesucristo es la única provisión de Dios para nuestro pecado. A través de Jesucristo, nuestros pecados son perdonados y se restaura una verdadera relación con Dios"

Romanos 5:8 nos dice, "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros". 1ª Corintios 15:3-4 nos dice lo que necesitamos saber y creer para ser salvos, "…que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras, y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras…" En Juan 14:6, Jesús mismo declara que Él es el único camino a la salvación, "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí". 
¿Cómo puedo recibir este maravilloso don de la salvación?

La cuarta de las Cuatro Leyes Espirituales es la respuesta a esta pregunta. "Debemos poner nuestra fe en Jesucristo como Salvador, a fin de recibir el don de la salvación y conocer el maravilloso plan de Dios para nuestras vidas". 

Juan 1:12 describe esto para nosotros, "Mas a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios". Hechos 16:31 lo dice muy claro, "¡Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo!" Somos salvos solamente por gracia, solamente a través de la fe, y solamente en Jesucristo (Efesios 2:8-9).

Si usted quiere confiar en Jesús como su Salvador, dígale a Dios las siguientes palabras. ¡Decir estas palabras no le va a salvar, pero sí, el confiar en Cristo! Esta oración es simplemente una manera de expresar a Dios su fe en Él, y agradecerle por proveerle su salvación. — "Dios, sé que he pecado contra ti y merezco el castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, y a través de la fe en Él yo puedo ser perdonado. Me aparto de mi pecado y pongo mi confianza en Él para la salvación. ¡Gracias por Tu maravillosa gracia y perdón – el don de la vida eterna! En el nombre de Jesús, ¡Amén!"



Lo que siembres... cosecharás. Ley de causa y efecto

"No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo
que el hombre sembrare, eso también segará". Gálatas 6:7

Su hijo lo lleva hasta la cochera y le dice: -"Papá, mira, acabo de romper el espejo de tu coche". 

Tú le respondes: -¿Le diste con esa piedra, verdad? 
-"Sí". 
-"Entonces tendrás que comprar un espejo nuevo". 

Este tipo de enseñanzas hará que sus hijos aprendan sobre el principio de la ley de causa y efecto, y les estará dando una lección que les evitará consecuencias graves en el futuro. Nuestro Padre celestial inventó esta ley para que aprendamos la forma correcta de hacer las cosas. Con cada una de las acciones y decisiones que tomamos, estamos determinando el tipo de cosecha que vamos a recoger. Adán y Eva, estando aún en el Jardín del Edén, prefirieron no hacer caso al consejo de Dios, y por esta razón tuvieron que pagar un alto precio; las consecuencias de su elección. El hombre, tarde o temprano cosecha lo que siembra
Ahora bien, Dios no es un ser sancionador que está esperando agazapado que nos equivoquemos para cobrarnos. Es un Padre de Amor, y nosotros sus hijos, que si nos dio libre albedrío es para que elijamos entre lo bueno y lo malo. Si elegimos hacer lo malo, nos corregirá por nuestro bien

Hacer el bien sin buscar el aplauso

Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.” Mateo 6:1
El Señor nos pide que no nos envanezcamos en el momento de hacer el bien a los hermanos. Aunque se puede sentir un gozo interior cuando se hace la Voluntad de Dios o se ayuda al prójimo, no debemos permitir que el diablo contamine nuestra acción con el orgullo. Porque ésta es una gran tentación, la de sentirnos mejores que los demás y querer mostrarlo a la mayor cantidad de personas posible, para que nos admiren y comenten: “qué buena persona es tal…”.
Resultado de imagen de Hacer el bien sin buscar el aplausoHacer esto es un gran error, ya que quita todo el valor de nuestra acción y nos hace un mal espiritual irremediable. Deberíamos pedir continuamente al Señor, humildad que nos permita meditar y reflexionar. Todo lo bueno que hagamos, no proviene del fondo de nuestro corazón sino de la inspiración divina.
De nosotros proceden las malas obras, fornicaciones, impurezas, malos pensamientos, ira, envidia, soberbia... Estas son las acciones que brotan de nuestro interior. Pero cuando dejamos entrar a Cristo en nuestra vida, Él actúa con poder moldeando nuestro corazón. Envía su Espíritu que nos transforma y permite que empecemos a actuar como hijos de Dios.
Por eso el Señor nos pide que no toquemos la trompeta delante de nosotros a la hora de hacer el bien. Reflexionemos en qué bueno es Dios, que nos permite adjudicarnos para justificación nuestra, las buenas obras que hacemos por su inspiración. Pero podemos perder esta recompensa si nos la adjudicamos a nuestra bondad y la pregonamos entre los hombres como propia.
Luego sí vendrá el reconocimiento de los demás. Porque no se prende una lámpara para esconderla bajo el celemín. De la misma forma, en algún momento, si es voluntad de Dios, se sabrán las buenas obras que hemos hecho. Principalmente, para servir de edificación al prójimo, llevándolo a la fe.
Por eso dice:para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.” (Mateo 6:4)
Nada habrá más en público que el Día del Juicio. Allí nuestras almas estarán desnudas ante Dios y los demás. Y allí se sabrá la medida de nuestro corazón, viendo los demás todo el bien que podamos haber hecho en secreto. Y seremos recompensados con el amor de Dios.

