La fe es una decisión. Y como toda decisión en la vida, debe basarse en algo factible, que sea correcto, útil, beneficioso, real o verídico que enmarque la razón de la misma decisión. Las razones que inciden en la toma de una decisión son tan poderosas como para entrar en la voluntad y cambiar los prejuicios de la mente, prejuicios que representan un obstáculo para el conocimiento y que no nacen con el ser humano, sino que se forjan a medida que el conocimiento crece y se desarrolla en su vida cotidiana.
Todos los seres humanos tenemos la tendencia natural a creer en algo; de hecho, más que una tendencia es una necesidad, tan evidente como la comida o el vestido. Desde el origen de los tiempos, los humanos buscan algo en qué creer; fe que da sentido y propósito a sus vidas y esperanza al corazón.
Toda la vida del hombre está basada en decisiones, las decisiones están basadas en esperanzas, y la esperanza se basa en la fe; así que la vida del hombre está basada en la fe. Ahora bien, la fe se basa en razones, que pueden provenir de hechos o de fantasías. Si la fe se basa en fantasías, la vida del hombre que decide vivir en base a esta fe será una completa falacia. Por el contrario, si la fe se basa en hechos, este hombre vive en la verdad y, por tanto, tiene motivos para ser feliz y sentirse pleno.
Y tratando la verdad, esta no es subjetiva ni relativa; por ejemplo, imagine que una persona está corriendo por la calle; una persona que esté caminando por la misma calle puede interpretar que estaba corriendo porque estaba haciendo ejercicio, y otra persona que esté mirando la escena desde un segundo piso, puede argumentar que estaba corriendo porque alguien lo estaba persiguiendo; por otra parte, una persona que esté de frente a la situación, puede decir que está corriendo porque ha robado una billetera y está huyendo de su dueño. En este sencillo ejemplo vemos que los razonamientos son subjetivos, y se acerca más a la verdad la persona que tenga una mejor perspectiva del evento; sin embargo la verdad no varía, es única, singular, objetiva y absoluta. El hecho era que una persona estaba corriendo en la calle, y ningún testigo de la situación puede negar este acontecimiento. Los hechos son indudables, pero los razonamientos sobre el mismo están sujetos a dudas; la explicación es que los hechos se basan en la verdad, la cual es absoluta; mientras que los razonamientos se basan en hipótesis, que son subjetivas. Existe un hecho que explica la razón por la cual este hombre estaba corriendo por la calle, pero ninguno de los testigos tiene la evidencia necesaria para saberlo, razón por la cual aluden a la imaginación para explicar este hecho.
La validez de las evidencias da como resultado un hecho. Las evidencias se basan en los sentidos, los cuales explican la realidad y nos acercan a la verdad. Los testimonios de aquellos testigos que percibieron con sus sentidos un hecho particular, son una evidencia que, después de ser revisada y comparada para verificar su credibilidad y veracidad, se convierten en un hecho tangible, y el hecho demanda una decisión.