viernes, 5 de febrero de 2016

¿Existe el destino?

No nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Tesalonicenses 5:9
Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos. Salmo 31:14-15
"La mujer que se había salvado milagrosamente del accidente aéreo, murió en un accidente automovilístico", era el titular de un artículo en internet. "La suerte les había sonreído. Una pareja italiana no había podido subir a bordo del vuelo AF 447 que se hundió en el océano Atlántico, y así había escapado a la muerte. Pero el destino los atrapó: en el viaje de regreso, la esposa murió en un accidente automovilístico". El periodista se preguntaba: ¿Es el destino o el azar?
Y usted, ¿cree en el destino? ¿Nuestra vida está trazada de antemano? ¿Hagamos lo que hagamos el resultado es el mismo? El hombre se hace preguntas y habla mucho sobre este tema, pero las opiniones varían. ¿Y Dios qué piensa de todo esto? Busquemos las respuestas que Él nos da en la Biblia.

Una herencia escogida

Materialmente, cuando hablamos de herencia nos referimos a dinero, negocios, bienes materiales etc. Pero también es cierto que nosotros no escogemos la herencia que queremos, sino que nos es delegada por un familiar siempre y cuando sea su voluntad, o puede que nos corresponda por ley.
Resultado de imagen de Una herencia escogidaA pesar de eso hay excelentes noticias, y es que tenemos una herencia en los cielos y que la escogemos desde el momento en que decidimos recibir a Jesús en nuestro corazón. La herencia consta de un corazón lleno de mucho amor y junto a eso, miles de millones en bendiciones, y además, una vida eterna para disfrutarla.
Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. Alma mía, dijiste a Jehová: tú eres mi señor; no hay para mí bien fuera de ti. (Salmos 16 1-2). Tienes que confiar en Dios, en Él está tu beneficio. Hagas lo que hagas, si lo dejas de lado no te irá bien.
Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; tú sustentas mi suerte. Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, y es hermosa la heredad que me ha tocado (versículos 5-6). Tienes una gran herencia, la más inmensa e incomparable de todas, y esa herencia es Dios. Siempre lo vamos a tener de nuestro lado, Nuestro Padre celestial es todo lo que tenemos, y suplirá todas nuestras necesidades espirituales, materiales, económicas o sentimentales.

Verdadera Grandeza

Una tarde, mientras regresaba de la ciudad a su casa, el senador John Stennis fue asaltado a mano armada.  A pesar de que Stennis entregó lo poco de valor que tenía, los asaltantes le dispararon dos veces dándole en el estómago y en la pierna. Los cirujanos del Centro Médico Walter Reed trabajaron más de seis horas para salvarle la vida.
Esa tarde también iba de camino a su casa el senador Mark Hatfield, que a menudo había tenido encontronazos con Stennis. Los dos estaban totalmente en desacuerdo en cuanto a la forma de hacer política. Sin embargo, cuando Hatfield oyó en la radio lo que había sucedido, de inmediato se dirigió al hospital en su coche. Ya allí, se percató con rapidez de que el personal del conmutador estaba sobrecargado con las llamadas de los otros senadores, los reporteros y los amigos de Stennis. Y le dijo a un operador: Sé cómo utilizar uno de estos equipos, déjeme ayudarlo. Lo ayudó a atender los teléfonos hasta el anochecer, cuando las llamadas disminuyeron. Luego, sin fanfarronear y calladamente, se presentó mientras se iba.
Mi nombre es Hatfield… estoy encantado de haber podido ayudarlo en algo que concierne a un hombre al cual respeto profundamente.
Grandeza quiere decir ser libre de pequeñeces, rencor, venganzas y prejuicios. Significa cuidado internacional, ayudar con modestia.
1 Samuel 16:7
Dios no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Dios mira el corazón.



Un camino, un guía

“…Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí…” (Juan 14:6)
I. La gente, ¿qué crees que opina de este versículo?
Desgraciadamente, la respuesta más común es: “todas las religiones llevan a Dios”. Tal vez sea verdad, pero ¿será al mismo Dios que nosotros conocemos?
¿A Jesús, nuestro Jesús, que pagó cada gota de sangre en la cual estaba tu nombre y el mío?,...hummm, creo que no es así. Pienso que sería más fácil que Jesús mismo se manifestase a todos mostrándose tal y como es, y así nos evitaríamos muchas discusiones con mucha gente. Pero como tenemos un propósito que conseguir en este mundo, mientras ese momento llega hay que trabajar duro con aquellas personas que tienen un corazón difícil. Se han petrificado y no lo dejan entrar a Él; es esa gente que grita en silencio clamando a Dios, y es curioso que el silencio no se pueda ver porque estoy seguro que el nombre de Dios se vería en ese silencio. Y duele saber que, a pesar de que lo necesitan, no lo buscan o lo buscan a su manera y no de la forma correcta; el mero hecho de pensar que una de tantas gentes podríamos ser nosotros, nos debería despertar el amor por aquellos que están extraviados sin encontrar ese camino, y por eso debemos estar preparados como se refleja en su palabra: “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir”.
II.  ¿Te has preguntado qué estarás haciendo el día en que Él regrese a recoger a los que son suyos?
Es triste que a muchos de sus hijos los va a encontrar en lugares no agradables. Y sabiendo que Él volverá, debemos estar preparados para su venida, que nos encuentre velando, o sea, despiertos en su obra y no dormidos en este mundo tan difícil para mantenerse velando, y ayudando a la gente a encontrar el único camino por el cual se llega a Dios que es por medio del arrepentimiento, y aceptarle a Él como único y suficiente salvador.