lunes, 2 de febrero de 2015

Emmanuel: Dios con nosotros

Los nombres tienen un gran significado en la Biblia. Jesús fue llamado Mesías en hebreo, equivalente a Cristo en griego. Estas dos palabras lo designaron como el ungido que se convertiría en Rey. Emmanuel fue otro nombre importante que se le dio, el cual significa “Dios con nosotros” (Mateo 1.23).
Para entender lo importante que es tener a Dios con nosotros, pensemos en el efecto que tuvo esta bendición en tres personajes de la Biblia. 
Primero, la presencia del Señor fue la razón por la que Moisés se presentaba una y otra vez ante Faraón para exigir la libertad de los esclavos israelitas. La promesa de Dios le permitió superar su temor (Éxodo 3.12).
Segundo, después de la muerte de Moisés, Josué fue designado para introducir a Israel en la Tierra Prometida. Imaginemos lo que significaba para este nuevo líder, ser consciente de que el Padre siempre estaba cerca. Como comandante, Josué se enfrentaría a muchos retos, incluyendo el viaje, los combates y la rebelión. Pero logró ser un líder valeroso porque sabía que el Señor nunca lo abandonaría.
Tercero, como un pastor joven y después como rey, David conocía bien la presencia del Señor (1 Samuel 17.37; 2 Samuel 7.18). En el Salmo 23 escribió que en sus momentos más sombríos, no tendría temor porque Dios estaba con él.
Nuestro Padre celestial ha prometido estar con quienes ha redimido (Isaías 43.1, 2). Si usted ha recibido a Jesús como su Salvador personal, entonces su Espíritu Santo mora en su interior. No importa lo que pase en su vida ya que Dios permanece con usted para fortalecerle, guiarle y alentarle.

Aprende a trabajar con los demás

“...ES UNA CARGA DEMASIADO PESADA PARA MÍ” (Números 11:14b)
Solamente puedes hacer todas las cosas tú mismo hasta un cierto límite y después necesitas a otras personas. Moisés se enfrentaba a una tarea muy importante y decisiva, como también, actualmente, tenemos exámenes que muchos no pasamos y dejamos de crecer. Decía Moisés:  “...es una carga demasiado pesada para mí” (Números 11:14b), y Dios le dijo: “Reúneme a setenta... de los que tú sabes que son... principales,... tomaré del espíritu que está en ti y lo pondré en ellos, para que lleven contigo la carga...” (Números 11:16,17b).
bono humanitarioSe necesita madurez para reclutar a personas que puedan hacer las cosas igual o mejor que tú, permitirles que destaquen en su trabajo y que reciban el mérito, mientras te alegras sabiendo que tu trabajo, con la ayuda de los demás, se está realizando muy bien. En resumidas cuentas: tienes que ser claro en tus objetivos y sentirte seguro de ti mismo para poder triunfar y seguir haciéndolo con los demás.
En el libro "“De lo bueno hacia lo excelente”", el autor resaltó que los líderes de las mejores organizaciones, procuran tener la tendencia de evitar ser el centro de atención”. 
El presidente de IBM: "“Yo no he provocado la mejora de la compañía, han sido los doscientos ochenta mil empleados los que lo han hecho posible. Hicimos un cambio en nuestro enfoque, escogimos un grupo de personas preparadas, y cambiamos la compañía para bien”". Son solo dos ejemplos pero, si prefieres ser un “pez gordo en un estanque pequeño”, allá tú. Mas si quieres ser bendecido en vivir en el “océano”, aprende a trabajar con los demás.

¿Qué es ser Cristiano?

El diccionario define a un cristiano como “una persona que se precia de creer en Jesús como el Cristo, o en la religión basada en la enseñanza de Jesús.” Aunque éste es un buen punto de partida para entender qué y quién es un Cristiano, sin embargo, como sucede con muchas definiciones seculares, no es suficiente para comunicar toda la verdad bíblica de lo que significa ser un Cristiano.
La palabra “cristiano” es utilizada tres veces en el Nuevo Testamento - en Hechos 11:26Hechos 26:28, y 1 Pedro 4:16. Los seguidores de Jesucristo fueron llamados “Cristianos” primero en Antioquía, debido a que su comportamiento, actividad y forma de hablar fueron como los de Cristo. (Hechos 11:26) Originalmente también, este término fue usado por la gente no salva en Antioquía (los no creyentes), como un tipo de apodo despectivo usado para burlarse de los Cristianos. Literalmente significaba “perteneciente al partido de Cristo” o “partidario o seguidor de Cristo,” lo cual es muy similar a la manera en la que el Diccionario lo define.
Desafortunadamente, con el paso del tiempo, la palabra “Cristiano” ha perdido mucho de su significado y a menudo es usada para describir a alguien religioso o que tiene altos valores morales, en lugar de un verdadero seguidor de Jesucristo nacido de nuevo (ésta vez en el espíritu) como lo vemos en Juan 3:3. Mucha gente que no cree ni confía en Jesucristo, se considera cristiana simplemente porque asiste a la iglesia, o vive en una nación “Cristiana.” Pero asistir a la iglesia, servir a aquellos menos afortunados que uno, o ser una buena persona, no lo hace a uno un cristiano. Bien dijo una vez un evangelista, “Asistir a la iglesia no hace a uno ser un Cristiano, al igual que ir a un garaje no hace a uno tener un automóvil.” Ser un miembro de una iglesia, asistir a los servicios regularmente, y dar para la obra de la iglesia, no sirven para hacerle un cristiano.

La sabiduría de Dios

Como dicen las Escrituras: Destruiré la sabiduría de los sabios y desecharé la inteligencia de los inteligentes. Así que, ¿dónde deja eso a los filósofos, a los estudiosos y a los especialistas en debates de este mundo? Dios ha hecho que la sabiduría de este mundo parezca una ridiculez. 1 Corintios 1:19-20 (Nueva Traducción Viviente).
Es  importante no creer que lo sabemos todo en esta vida pues el único que lo sabe todo es Dios, y no podemos compararnos con Él. Pero en la actualidad, abundan las personas que creen que se las saben todas; un ejemplo de ellos sería la mayoría de científicos que buscan un por qué, un sentido, un origen a las cosas, teniendo las respuestas a todas esas preguntas en un libro llamado Biblia. Muchas personas buscan explicaciones en cosas muy complejas y se enredan la vida, porque les cuesta creer que la respuesta está en Dios y en lo que ha hecho por amor a nosotros, al enviar a su hijo a morir en una cruz.
¨Ya que Dios, en su sabiduría se aseguró de que el mundo nunca lo conociera por medio de la sabiduría humana, usó nuestra predicación ¨ridícula¨ para salvar a los que creen. Es ridícula para los judíos, que piden señales del cielo. Y es ridícula para los griegos, que buscan la sabiduría humana. Entonces cuando predicamos que Cristo fue crucificado, los judíos se ofenden y los gentiles dicen que son puras tonterías. 1 Corintios 1: 21-23 (Nueva Traducción Viviente).
biblia-abierta¿Acaso hay algo que esté ocurriendo en el mundo que no esté escrito en la biblia?, pues claro que todo está escrito, de hecho, podemos ver que los últimos acontecimientos hacen referencia a las señales antes del fin, (guerras, terremotos, calentamiento global, etc.). También tenemos muchas preguntas que no tienen respuestas, hay muchas cosas que no tienen explicación o que por lo menos no las alcanzamos a saber, pero no ponen en duda todo lo que Dios ha hecho; las tenemos porque simplemente, obviamos muchas cosas y no investigamos en su palabra: ¨las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley. Deuteronomio 29:29 (Reina-Valera 1960).
Así que, no nos mortifiquemos queriendo saberlo todo, ni cuestionando a Dios y todo lo que existe, como es el caso de muchos científicos que no creen en Dios. Es precisamente por esto que nunca nos darán una respuesta certera, ni llegarán a conocer nunca la verdad de la cual Dios es el promotor y dueño, a menos que crean, de corazón, en Él. Así de simple, las cosas secretas solo las sabe Dios y lo que revela es para los que verdaderamente, son sus hijos.

¿Preparado(a) para el último día?

Hace unos días celebramos mi cumpleaños, el cuarto año de mi cuarta década. Recibí muchas felicitaciones y deseos de bienestar. Me resultó agradable que algunos pensaran que tenía... ¡hasta catorce años menos! Da que reír. Pero lo cierto es que el tiempo sigue su marcha sin detenerse a esperar por nosotros. Cada décima de segundo, segundo, minuto, hora, día, semana y año que ha transcurrido, ha sido un regalo inestimable para lograr mi propósito. Depende de nosotros aprovechar diligentemente este invaluable obsequio divino para completar nuestro designio en la vida. 
La semana pasada decidí retomar mi rutina de ejercicios de correr y caminar temprano por la mañana. antes de llegar a mi trabajo en la oficina.
Tengo la costumbre de usar el cronómetro para medir el tiempo invertido en la distancia corrida ese día. De esta  manera puedo evaluar la efectividad del ejercicio realizado en dicha actividad deportiva. Una vez terminé de ejercitarme, procedí a prepararme el desayuno y la vestimenta apropiada para iniciar mis funciones. Por la tarde, de camino a buscar a las niñas en el colegio, estuve a punto de ser golpeado por otro vehículo en la carretera de la ciudad donde vivo. Minutos más tarde, un colega de ministerio estaba en cuidados intensivos por los golpes sufridos a consecuencia de un accidente en motora. Después empleé un tiempo en oír las noticias internacionales y descubrí la muerte de artistas y personalidades de la política, la cultura y el arte. Todo pasó nada más acabar la jornada laboral. De camino a casa reflexioné en lo que oí por la radio. Medité en lo frágil y fugaz que es la vida, en cuanto tiempo perdemos, en muchas ocasiones, en asuntos triviales que nos distraen y nos roban demasiadas energías. 
Y pensé, cuando sea mi momento, ¿estaré listo para dejar este mundo? ¿Completé ya mi encomienda?