lunes, 23 de diciembre de 2019

La lógica e intelectualidad de tener fe (en algo)

La fe es una decisión. Y como toda decisión en la vida, debe basarse en algo factible, que sea correcto, útil, beneficioso, real o verídico que enmarque la razón de la misma decisión. Las razones que inciden en la toma de una decisión son tan poderosas como para entrar en la voluntad y cambiar los prejuicios de la mente, prejuicios que representan un obstáculo para el conocimiento y que no nacen con el ser humano, sino que se forjan a medida que el conocimiento crece y se desarrolla en su vida cotidiana.
Todos los seres humanos tenemos la tendencia natural a creer en algo; de hecho, más que una tendencia es una necesidad, tan evidente como la comida o el vestido. Desde el origen de los tiempos, los humanos buscan algo en qué creer; fe que da sentido y propósito a sus vidas y esperanza al corazón.
Toda la vida del hombre está basada en decisiones, las decisiones están basadas en esperanzas, y la esperanza se basa en la fe; así que la vida del hombre está basada en la fe. Ahora bien, la fe se basa en razones, que pueden provenir de hechos o de fantasías. Si la fe se basa en fantasías, la vida del hombre que decide vivir en base a esta fe será una completa falacia. Por el contrario, si la fe se basa en hechos, este hombre vive en la verdad y, por tanto, tiene motivos para ser feliz y sentirse pleno.
Y tratando la verdad, esta no es subjetiva ni relativa; por ejemplo, imagine que una persona está corriendo por la calle; una persona que esté caminando por la misma calle puede interpretar que estaba corriendo porque estaba haciendo ejercicio, y otra persona que esté mirando la escena desde un segundo piso, puede argumentar que estaba corriendo porque alguien lo estaba persiguiendo; por otra parte, una persona que esté de frente a la situación, puede decir que está corriendo porque ha robado una billetera y está huyendo de su dueño. En este sencillo ejemplo vemos que los razonamientos son subjetivos, y se acerca más a la verdad la persona que tenga una mejor perspectiva del evento; sin embargo la verdad no varía, es única, singular, objetiva y absoluta. El hecho era que una persona estaba corriendo en la calle, y ningún testigo de la situación puede negar este acontecimiento. Los hechos son indudables, pero los razonamientos sobre el mismo están sujetos a dudas; la explicación es que los hechos se basan en la verdad, la cual es absoluta; mientras que los razonamientos se basan en hipótesis, que son subjetivas. Existe un hecho que explica la razón por la cual este hombre estaba corriendo por la calle, pero ninguno de los testigos tiene la evidencia necesaria para saberlo, razón por la cual aluden a la imaginación para explicar este hecho.
La validez de las evidencias da como resultado un hecho. Las evidencias se basan en los sentidos, los cuales explican la realidad y nos acercan a la verdad. Los testimonios de aquellos testigos que percibieron con sus sentidos un hecho particular, son una evidencia que, después de ser revisada y comparada para verificar su credibilidad y veracidad, se convierten en un hecho tangible, y el hecho demanda una decisión.

Esta carta es para leer a Solas… ¡Léela!

Yo entonces tenía trece años, y mi familia se había mudado al sur de California desde el norte de Florida un año antes. La adolescencia me había golpeado duramente.
Me mostraba enojado y rebelde, y prestaba muy poca atención a lo que decían mis padres, en especial si se refería a mí. Como muchos adolescentes, luchaba por evadirme de todo aquello que no se ajustara a la imagen que tenía del mundo.
Resultado de imagen de Esta carta es para leer a Solas… Léela!!Al creerme un joven brillante que no necesitaba consejos, rechazaba cualquier manifestación visible de cariño. De hecho, hasta me enojaba al escuchar la palabra amor.
Una noche, después de un día especialmente difícil, me encerré enfadado en mi habitación y me fui a la cama. Mientras yacía allí en la intimidad de mi dormitorio, mis manos se deslizaron debajo de la almohada y encontré un sobre que decía, "Para leer a solas".
Puesto que estaba solo, nadie sabría si lo leería o no, así que lo abrí.
Decía: "Mike, sé que tu vida es difícil ahora, sé que te sientes frustrado y que no siempre hacemos las cosas bien. También sé que te amo con toda el alma y que nada de lo que digas o hagas podrá cambiar eso.
Estaré siempre a tu lado por si necesitas hablar, y si no, no te preocupes. Solo quiero que sepas que no importa a dónde vayas o lo que hagas en tu vida, siempre te amaré y me sentiré muy orgullosa de que seas mi hijo. Estaré siempre contigo y te quiero, eso nunca cambiará. Con amor, Mamá."
Esa fue la primera de varias cartas "para leer a solas". Nunca se mencionaron hasta que fui adulto.
Hoy en día viajo por todo el mundo ayudando a la gente. Al final de un día que me encontraba en Sarasota, Florida, dando un seminario, una dama se me acercó para confiarme los problemas que tenía con su hijo.
Caminamos por la playa y le conté acerca del eterno amor de mi madre y de las cartas "para leer a solas". Varias semanas después, recibí una tarjeta postal en la que me decía que le había escrito su primera carta a su hijo.
Aquella noche, cuando me fui a la cama, puse mis manos debajo de la almohada y recordé el alivio que sentía cada vez que recibía una carta. Justo antes de quedarme dormido, agradecí a Dios que mi madre supiera lo que yo, un adolescente rebelde, necesitaba.
Hoy, cuando hay tempestades en los mares de la vida, tengo la certeza de que bajo mi almohada existirá siempre aquel testimonio de que el amor constante, perdurable e incondicional transforma la vida.

El Mejor Regalo para Ti

Aunque millones de personas celebran el nacimiento de Cristo, pocas parecen ser conscientes de su verdadero significado.
Reconocemos que su nacimiento fue inusitado porque nació de una virgen. Su vida también fue singular porque fue el único que vivió sin pecar. Su muerte también fue inusual. Jesús no fue un mártir. No fue una víctima de circunstancias desafortunadas que moría por una causa digna. Tampoco dio su vida para dar un buen ejemplo.
Hay mucho más en su historia. El Señor Jesús vino a este mundo para ser nuestro Salvador.
Resultado de imagen de la cruz es más importante que el pesebreEl mismo Jesús dijo que vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lucas 19:10).
¿Quiénes son los perdidos? La Biblia nos dice que todos pecaron y que la paga del pecado es muerte (Romanos 3:23; 6:23). Para salvar al mundo, Jesús tuvo que morir por él. Vino y vivió una vida perfecta, y luego sufrió la muerte que nosotros debíamos haber sufrido. El verdadero significado de la Navidad es que Jesús nació para morir. Porque fue crucificado y luego resucitó de entre los muertos, el perdón de pecados y la seguridad del cielo ahora se ofrecen a todos los que creen (Juan 1:12).
¿Has aceptado el regalo de la salvación de Dios? Si no lo has hecho, hazlo hoy; y ésta será la Navidad más significativa que hayas vivido nunca.
Si no entendemos que la cruz es más importante que el pesebre, habremos perdido el verdadero significado del nacimiento de Cristo.
Mateo 20:28
…el hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos.