sábado, 14 de noviembre de 2015

Buscando el Trabajo de Mis Sueños

“Puede considerarse bienaventurado y no pedir mayor felicidad, el hombre que ha encontrado su trabajo.” Thomas Carlyle
Es interesante el hecho de que normalmente, hay personas que están buscando trabajo, y otros están queriendo tener cambios en él, ya que atraviesan tiempos de crisis. La realidad es que buscan el trabajo de sus sueños, y lo verdaderamente interesante es que muchos de ellos asocian el trabajo de sus sueños a algo que les dé estabilidad y seguridad económica durante muchos años. Un trabajo que les permita vivir sus últimos días tranquilos.
Cuando pensamos que el trabajo de mis sueños debe darme seguridad y estabilidad, estamos limitando nuestro potencial y talento, y a su vez, esto nos lleva a una vida de mediocridad e insatisfacción. Por contra, el trabajo de tus sueños debe gustarte mucho, de manera que no sientas que estás trabajando sino divirtiéndote.
¿Estás satisfecho con tu trabajo actual? ¿Te gusta la empresa dónde trabajas? o...

Mencionar el nombre

… yo soy en el Padre, y el Padre en mí… (Juan 14:10).
Inline image 1Un grupo de una iglesia invitó a un orador, y el líder de la misma le dijo: -Hable de Dios, pero no mencione a Jesús.
-¿Por qué?, preguntó el hombre, sorprendido.
-Bueno, es que algunos de nuestros miembros destacados se sienten incómodos con eso. Mencione solamente a Dios y saldrá todo bien.
Sin embargo, como al predicador le resultaba problemático aceptar tales instrucciones, respondió: -Sin Jesús, no hay mensaje.
Algo parecido se les pidió a los seguidores de Jesús en los inicios de la Iglesia. Los líderes religiosos se reunieron para advertir a los discípulos que no hablaran de Jesús (Hechos 4:17), pero ellos respondieron con convicción: "no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído" (verso 20).

No te pude esperar

Hay una ilustración relatada así:
Una vez, un periodista muy afortunado consiguió la mejor primicia de su vida: entrevistar ni más ni menos que a Dios.
Así es, que esa tarde llegó a su casa con tiempo, lavó el automóvil, se puso su mejor traje y salió a su cita. Pero en el trayecto cayó un aguacero que produjo un gran embotellamiento de tráfico y quedó atrapado en él. El tiempo pasaba, y solo faltaba una hora para el encuentro.
no me pudiste
Repentinamente, le tocaron el vidrio de la ventana, y al volverse vio a un chiquillo ofreciéndole golosinas de su cesta. El periodista intentó sacar algo de dinero cuando, en eso, el niño desapareció de su vista. El hombre miró hacia el suelo, y efectivamente, ahí estaba el chico,  tendido,  con una crisis de epilepsia.
Entonces, el hombre se bajó, e introdujo al niño dentro del vehículo; buscó la manera de salir del embotellamiento, y se dirigió al hospital más cercano. Allí entregó al niño, y después de pedir que lo atendieran, se disculpó con el doctor, y salió presuroso a su cita con Dios.
Lamentablemente, llegó 10 minutos tarde, y el Creador no asomaba por ningún lado.  Entonces se angustió y reclamó al cielo: “Dios mío, Tú eres testigo; me retrasé por ayudar al niño. ¿Por qué no me esperaste?… ¿Qué significan 10 minutos para un ser eterno como Tú?”
Y allí se quedó frustrado, ausente, hasta que vislumbró una luz y vio en ella el rostro del niño a quien había auxiliado. Vestía el mismo suéter gastado, pero ahora tenía el rostro iluminado de bondad.
Entonces, escuchó en su interior, una voz que decía: - Hijo mío, no te pude esperar… y salí a tu encuentro.

El Verdadero Constructor

Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican. Salmo 127:1
En una ocasión visitaba el hogar de una familia apreciada por mí. Con satisfacción, me mostraron el álbum de fotos de la boda de su hijo que se había casado no hacía mucho. Era un álbum grueso, con fotos bellísimas, dignas de publicar en alguna revista. Sin duda habían sido tomadas por un fotógrafo profesional. Los novios lucían hermosos y elegantes; y la sonrisa de sus rostros indicaba la felicidad que sentían. Mientras las miraba, no podía dejar de hacer una comparación mental con la sencillez de las fotos de mi boda, muchas en blanco y negro, tomadas por un amigo con poca experiencia aunque muy buena voluntad.

Pero esas hermosas fotos no sirvieron de mucho, pues al poco tiempo la pareja se divorció, un drama cada vez más común.

Cuando esto ocurre, no falta alguien que diga: “Oh, es que con el carácter que ella tiene…”. O algún otro que opina: “Es que él anteponía el trabajo a su familia”. O nos enteramos de que hubo una infidelidad.

Estos u otros argumentos no parecen suficientes para expresar la tragedia y el dolor de un matrimonio roto. La razón que podemos comprender más y mejor, es la que dio Jesús cuando dijo: “Un enemigo ha hecho esto” ” Y los siervos le dijeron: “¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?” Él les dijo: “No, no sea que al arrancar la cizaña arranquéis también con ella el trigo. Mateo 13; 28-29 Sin saberlo, mientras dormimos Satanás está trabajando.