¨Me gozaré y alegraré en tu misericordia, porque has visto mi aflicción; has conocido las angustias de mi alma. No me entregaste en manos del enemigo; pusiste mis pies en lugar espacioso. (Salmos 31:7-8) RVR 1960.¨
En medio de la dificultad es difícil pensar que Dios está con nosotros, es difícil creer cuando todo se derrumba, cuando nos vemos solos, vacíos y con las ilusiones destrozadas. Y aún más difícil es alegrarse en medio de los problemas.

Todos hemos pasado por angustias, por adversidades o por enfermedades; hemos vivido el dolor, hemos perdido las fuerzas, hemos sido objeto de burlas por los demás, de críticas y chismes, hasta muchos se han apartado de nosotros debido a esas circunstancias, pero dice el salmista David, que mientras todo se pone en nuestra contra, nosotros confiaremos en Dios. (Salmos 31: 9-14) RVR 1960.
Solo Dios sabe cuándo pasaremos dificultades, pero también sabe cuándo llegará nuestra alegría; todo en el tiempo de Dios es perfecto, porque en sus manos está nuestro tiempo. (Salmos 31:15) RVR1960.
Y luego, cuando Dios haga resplandecer su rostro sobre nosotros, no seremos avergonzados, enmudecerán todos los que habían declarado maldición en nuestra contra; veremos la bondad del Señor, siempre y cuanto tengamos temor de Él.
No dudemos de lo que Dios puede hacer, no dejemos que el enemigo ni que las personas que están a nuestro alrededor dañen la fe que tenemos en nuestro corazón, no dudemos de Él por muy difícil que parezca; en el creer y en el confiar, en el alegrarse en medio de la prueba, está la revelación para encontrar la salida. Dios siempre inclina sus oídos a la oración del afligido, es cuestión de confiar y esperar.
¨Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; a los fieles guarda Jehová, y paga abundantemente al que procede con soberbia. Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón.¨
(Salmos 31: 23-24) RVR 1960.