miércoles, 25 de marzo de 2020

¿Con qué propósito fuimos creados?

Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. 1 Pedro 2:9
¿Con qué propósito fuimos creados? 
En tanto que el espermatozoide que llevaba tu información genética y los millones de espermatozoides que, alrededor, iban protegiendo esa información que Dios había permitido que se generara, los obstáculos inhóspitos, como son los leucocitos de la mujer, el moco cervical y el PH, eran las grandes barreras para que no llegara ese emisario que llevaba tu información genética.
Resultado de imagen de ¿Con qué propósito fuimos creados?Todos aquellos se sacrificaron manteniéndote en el centro, para que nada te dañara. Y cuando finalmente encontraron el óvulo, donde debía ser depositada esa información genética y formar una unión genética especial del ser humano, entonces allí se cerró, el óvulo, después de la entrada de tu información, y así comenzó el gran proceso de la vida.
Los demás espermatozoides cumplieron su misión; protegerte. Jamás compitieron contra ti; te ayudaron a que pudieses entrar. Ellos sabían que tú tenías un propósito, y muy grande. Por eso las barreras fueron muy grandes y potentes, para que no entrases.
Y ahora que estás leyendo esta información, haces la vista gorda, e incluso te ríes de tu creador y menosprecias tu origen. Si sigues sin darle las gracias y la gloria al Todopoderoso, y decirle a Jesús que complete el ciclo ahora, que es entrar por medio de su Espíritu Santo dentro de ti al arrepentirte de tus pecados, entonces todo el proceso de fertilización habrá sido en vano.

La vida eterna

Para obtener la vida eterna tienes que reconocer y creer que Jesús murió por salvarte en la cruz, y resucitó para darte vida (Juan 3:16). Él es el único que puede hacer que entres a la vida eterna (Juan 14:6), por medio de Su sangre derramada en la cruz del calvario.

La Respuesta de Dios

Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse.” Marcos 14:32-33
A Getsemaní solo subieron tres de los doce discípulos de Jesús. A tu Getsemaní, dice Dios Padre, no van a subir todos los que te siguen. En el día de tu gloria no van subir aquellos que sanaste, ni la multitud que necesita de ti, ni la multitud a la que le multiplicaste los panes y los peces. A ese lugar donde Tú vas a ser vilipendiado, donde vas a ser prensado para sacar lo mejor de ti, no van aquellos que dicen Hosanna y que te celebran.
Resultado de imagen de La Respuesta de DiosY Cristo les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que, si fuese posible, pasase de él aquella hora. Marcos 14:34-35
Jesús oró al Padre que, si fuera posible, lo sacara de aquel problema. Hoy en día, lo que se le ha enseñado a la gente es a orar, como Jesús lo hizo en aquella ocasión, para que Dios les libre de problemas. Lo triste de esto es que, muchas veces, Dios no contesta este tipo de oración, y es la única que muchos saben hacer.

