El agradecimiento que sólo consiste en el deseo es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras.
Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) Escritor español.
¿Cuáles son los deseos de tu corazón?
¿Qué es lo que tanto has anhelado y aún no ha llegado?
¿La frustración, la desilusión y el desencanto ya han tocado tu corazón?
¿Qué es lo primero que viene a tu mente cuando estas cosas nos suceden?
Sin duda lo primero es un deseo interno de quejarnos. Vemos la vida como injusta con nosotros, a la gente como nuestros verdugos y a Dios como insensible, lejano y desinteresado.
Estuve en el funeral de la esposa de uno de mis profesores en el Seminario. La esposa del Dr. Juan Kesler, Margarita, una sierva amorosa, partió hacia el Señor a los 75 años de edad. Su muerte fue asunto de semanas, cuando parecía estar bien de salud. En el funeral una de sus hijas habló a los asistentes y dijo estas palabras: “Tuve un conflicto conmigo misma al saber la muerte de mamá. Podía cuestionar a Dios y preguntarle por qué se la había llevado así, tan de improviso, pero después de meditar profundamente decidí en vez de lamentarme, darle gracias por los 75 años de edad que nos permitió tenerla”.
Agradecido…..Otra vez agradecido. Tenemos muchas razones por las que agradecer. Todo lo bueno que tenemos debe percibirse como un regalo de Dios. Si no lo miro como un regalo lo veo como un derecho, y cuando lo veo como un derecho termino exigiendo todos mis derechos, protestando por mis derechos y angustiándome por ellos. Pero cuando todo lo veo como un regalo, termino dando gracias a Dios por ellos.
El Apóstol Pablo lo dijo de esta manera:
“Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento”. Colosenses 4:2.
El Judaísmo dice:
“Dios nos hizo por placer y nos quiere tener por placer y por lo tanto nosotros no deberíamos angustiarnos por lo que queremos tener”.
Ni Dios, ni la vida, ni nadie nos debe nada. Necesitamos entonces disfrutar de lo que somos y de lo que tenemos con espíritu de agradecimiento.
Después de consultar con el pueblo, Josafat designó a los que irían al frente del ejército para cantar al Señor y alabar el esplendor de su santidad con el cántico: Den gracias al Señor; su gran amor perdura para siempre. 2 Crónicas 20:21.
“Cuando las demandas comienzan, el amor se va” Rabi Eliyahu Dessler.