lunes, 10 de septiembre de 2012

Nunca es Tarde - reflexiones - Nunca Es Demasiado Tarde

En 1977 pensaba que era una persona de éxito. Después de todo poseía el 50% de un negocio muy exitoso. Tenía un doctorado. Estaba casado y tenía tres hijos. Pensaba que había hecho todo esto con mi propia capacidad y sabiduría. Pareciera como si pudiera lograr hacer cualquier cosa si únicamente trabajara lo suficientemente duro. Mi conocimiento y la fortaleza de mi voluntad propia, mis títulos y mis éxitos en los negocios eran cosas muy importantes para mí, y los puse delante de cualquier otra cosa.
Pero mi hijo de 20 años tenía otras prioridades. Alan trató de compartir conmigo acerca de lo que Jesucristo significaba para él, pero yo estaba convencido de que no necesitaba a Jesús. Como ingeniero químico, trato de probar o desaprobar la existencia de Dios, de igual forma como pruebo reacciones químicas en el laboratorio. La conclusión de este examen había salido sin resultados, así es que ignoré a Dios.
Fue entonces cuando Alan se enfermó seriamente y fue llevado al hospital. Su corazón había cesado de latir. Me paré fuera de la sala de emergencia, luchando con el dolor y la angustia que estaba sintiendo y el sentimiento de ser incapaz de hacer algo. Me di cuenta que no podía hacer nada. Mi hijo estaba luchando entre la vida y la muerte y no había nada que pudiera hacer al respecto. Ni siquiera sabía cómo rezar.
Alan sobrevivió a un ataque cardíaco, pero se quedó en el hospital por un largo tiempo sufriendo una infección seria en la cabeza. Me dijo muy dulcemente:
- ” Sé que es el Plan de Dios. Si el propósito de Dios es que mi sufrimiento te lleve a conocerlo, entonces todo lo que estoy experimentando vale la pena”
¡Estaba asombrado! Junto a su cama, cada día me pedía que le leyera su Biblia. Por primera vez, empecé a aprender lo que la Biblia realmente era. Y empecé a aprender acerca de Jesús. La fe de Alan en Jesús, junto con lo que había leído en la Biblia me hizo entender que Jesús es real.
Un mes más tarde, le abrí el corazón a Cristo. Sabía que Dios quería que tuviera una vida con más significado. Alan se puso muy contento cuando le conté acerca de mi nueva experiencia con Jesús. Había orado durante mucho tiempo para que su padre pudiera saber acerca de la vida eterna.
Tres semanas después Alan entró en coma. Durante tres días casi nunca abandoné mi lugar al lado de su cama hasta que finalmente dejó su vida, aquí en el mundo, para estar con el Señor. Había esperado con ansia la oportunidad de compartir mi nueva vida con mi hijo. Sé que lo voy a ver de nuevo algún día. A pesar de que estamos apenados, Dios nos dio a mi esposa y a mí una paz y esperanza que sobrepasa todo entendimiento humano. La Biblia promete esto en Filipenses 4:7.
La Biblia dice en 2 Corintios 5:17 que si alguno está en Cristo, “nueva criatura es”. Las cosas viejas han pasado, y las nuevas han llegado. Esto es ahora la verdad de mi vida. Ahora, Dios es primero en todo. Los principios con los cuales tomo decisiones también han cambiado completamente. Le pido a Dios que me ayude a hacer decisiones correctas en mis negocios y ya no dependo solamente de mi conocimiento.

¿Quién sabe qué nos reserva la vida?  Ninguna bola de cristal, adivino o psíquico nos puede dar la respuesta.  Para atravesar este duro camino que llamamos vida, descubrí que necesitamos tener fe en nuestra fortaleza personal y seguir nuestros sueños anhelando que se harán realidad y nunca rendirnos.
Los sueños constituyen la realidad. A la edad de 17 años, como muchas otras jóvenes, había sido fascinada por una azafata en un vuelo a Europa; me pareció una diosa. No podía quitarle los ojos de encima viéndola caminar por la cabina realizando sus funciones, impecablemente vestida, con las uñas y el cabello arreglados.  Estuve en Europa 3 semanas y todo lo que podía pensar era en el vuelo de regreso para observar a otra azafata en acción. A los 19, estaba en mi segundo año de universidad sin estar segura en qué me especializaría. Estaba matriculada en la escuela de artes, no muy entusiasmada. Siempre, en mi mente, bullía el deseo de ser como las azafatas que había observado 2 años antes.
Decidí enviar un memorando a las aerolíneas. Seguí este meticuloso proceso durante años; por entonces no había computadoras ni e-mails y todas las formas se llenaban a mano y se enviaban por el lentísimo correo normal.  Para mi sorpresa recibí cinco solicitudes de entrevista.  En cada entrevista que me hicieron me aseguré de estar al tanto de la aerolínea, los colores de sus azafatas, sus rutas, etc.
Me aseguré de presentarme a la entrevista vestida con sus colores para verme lo más parecida a sus trabajadores. Una tras otra llegaron cartas agradeciéndome la entrevista pero informándome que la vacante había sido ocupada.  Año tras año seguí con mi búsqueda hasta que me di cuenta que me faltaba algo y eso impedía mi aceptación.  Esta fue una realidad devastadora.  Dejé de enviar solicitudes y hundí mi más profundo deseo y pasión en lo profundo de mi ser y seguí con lo que la vida me traería al margen de las aerolíneas.
Mis carreras desde la edad de 21 hasta los 50, tuvieron algo en común: funciones relacionadas con la atención del cliente.  Ya estuviese en la recepción o en la gerencia, siempre traté con el público.  Durante este período, a la edad de 31, tuve mis primeros hijos, un par de mellizos idénticos.  Dos años después, tuve a mi tercer hijo.  Un año después me divorcié.
La vida fue dura. Estaba devastada financieramente, abrumada por las grandes responsabilidades y tres hermosos niños que me permitieron soportarlo todo.  Cada mañana me recordaba que mantener mi fe en Dios y en mí misma me podría hacer triunfar en cualquier cosa que iniciase, pero la realidad de mi deseo suprimido de volar seguía presente.
Desafortunadamente, mis responsabilidades como madre estaban por encima de lo que quería lograr para mí misma; mis niños eran mi vida, por lo que seguí adelante. Los mellizos crecieron, se graduaron en secundaria y se fueron a la universidad. Cuando mi tercer hijo estaba a punto de graduarse en secundaria en la primavera de 2005, acababa de perder mi empleo con una empresa que no comprendía lo que es ser compasiva con sus clientes. Para ellos su estilo de negocio era un asunto de blanco o negro.  No pude soportar aquel tipo de ambiente frío y renuncié en noviembre de 2004.
En enero de 2005 vi un programa en la televisión llamado “Aerolínea” que mostraba las experiencias diarias de los viajeros de Southwest Airlines.  Describían a una aeromoza (ya no azafata), viuda de 50 años que vivía sola ya que sus hijos habían crecido y dejado la casa. Ella dijo amar y trabajar con la gente y que necesitaba salir de la casa; su nombre era “Billy”. Ella dijo haber visto un anuncio sobre una feria de empleos para aeromozas de Southwest Airline.
Decidió asistir y ver qué posibilidades tenía para el puesto.  Tras pasar por el extenso proceso de elección, para su sorpresa, fue empleada y enviada al adiestramiento. Debido a mi exuberancia y entusiasmo por el trabajo, me di cuenta de que tenía mi misma edad y que si ella podía entrar, ¡también podría yo!  Así comenzó todo de nuevo.
Contacté con una aerolínea local para no tener que mudarme. Le tomó a esta aerolínea 3 meses para tener una exposición en mi área pero yo estaba lista.  Esta exposición duró 2 horas y no me importó lo que dijeron sobre la “tortura” que experimentaría haciendo ese trabajo.  Sabía desde el momento en que decidí asistir que iba a ser una aeromoza; estaba segura de que no fallaría.  Al final del evento se nos dijo que recibiríamos una llamada al cabo de 2 días por si deseaban vernos para una segunda entrevista; recibí una.
Una semana más tarde estaba de vuelta haciendo la odiosa entrevista de aerolínea pero en esta ocasión no estaba nerviosa.  Sabía que el camino que había recorrido por la vida me había preparado para esta misión.  Una vez más nos dijeron que recibiríamos una llamada telefónica en los próximos 2 días por si nos escogían para el adiestramiento. Mi llamada telefónica llegó a la mañana siguiente a las 9 a .m.  Aquello fue a finales de marzo de 2005 y me encontré adiestrándome en Memphis, Tennessee, el 9 de abril de 2005.
Soportar un programa de adiestramiento de 3 semanas que incluía una enorme cantidad de estudios (lo que no había hecho en 30 años), evaluaciones, pruebas, y observar a compañeros de clase ser enviados a casa uno por uno, mantenían nuestras emociones tan tirantes que me sentía como una balón de plástico a punto de reventar. Además de todo, vivíamos en un hotel, pero el lazo especial creado entre todos los que sobrevivimos a esta tortura todavía perdura.
Mientras me adiestraba, el 26 de abril, cumplí 51 años y el 27 de abril hice mi examen final en uniforme y lo pasé.  La graduación fue un evento especial y nuestra unión con los adiestradores quedó marcada en nuestro corazón para siempre. Hacen de la graduación algo memorable y especial para cada clase. Cuando me presentaron con mis alas de vuelo, sentí como si el dique de una presa se rompiera.
Lo único que podía pensar era cuán duro había trabajado durante 30 años para recibir esas alas.  Dios trabaja de maneras misteriosas y nunca debemos cuestionarlo.  Me di cuenta de que los lemas por los que había vivido mi vida entera, “los sueños constituyen la realidad” y “nunca nos rindamos, nunca es demasiado tarde” me habían servido bien.  Todavía soy una aeromoza y he disfrutado cada minuto durante los últimos 5 años.  Me doy cuenta que tomé la decisión correcta al dejar el empleo que odiaba con pasión para perseguir una “última” carrera que me llenase y que pudiese decir que verdaderamente amara.
Cuando llegué a mi aeropuerto base, mis tres hijos y mi mamá estaban esperándome y cada uno tenía una rosa roja.  Estaban allí para mostrarme sus perdurables amor y apoyo hacia una mujer (su madre e hija) que tomó el más grande riesgo de su vida para perseguir su sueño (a los 50), que creyó en sí misma lo suficiente como para intentarlo, y para verla de uniforme por primera vez… el tiempo que había esperado toda una vida para lucir.
Denice R. (Bush) Barth
¡Wow!  Estoy seguro de que muchos de ustedes disfrutarán de esta historia. Si bien un poco larga, su mensaje es realmente inspirador y habrá de motivarnos a todos a seguir persiguiendo esos exclusivos sueños del pasado.  Y es que muchos de nosotros abandonamos sueños que Dios puso en nuestro corazón tan sólo porque consideramos que las circunstancias estaban en nuestra contra y decidimos olvidarlos.  Sin embargo, la autora de esta historia pone de relieve cómo Dios utilizó sus casi 30 años de experiencias en otros campos para garantizar que su sueño finalmente se cumpliera.
A fin de cuentas, como dice ella, “los sueños constituyen la realidad” y “nunca es demasiado tarde”, en especial cuando nos aferramos al Señor.  ¿Qué tal si tomamos la decisión de congregarnos este mismo fin de semana con tantos otros que también necesitan una dosis de ánimo y guía celestial, y permitimos al Señor resucitar esos sueños que hoy permanecen dormidos y que necesitan tornarse en realidad para la gloria de Dios?  Adelante y que el Señor les continúe bendiciendo.

El Valor de una Sonrisa - Una buena sonrisa

No cuesta nada, pero vale mucho.
Enriquece a aquellos que la reciben, sin restar a aquellos que la dan.
Se produce como un relámpago, pero su recuerdo a veces dura toda la vida.
No hay nadie tan rico que no la necesite, ni tan pobre que no la pueda dar.
Genera felicidad en el hogar, promueve los negocios y fortalece la amistad.
Es aliento para los cansados, luz para los desilusionados y sol para la oscuridad.
Pero no se puede comprar, ni prestar ni robar. Es algo que no vale nada…hasta que la regalas. Por favor regálanos tu sonrisa para abonar a nuestra felicidad.
Aún llenará tu boca de risa, Y tus labios de júbilo. Job 8:21.
Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho El Señor con éstos. Salmo 126:2.

CalmaPeggy estaba nerviosa porque se acercaba la hora de la cena en que ella y su esposo iban a ser los anfitriones. Era la primera vez que tenían invitados para cenar después del nacimiento de su hijo Pete. Para aumentar la tensión de Peggy entre los invitados estaba el nuevo jefe de su esposo Bill.
Percibiendo la tensión de sus padres, el bebé empezó a ponerse irritado y nervioso, lo que le produjo más frustración a Peggy.  En un intento por consolar al pequeño, Peggy lo cargó y lo besó.  Para su sorpresa, el bebé sonrió y se rió, era la primera risa genuina que escuchaba de su hijo.
En un instante la noche tomó un curso totalmente diferente. Peggy estuvo más calmada, así como su bebé. La cena fue todo un éxito.
¿Puede la risa de un pequeño cambiar todo un día? ¡Sí! También lo puede la risa entre dos adultos o la risa provocada por el recuerdo de algún suceso gracioso.
Cuando se sienta mucha tensión, no permita que explote enojado. Tómese un rato si lo necesita, y busque un motivo para reír… ¡y verá como la tensión se desvanece!
Una buena sonrisa es la luz de una casa.
Proverbios 15:30
La luz de los ojos alegra el corazón, y la buena nueva conforta los huesos.

El milagro de la vida - vídeo


El Milagro de la Vida los enseña como algo asombroso y maravilloso; el regalo de la Vida es que Dios los ha bendecido. Por increíbles los ultrasonidos, vídeos y fotos, podemos ver este milagro cuando miramos a un bebé crecer en la matriz. Este vídeo será un gran sermón ilustrativo de cuando tú estás predicando en contra del aborto y a favor de la santidad de vida.

  

Evaluarnos para triunfar en la vida - vídeo

Nuestra vida es un rompecabezas que lo estamos construyendo con nuestras acciones diarias.
Los exámenes en nuestra vida escolar y/o nuestra vida universitaria tenían un solo fin, el de evaluar nuestro avance. Preguntémonos que recordamos de nuestro último examen que tuvimos y qué pensábamos del resultado, si salimos aprobados o no.
También es necesario que hagamos una evaluación de nuestra vida espiritual, que nos va a permitir el desarrollo de ella en nuestras diversas etapas.
2 Corintios 13:5
“Examínense ustedes mismos y vean si permanecen en la fe; pónganse a prueba ustedes mismos. ¿O acaso ustedes mismos no se conocen? ¿Acaso no saben que Jesucristo está en ustedes? ¡A menos que no hayan pasado la prueba!”
DESARROLLO
Ahora veamos por qué Dios nos ordena que nos examinemos a nosotros mismos.
I.- PARA DEJAR DE HACER LO MALO
2 Corintios 13:8
“Nosotros nada podemos hacer contra la verdad, sino a favor de la verdad.”
Pablo, en esta afirmación de que no podemos hacer nada contra la verdad, sino a favor de la verdad, está diciendo a la Iglesia de los Corintios que él jamás podría actuar de forma contraria al evangelio o sus implicaciones. En otras palabras, el deseo de Pablo como parte de esta evaluación, es querer que los corintios eviten pecar y que sus relaciones con el Señor sean mejores.
Al  evaluarnos nosotros teniendo como punto de partida la Palabra de Dios, vamos a poder darnos cuenta de cada acción que nos esté llevando a pecar y poder así pedirle perdón a Dios y dejar de hacer lo malo, de pecar.
II.- PARA QUE LA PALABRA NOS SIRVA DE ADVERTENCIA
Dios espera que las orientaciones bíblicas nos sirvan  como criterios de referencia para nuestro crecimiento espiritual. Y para ello debemos de tomar en consideración:
A.- Debemos de reconocer los aspectos positivos (fortalezas) como los negativos (debilidades).
Una persona que quiera alcanzar el éxito en su vida va depender mucho, en gran medida, de la forma en que identifique la representación de cada aspecto en su vida.
También es importante analizar que tal vez lo que tú crees que es una debilidad puede que sea más una fortaleza y viceversa. Por lo tanto es recomendable que esas “Fortalezas y Debilidades de una Persona“ sean probadas de manera consciente.
B.- Es necesario considerar dos elementos equilibradamente.
Estos son los procesos y los resultados.
i.- Los Procesos
Son las acciones que tomamos para actuar en una circunstancia específica.
Proverbios 9:9
“Dale al sabio, y se hará más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber.”
Todo acto que hagamos en nuestra vida vamos a hacerlo de 2 formas: sabia o neciamente.
Y para que nuestras acciones sean hechas sabiamente tenemos que considerar algo muy importante: que la acción comienza solamente cuando conocemos y caminamos de la mano de Dios. No podemos actuar de forma sabia si no conocemos de Dios y mucho menos si no estamos caminando de la mano de Dios.
Si realmente queremos actuar cada vez más con sabiduría y equivocarnos menos en las decisiones que tomemos, entonces debemos conocer más de Dios.
ii.- Los Resultados
1.- Las personas que nos rodean verán el Poder de Dios a través de nuestra persona. Cómo Dios cambia a un adicto, alcohólico, mujeriego, ludópata, etc. en una persona de provecho, digna, trabajadora etc.
2.- Las personas que nos rodean verán el amor de Dios a través de nosotros, que se manifestará por la fidelidad y obediencia a sus mandatos.
3- Las personas que nos rodean verán que su comportamiento puede ser transformado con sólo amar a Dios.
III.- PARA CRECER EN AMOR Y BUENAS OBRAS
La obediencia a evaluarnos bajo la perspectiva de la Palabra de Dios nos va a mostrar el amor que tenemos a Dios.
En este proceso vamos a darnos cuenta que el deseo de Dios es que crezcamos cada día.
Efesios 4:13-16
“hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios; hasta que lleguemos a ser un hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, arrastrados para todos lados por todo viento de doctrina, por los engaños de aquellos que emplean con astucia artimañas engañosas, sino para que profesemos la verdad en amor y crezcamos en todo en Cristo, que es la cabeza, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”
A.- ¿Qué debemos de evaluar?
Debemos evaluar las tres áreas de nuestra vida: Vida Personal, Vida Familiar, y Vida Ministerial.
1.- Vida Personal
Nuestra relación con Dios,
Nuestra relación conmigo mismo,
Nuestra relación con nuestro prójimo.
2.- Vida Familiar
Mi cónyuge,
Mis hijos,
Mis Padres,
Mis Hermanos.
3.- Vida Ministerial
Asisto a la Iglesia,
Estoy acudiendo a los estudios de los miércoles para aprender más del Señor,
Estoy sirviendo y como lo estoy haciendo,
Estoy diezmando.
B. ¿Qué pasos debo hacer para esta evaluación?
1.- Reconocer el nivel que nos encontramos.
Si no sabes dónde estás tampoco sabrás cuánto has avanzado ni cuánto te falta para cumplir lo que dice Efesios 4:13-16
2.- Determinar un plan de acción.
Ya que si no sabemos qué pasos dar nunca podremos avanzar en lograr lo que deseamos.
3.- Disciplinarnos en el plan que hayamos determinado.
La disciplina es la clave para lograr lo que hemos determinado hacer.
4.- Decidir levantarnos si hemos caído.
El fracaso es fracaso cuando no intentamos hacerlo de nuevo y nos quedamos en el suelo. El éxito es el resultado de perseverar en lograr la meta cuando se fracasa varias veces en el intento.
CONCLUSIÓN
Cuando nos evaluamos podremos saber cuánto hemos avanzado en el mandato bíblico:
Deuteronomio 10:12-13
“… ¿qué pide de ustedes el Señor su Dios? Solamente que lo honren y sigan todos sus caminos; que lo amen y lo adoren con todo su corazón y con toda su alma,  y que cumplan sus mandamientos y sus leyes, para que les vaya bien.”
Si tememos a Dios y andamos en todos sus caminos.
Si le amamos y le servimos con todo el corazón y alma.
Si estamos guardando sus mandamientos.
Y si así lo hacemos podremos decir que tendremos como resultado la prosperidad que tanto ansiamos cada uno.
Autor: José Antonio Aparicio R.