La Biblia dice que Jesús fue a orar, en el verso 36, para que Dios lo librara de lo que se aproximaba, diciendo: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; esta no es una mala oración, sin duda, pero no es la oración que se debe hacer en momentos así. Pero Jesús, complementándola, continúa diciendo “…aparta de mí esta copa; mas no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú, esa sí era la oración pertinente. Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? Cristo estaba en un momento muy difícil y duro de su vida, pero no encuentra apoyo ni siquiera en aquellos que se supone, debían estar con Él hasta el último momento. ¿No ha llegado un momento en tu vida, en el que tú no logras encontrar apoyo en nadie? Y dice la biblia, en el verso 38“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras. ¿Cuáles mismas palabras? Las que había dicho antes: Padre, si es posible, pasa de mí esta copa. Tú todo lo puedes.
Jesús se encuentra en el punto de su vida donde la promesa de Dios va a ser cumplida; la palabra que Dios había dado miles de años antes estaba a punto de ver la luz, y esa presión estaba dentro de Él.

Dios es Amor

Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8
No es posible para nosotros llegar a comprender plenamente a Dios, pues nuestra mente es limitada y Él es eterno, sublime y soberano. Pero por medio de su Palabra podemos llegar a conocerlo un poco más. 
Resultado de imagen de Dios es AmorMas, ¿a qué nos referimos cuando hablamos del carácter de Dios? Primeramente definamos: ¿QUÉ ES EL CARÁCTER? El carácter es el conjunto de rasgos o expresiones que se manifiestan en la forma de actuar de una persona. Por lo que puede decirse que son aquellos rasgos que expresan de una manera particular y distintiva su modo de ser y comportarse. Es decir que, cuando hablamos sobre el carácter de Dios, estamos hablando de su naturaleza y de su manera de obrar en todo lo creado, y en su manera de relacionarse con sus criaturas. 

Uno de los principales rasgos del carácter de nuestro Dios es SU AMOR. 
I) EL AMOR ES LA NATURALEZA DE DIOS (1 JUAN 4:8) 
Es decir, que Dios no es que tenga amor, que Dios no es que sienta amor; Dios es amor, la naturaleza de Dios es el amor. Eso significa que nada de lo que hace puede ir separado de su amor; el amor está presente en todo lo que hace: en sus juicios, en su ira, en su disciplina, en su misericordia, etc., como lo vemos por ejemplo en (Proverbios 3:12) porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere. Dios castiga por medio de su amor. 

II) EL AMOR DE DIOS ES UN AMOR DIFERENTE AL AMOR DE LAS PERSONAS. 
Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. (Romanos 5:8). La palabra que el apóstol Pablo usó para hablar sobre el amor de Dios mostrado hacia la humanidad, es la palabra ÁGAPE. Ese mismo tipo de amor lo encontramos en otros textos de la Biblia (Juan 3:16 / Efesios 2:4 / Romanos 5:8). 

domingo, 22 de marzo de 2020

¿Qué dice la Biblia sobre las enfermedades pandémicas?

Ciertos brotes de enfermedades pandémicas, como el ébola o el coronavirus, han llevado a muchos a preguntarse por qué Dios permite, y hasta provoca, las enfermedades pandémicas, y si estas enfermedades son una señal del fin de los tiempos. 
Por otra parte, la Biblia, en particular el Antiguo Testamento, describe numerosas ocasiones en las que Dios trajo plagas y enfermedades a Su pueblo y a sus enemigos; "para mostrar en ti mi poder" (Éxodo 9:14, 16). Utilizó plagas en Egipto para obligar al Faraón a liberar a los israelitas de la esclavitud, y al mismo tiempo evitó que Su pueblo se viera afectado por ellas (Éxodo 12:13; 15:26), demostrando así Su control soberano sobre las enfermedades y otras aflicciones.
Resultado de imagen de ¿Qué dice la Biblia sobre las enfermedades pandémicas?

Dios también advirtió a Su pueblo sobre las consecuencias de la desobediencia, incluyendo las plagas (Levítico 26:21, 25). En dos ocasiones, Dios destruyó a 14.700 personas y a otras 24.000 por diferentes actos de desobediencia (Números 16:49 y 25:9). Después de dar la Ley de Moisés, Dios ordenó al pueblo que la obedeciera o sufriría muchos males, incluyendo algo parecido al ébola: "El Señor te castigará con enfermedades degenerativas, con fiebre e inflamaciones...Esas calamidades te perseguirán hasta la muerte" (Deuteronomio 28:22). Estos son solo unos pocos ejemplos de muchas plagas y enfermedades provocadas por Dios.

Es difícil imaginar a nuestro Dios amoroso y misericordioso demostrando tanta ira y enojo hacia Su pueblo. Sin embargo, los castigos de Dios siempre tienen como objetivo el arrepentimiento y la restauración. En 2 Crónicas 7:13-14, Dios dijo a Salomón: "Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra". Aquí vemos a Dios usando el desastre para atraer a Su pueblo hacia Él, para llevarlo al arrepentimiento y al deseo de acercarse a Él, al igual que los hijos lo hacen con su Padre celestial.

¿Qué es el bautismo del Espíritu Santo?

Resultado de imagen de ¿Qué es el bautismo del Espíritu Santo?El bautismo del Espíritu Santo se puede definir como la obra mediante la cual el Espíritu de Dios pone al creyente, en el momento de la salvación, en unión con Cristo y con los otros creyentes en el Cuerpo de Cristo. El bautismo con el Espíritu Santo fue predicho por Juan el Bautista (Marcos 1:8) y por Jesús antes de ascender al cielo: "Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días" (Hechos 1:5). Esta promesa se cumplió en el Día de Pentecostés (Hechos 2:1-4); por primera vez, el Espíritu Santo moraba permanentemente en las personas y la iglesia había comenzado.

1 Corintios 12:12-13 es el pasaje principal en la Biblia respecto al bautismo del Espíritu Santo. “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu” (1 Corintios 12:13). "Todos" hemos sido bautizados por el Espíritu: todos los creyentes han recibido este bautismo, sinónimo de salvación; no es una experiencia especial para unos pocos. Aunque Romanos 6:1-4 no menciona específicamente al Espíritu de Dios, sí describe la posición de los creyentes ante Dios con un lenguaje similar al del pasaje de 1 Corintios: “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? De ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”.

Se necesitan los siguientes factores para reforzar nuestra comprensión sobre el bautismo del Espíritu: 

Primero, 1 Corintios 12:13 dice claramente que todos hemos sido bautizados, y que a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu (el hecho de que el Espíritu mora en el creyente). 
Segundo, en ninguna parte de la Escritura se exhorta a los creyentes a ser bautizados con, en o por el Espíritu, o a buscar de alguna manera el bautismo con el Espíritu Santo. Lo que indica que todos los creyentes ya lo experimentan. 
Tercero, Efesios 4:5 sí parece referirse al bautismo del Espíritu. Si este es el caso, el bautismo del Espíritu es ya una realidad en cada creyente, al igual que lo son “una fe” y “un Dios y Padre”.

En conclusión, el bautismo del Espíritu Santo hace dos cosas: 

(1) nos une al Cuerpo de Cristo, y 
(2) hace realidad nuestra co-crucifixión con Cristo. Estar en Su cuerpo significa que somos resucitados con Él a una vida nueva (Romanos 6:4). A partir de entonces debemos ejercer nuestros dones espirituales para mantener a ese cuerpo funcionando apropiadamente, como se nos dice en el contexto de 1 Corintios 12:13. Experimentar el bautismo de un mismo Espíritu sirve como base para mantener la unidad en la iglesia, como está escrito en el contexto de Efesios 4:5. Estar asociados con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección a través del bautismo del Espíritu, establece la base para nuestra separación del poder persistente del pecado que está en nosotros, y nuestro caminar en una vida nueva (Romanos 6:1-10, Colosenses 2:12).


Magnolias de acero

Existe una película de finales de los años ochenta que se llama “Steal magnolias” (“magnolias de acero” en español), que relata la historia de seis mujeres normales y corrientes que viven en un pueblo del sur de Estado Unidos. El porqué de ese nombre para la película, no se sabe, pero las dos palabras juntas tienen un profundo significado.
Resultado de imagen de magnoliaHay una especie de magnolia que se llama “liliflora”, considerada un arbusto por su “pequeño” tamaño, ya que solo alcanza la altura de cuatro metros. Pero hay algo especial en el fruto de este arbusto, y son las maravillosas flores que aparecen en invierno. Es precioso ver cómo estas flores aparecen erguidas en ese tronco con escasas hojas, cuando todas las flores de la primavera ya se fueron a dormir. Cuando las flores son cortadas de la rama que las sostiene, resisten muy poco tiempo sin marchitarse, y sus pétalos se debilitan hasta quedar casi completamente transparentes. Pero impresiona ver la firmeza de su tronco y la debilidad de sus pétalos, como ninguna otra flor. Es única en su especie.
También impresiona que sea una flor que habite en altura, que en vez de tener tallo tenga tronco y que tenga escasas hojas que la rodean, pero lo que más llama la atención es que florezca en invierno. Tal vez este arbusto ha entendido algo que aún no logramos comprender.
¿Y si pensamos en magnolias y en Jesús? Somos como esas magnolias, con un tronco firme que es Cristo, quien nos eleva sobre las circunstancias e incluso en invierno nos hace florecer; pero considerando la fragilidad de los pétalos, nos encontramos con el sentido de la película mencionada al principio: “Magnolias de Acero”. El acero es una combinación de hierro y carbón que se utiliza generalmente para construir estructuras como puentes y estanques, o sea, estructuras que deben ser firmes y resistentes. ¿Ves la metáfora? Exactamente. El “acero” nos da la fuerza y resistencia que nuestro delicado y fatigable cuerpo no posee; nos permite seguir siendo frágiles pero resistentes, nos da el valor para reconocer nuestra naturaleza y permitir que Dios la transforme por completo.

En Cristo somos ¡MAGNOLIAS DE ACERO!

En el proceso de convertirse en cristiano

Algunas personas, cuando “entran al cristianismo”, parece como si una esfera mística les envolviera y milagrosamente se convirtieran en una versión muy distinta a la de sí mismos, que curiosamente es parecida (más bien igual) a la de quienes entraron a este “club” antes; y que de alguna manera su membresía dependiera de este cambio de personalidad.
cristiano proceso
Lo cierto es que cuando tenemos un encuentro cara a cara con el Señor, poco importa como somos porque ya no seremos iguales. Es tan potente la experiencia de conversión, que moviliza muchísimas emociones, sentimientos y cambios, que sin necesidad de presionarlos llegan por sí solos. Lo que muchas veces sucede es que ciertas personas creen que deben ser de cierta forma para agradar a Dios: serios, reflexivos, hablar con palabras poco normales, tener una actitud de devoción constante y en fin, parecer una serie de caricaturas que NADA tienen que ver con el proceso de convertirse en cristiano.
Mas si a Dios no le importó tu presente y, así y todo, quiso invitarte a ser su hijo, ¿por qué se esmeraría en que fueses de otra forma? Todos tenemos hábitos, características de nuestro temperamento o actitudes que pueden dañar a otro o a incluso nosotros mismos; precisamente son las que nos esmeramos en cambiar porque “no cuadran” con nuestra nueva forma de ser y de pensar. PERO existen características personales que Dios nos ha regalado, como el ser más hablador o más silencioso que otros, más o menos extrovertido, ser alegre y decir cosas graciosas que hagan reír al resto, ser espontáneo, gustar de ciertos lujos o comodidades, realizar algún tipo de actividad deportiva, tener algún hobbie, etc.
Cuando permites que Dios se convierta en tu Padre, Él no quiere de ti tu pecado, pero SÍ quiere a TODA persona que esté experimentada en esta conversión. A Dios no le gustan más o menos los serios o reflexivos, o los conversadores y sociables. Él no necesita que te amoldes y seas igual a todos los que creen en Su poder. 
Cuando descubrimos que Dios nos ama tal cual somos, con nuestra forma de ser, con nuestros gustos y disgustos, con nuestra manera de decir las cosas, hasta con las expresiones faciales que ponemos y que además de amarnos, así nos creó,… sentimos como si una tonelada de cemento cayera sobre nosotros, y nos permitiera SER ASÍ.

No tengo que ser quien no soy para agradarle a Él. No me tengo que parecer a un determinado grupo para “pertenecer”. No tengo nada que aparentar, solo debo SER para que Él SEA A TRAVÉS DE MÍ, con todos mis defectos, con todo lo que tengo. Ya no tengo que luchar, me acepto como soy porque quien tenía más razones para rechazarme no lo hizo. Él dio el primer paso, a mí me tocan los siguientes.