sábado, 17 de diciembre de 2016

El amor perfecto

“El amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios” (1 Juan 4:7).

Cuenta una historia que una joven ciega tenía un novio que la amaba y le pedía insistentemente que se casara con él. Ella, condicionada por la dura circunstancia de su vida, no hacía caso y le contestaba: “Si pudiera ver, me casaría contigo”. 
Imagen relacionadaUn día, fue sometida a una operación quirúrgica que le devolvió la vista. Pero cuando su novio se acercó a ella por primera vez tras la cirugía y le reiteró su proposición de matrimonio, ella lo miró con desagrado y rechazó su proposición, pues estaba ciego. La joven rechazó la propuesta y él se fue triste. Tiempo después, él le escribió esta breve nota: “Por favor, cuida bien de mis ojos”.
Qué gran contraste existe entre el amor incondicional y el amor interesado; entre el amor que proviene de Dios y el amor humano.
El amor humano parece secarse cuando es ofendido con palabras o hechos; “pero Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores (es decir, que lo ofendíamos con nuestras palabras y hechos), Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
Nosotros queremos a quienes nos quieren; pero a quienes nos odian, nos hacen mal, o los consideramos enemigos, no. El Señor, sin embargo, nos dice: “Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen. Así ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo; pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos” (Mateo 5:44, 45).

¡Buena noticia!

¡Mirad! Sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, Judá, tus fiestas, cumple tus votos, porque nunca más te invadirá el malvado; ha sido destruido del todo. Nahum 1:15
Internet, televisión, radio, dispositivos portátiles… todos nos bombardean con noticias que, en su mayoría, son malas: crímenes, terrorismo, guerras, problemas económicos... Pero también aparecen noticias buenas que alivian la tristeza y la desesperación: actos de abnegación, descubrimientos médicos y posibles acuerdos de paz.
Las palabras de dos hombres del Antiguo Testamento llevaron mucha esperanza a personas abrumadas por los conflictos. Nahum declaró en medio de un inminente juicio: «Ya se oyen sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz» (Nahum 1:15 RVC). E Isaías expresa una frase similar: «¡Cuán hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas! Los pies del que anuncia la paz, del que trae buenas noticias, del que anuncia salvación» (Isaías 52:7 RVC).
Las palabras de esperanza de ambos profetas se cumplieron definitivamente, cuando el ángel les dijo a los pastores: «No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor» (Lucas 2:10-11).
El titular más importante de cada día es la mejor noticia de todas: ¡Nació Cristo, el Salvador!

Dios, gracias por la buena noticia de la salvación en Jesús.
¡El nacimiento de Jesús es la mejor noticia que ha recibido el mundo!

La iluminación de la torre Eiffel

Les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos. Juan 17:26
Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.  Juan 8:12
{CAPTION}Hace algunos años se cambió la iluminación de la torre Eiffel. En lugar de los enormes proyectores que iluminaban su fachada exterior, un gran número de pequeños proyectores, instalados en el interior de los armazones metálicos, iluminan todos y cada uno de sus elementos. ¡El resultado es impresionante, pues la torre no solo se ve iluminada, sino que parece como si de ella misma saliese luz!
Al constatar este cambio, un predicador dijo: "Ahora la luz viene del interior; y es mucho más hermoso. Esto es lo que necesitamos en nuestros corazones. Necesitamos la luz de Cristo en nosotros, para que la gente, al vernos, sepa que Jesucristo vive en nosotros".
Y continuó diciendo a su auditorio: "¿Conoce usted a Jesucristo? ¿Ha iluminado Él su ser interior? ¿Vive en su corazón? Lo que el sol hace en la naturaleza, Cristo puede hacerlo en su vida espiritual. Un hombre sin Dios es como alguien que camina palpando en la oscuridad. Pero Jesús quiere entrar en su vida, iluminar sus pensamientos, permitirle actuar como Él, controlar sus palabras, su comportamiento.
Entonces el creyente tendrá luz en sí mismo y reflejará la claridad divina. Jesús declara: Yo soy la luz del mundo, y también:Vosotros sois la luz del mundo” (Mateo 5:14). Cuando nos volvemos hacia Jesús, empezamos a reflejar su luz.
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:16).

Todo lo que esté en tus manos

“Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría.”
Eclesiastés 9:10 Nueva Versión Internacional
todo lo que este en tus manosHay en la Biblia los mejores y más sabios consejos, y éste, aunque puede ser algo fuerte, es uno de ellos. Habla de aprovechar todas las oportunidades que se nos presenten mientras tengamos vida. Cada uno de nuestros días es una oportunidad de hacer todo cuanto pensemos hacer.
A todos nos ama Dios, y todos tenemos oportunidades; es cierto que se nos van a presentar en distintos momentos o de diferentes maneras, pero a todos se nos dio la oportunidad de vivir, y con la vida la oportunidad de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para cumplir nuestras metas.
Eres capaz, inteligente, la gracia de Dios está en tu vida, tienes todo en tus manos para hacer lo que tanto deseas; ¡pues aprovecha el tiempo!, disfruta tu vida, sí, pero asume nuevos retos, porque normalmente hay que arriesgar para ganar.
Si de algo podemos estar seguros es de que un día se nos acabarán las oportunidades, pero mientras esté al alcance de tus manos haz todo lo que te sea posible, no tengas miedo a intentar algo.