domingo, 28 de junio de 2015

¿Estás cerca de Dios?

¿Has pensado en lo que significa la oración en la iglesia? Si leemos el libro de los Hechos podemos ver la vida de grandes hombres de Dios. Por ejemplo, los primeros discípulos eran hombres sin letras y del pueblo, pero maravillaban a muchos. Hombres que, después de sufrir amenazas y afrentas, doblaban sus rodillas para pedir fortaleza y valor (Hechos 4:29-30), para tomar una decisión (Hechos 1:24), para pedir sanidad (Salmos 30:2), o por un milagro (1 Samuel 1:10-11).
Si leemos todos los libros de la Biblia, vemos que cada hombre que caminaba con Dios, véase Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Josué, los Jueces de Israel, el Rey David, los profetas, Jesucristo o los Apóstoles, todos tenían una vida de oración que les permitía estar cerca de Dios y alcanzar su favor.
Sin embargo, la iglesia de hoy se ha acostumbrado a no orar, ya no dobla rodillas, no se quebranta en la presencia de Dios ni clama delante de Él.
Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua. Jeremías 2:13
¡Cómo es posible que la iglesia de hoy no ore! En éste versículo vemos el reclamo de Dios a su pueblo porque dejó de estar cerca de Él, para dedicarse a actividades que lo apartaban de su comunión. La Biblia nos enseña que cavar "cisternas rotas" es trabajar para sí mismo, dejándose arrastrar por los afanes de la vida sin obtener ningún resultado de su trabajo.
Esta frase revela una gran verdad de la iglesia actual:
“La iglesia de hoy está empobrecida en muchas áreas, pero lo está aún más en la oración. Tenemos muchos que organizan, pero pocos que agonizan; muchos que predican, otros que pagan, pero pocos que oran; muchos que cantan, pero pocos que imploran; muchos pastores, pero pocos guerreros; muchos temores, y poco clamor; mucha demostración, pero poca compasión; muchos que interfieren, y pocos que interceden; muchos escritores, pero pocos luchadores. Y fallando en esto fallamos en todo.” 
La oración te acerca a Dios ¿Te sientes cerca de Él? ¿Te acercas quebrantado, humillado? ¿Tienes el toque del Espíritu Santo? Estar cerca de Dios produce amor hacia Él ¿Es Cristo el amor de tu alma? ¿Tu amor por Cristo crece de tal manera que te está consumiendo el corazón? Es tiempo de reflexionar sobre tu vida de oración. Si hasta hoy la oración no era tu prioridad, ponte de rodillas, pídele a Dios que te perdone y te ayude. Recuerda que:El llamado de la predicación está abierto a pocas personas, pero el llamado a la oración, la más alta de todas las ocupaciones humanas, está abierto para todos”
Busca a Dios hasta que digas con toda sinceridad: ¡Dulce hora de la oración!

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