domingo, 27 de mayo de 2018

Perder es Ganar

Perdí un juguete que me acompañó en mi infancia, pero gané el recuerdo del amor de quien me hizo ese regalo.
Perdí mis privilegios y fantasías de niño….Pero gané la oportunidad de crecer y vivir libremente.
Perdí a mucha gente que quise y que amo todavía…..Pero gané el cariño y el ejemplo de sus vidas.
Perdí momentos únicos en la vida porque lloraba en vez de sonreír …Pero descubrí que es sembrando amor como se cosecha amor.
Yo perdí muchas veces y muchas cosas en mi vida……. Pero junto a ese “perder” hoy intento el valor de “ganar” … Porque siempre es posible luchar por lo que amamos, y porque siempre hay tiempo para empezar de nuevo.
No importa en qué momento te cansaste. Lo que importa es que siempre es importante y necesario recomenzar…..Recomenzar es darse una nueva oportunidad, es renovar las esperanzas en la vida, y lo más importante….Creer en ti mismo.
¿Sufriste mucho en ese período?….Fue aprendizaje.
¿Lloraste mucho?…Fue limpieza del alma.
¿Sentiste rencor?…. Fue para aprender a perdonar.
¿Te sentiste solo en algún momento?….Fue porque cerraste la puerta.….Mira alrededor y encontrarás mucha gente esperando tu sonrisa para acercarse más a ti.
Hoy es un excelente día para comenzar un nuevo proyecto de vida. Mira alto, sueña alto, anhela lo mejor de lo mejor, anhela todo lo bueno, que la vida nos trae lo que anhelamos.
Si pensamos pequeño, lo pequeño nos vendrá. Si  pensamos firmemente en lo mejor, en positivo, y luchamos para alcanzarlo, va a venir a nuestra vida.
Arroja lo malo a la basura, limpia tu corazón y haz que estés listo para una nueva vida, para un nuevo amor,  porque además somos la manifestación del amor.

"Cuando muera le contaré todo a Dios"

"Cuando muera le contaré todo a Dios", dice un niño sirio antes de morir.

Niño muere producto de la Guerra en SiriaAtaque con misiles a SiriaUn hecho que ha llamado la atención a diversos medios internacionales, es lo que dijo un niño sirio momentos antes de morir.

Días atrás se dio a conocer una frase muy conmovedora de este pequeño valiente. Este niño se encontraba en las últimas horas de su vida, ya que estaba muy herido producto de esa guerra tan irracional.


El niño de tan solo tres años de edad, dijo antes de morir: "Voy a contarle todo a Dios". Un menor que sufre las consecuencias de la guerra en Siria.

Esto tendría que servir para crear conciencia sobre todo lo que está sucediendo en el mundo, en cómo mueren personas inocentes todos los días por razones que no se pueden ni siquiera explicar, ya que ellos no tienen la culpa de nada, publicó el sitio Economía 2.0.

Lo que es capaz de hacer un ser humano por tener más poder que otros, en referencia a Bashar Al Assad, mientras otros responsabilizan a los distintos grupos terroristas que luchan por hacerse con el poder en Siria.


Por otro lado, la agencia EFE informó el mes de Marzo
, que más de 150 mil personas murieron desde el comienzo de la guerra en Siria hace tres años, según un nuevo balance difundido por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Esta ONG con sede en el Reino Unido, que cuenta con una red de activistas y de fuentes médicas y militares, informa de 150,344 muertos, entre ellos 51,212 civiles, de los cuales 7,985 son niños.



Humildad, gratitud, compasión

Tiempo atrás fui testigo de un terrible incidente. Era tarde por la noche, cuando comenzamos a escuchar ruidos de fuertes golpes y gritos en la calle. La paz de un tranquilo barrio se había visto alterada por el incendio de la casa justo enfrente de la nuestra.
humildad gratitudLa gente se agolpaba viendo la desesperación de los dueños de la casa, que en ese momento llegaban y se encontraban con su casa en llamas. La desesperación por derribar puertas y ventanas para entrar en la vivienda y tratar de salvar lo que se pudiera, el llanto y los gritos desgarradores de quienes veían en la más absoluta impotencia, a las llamas devorar segundo a segundo todo lo que tenían, en medio de la tensa espera de la llegada de los bomberos, el calor insoportable del fuego y el crepitar de las cosas quemándose sumaba un macabro espectáculo que infundía temor y dolor.
A Dios gracias no hubo heridos ni pérdida de vidas que lamentar. Pero tiempo después, cuando el fuego ya había sido apagado, la casa en reparación y nuestros vecinos recuperándose de  la terrible pérdida, me pregunté: ¿qué debería enseñarnos semejante desastre?
En primer lugar, entendí lo que debería ser una formidable lección de humildad. Es sumamente endeble nuestra existencia, tan frágil nuestra vida, muy fugaces, efímeras, volátiles nuestras conquistas.... El caso es que toda una vida para juntar dinero, acumular riquezas, o simplemente para conseguir tu más bonito sueño de la casa propia, que una vez alcanzado parece que tocamos el cielo con las manos, y nos enorgullecemos de la conquista… y puede que de un día para el otro, de una hora para la otra, tal vez ya no tengamos nada…
En segundo lugar, hallé que una contingencia como esa debería enseñarme gratitud. Esa gratitud que creo tener pero descubro que no tanto como yo creía. ¿Dónde está cuando el infortunio asoma en nuestra vida y ya no tenemos la salud que tuvimos, cuando ya no tenemos el buen pasar que un día tuvimos, cuando ya no está a nuestro lado ese ser que tanto nos amó y no supimos valorar debidamente? Esa gratitud por la vida, por las cosas que Dios puso en mis manos para administrar, por los amigos, por los seres queridos y por esas cosas simples que aún puedo seguir disfrutando.
También compasión. La misma que Jesús prodigaba a manos llenas y con generosidad superlativa a quienes lloraban y sufrían, sin importar si ellos mismos habían sido los artífices de sus propios destinos, o si su infortunio era cosecha de su propia mala siembra. Esa compasión que hoy prodiga a manos llenas sentado a la diestra de Dios Padre.
Y finalmente, encuentro que “la catástrofe une a la víctima y al espectador en un llamado común al arrepentimiento, recordándonos violentamente acerca de la brevedad de la vida.”
Esto me mueve a la compasión, a no mirar para otro lado cuando alguien con mucho menos te necesita; un pequeño acto de servicio que no demanda mucho esfuerzo, pero ayuda a construir una vida.
Y perseverando unánimes cada día en el templo,  y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
(Hechos 2:46-47 RV60)