Hay ofertas que quieren colapsar tu economía. Hay gente que quiere clausurar tus proyectos. Hay preocupaciones cuyo propósito es cautivar la paz que Cristo te dio. Todos los días hay situaciones, gente y adversidades que se levantan en tu contra con el objetivo de encadenarte para dejarte inmóvil, paralizado y sin fuerzas para continuar adelante.
¿Quiénes son las personas a las que sigues atado hasta hoy? ¿Cuáles son los hábitos y costumbres a los que todavía sigues aferrado? ¿De qué o a quién te has dejado encadenar?
Aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel. Hechos 12:6
Pedro fue apresado por los soldados romanos, con el propósito de que no continuara haciendo lo que Dios le había encomendado; puede que gente, frustraciones, la depresión, deudas y muchas cosas más te hayan atado hasta este día, de modo que te han imposibilitado seguir haciendo aquello que Dios te llamó a hacer pero, es tiempo de que sueltes las ataduras que te mantenían inmóvil porque Cristo ya las rompió.