Hablando con el corazón - Reflexiones - Escuchando con el Corazón

Hablando con el corazón
El australiano James H. Jauncey escribe en Talking With the Heart:  Cierta vez casé a un soldado noruego con una joven mexicana. Él hablaba poco de inglés y nada de español.  Ella no hablaba ni inglés ni noruego.
Jamás sabré cómo llegaron a casarse. Y ni siquiera me imagino lo que será su futuro en cuanto a comunicación se refiere.  No obstante, a pesar de las malas condiciones lingüísticas, tenían una ilimitada y mejor posición que muchas parejas que dominan por completo el idioma.  Esta extraña pareja había superado con creces el mensaje de amor mutuo y parecían tener una extraordinaria relación.
Quizá la comunicación sea fácil en ese escenario, con el idioma o sin él. Con el tiempo las emociones se calman y aparecen las necesidades ocultas.
Aprender a hablar sobre las necesidades es un arte difícil y pocos lo aprenden.
El romance es el campo de los sueños, las esperanzas y las emociones.  El matrimonio, sin embargo, es práctico. Requiere que uno ajuste su agenda, establezca prioridades, metas y obligaciones.
No quiero decir con esto que el matrimonio no pueda incluir el romance, ¡puede… y debe hacerlo!  Aún así, el matrimonio añade otra dimensión que va más allá del romance y de esa dimensión depende muy a menudo la obra del matrimonio.
Antes de casarse las dos palabras más comunes son:
Te amo.
Después de casarse son:
Comamos fuera.
1 Corintios 7:33
El casado se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposa.
Escuchando con el Corazón
“He desperdiciado todo mi sábado”, se lamentó John, mientras su padre le despertaba con delicadeza.
El tono de su voz, lastimero y angustiado, provocó una reacción instantánea en su padre y un destello de ira emergió de él. Había sido un largo día de pintar y colocar papel de pared en la nueva oficina de su madre y su papá estaba extenuado. John había trabajado duro en las primeras horas del día pero, al desaparecer la ilusión de la novedad, se sintió aburrido y finalmente somnoliento, por lo que se acostó en un sofá en una oficina adyacente. Ahora su padre, Richard, le despertaba para que todos se encaminaran a casa.
Antes de que Richard pudiese expresar una repentina retórica formada por su mente, algo le detuvo. Vislumbró, desde la perspectiva de un niño de ocho años, lo que significaba todo un sábado transcurrido trabajando en la nueva oficina de su madre.
Con renovada compasión, respondió a su hijo: “John, sé que el sábado es precisamente el día de la semana más importante cuando se tiene ocho años. Aprecio tu disposición a prescindir de disfrutarlo y ayudarnos a decorar la oficina de mamá. Ha sido un largo día, y apuesto a que también estás cansado. Sin embargo, me gustaría mostrarte cuánto apreciamos tu apoyo yendo a la tienda de vídeos, camino de casa, y alquilando una película que tú elijas para que nos deleitemos en familia. ¿Qué te parece?”
En respuesta a la actitud amorosa de su padre, la angustia y desesperanza de John, se transformó en euforia y dijo tranquilamente, “¡Gracias, papá! ¡Me gustaría hacerlo!
A veces, al escuchar con nuestro corazón, y no con los oídos, el amor gana y las relaciones florecen. Por ello Johann Wolfgang Von Goethe dice: “La corrección consigue mucho, pero la estimulación, mucho más.”
2 Reyes 22:19
Porque se enterneció su corazón.
Proverbios 15:1
La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor.