sábado, 6 de enero de 2018

Un mundo grande; un Dios más grande

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Colosenses 1;16
Mientras conducíamos por el norte de Michigan, mi esposa exclamó: «¡Qué increíblemente grande es el mundo!» En ese momento pasábamos junto a un cartel que indicaba el paralelo 45, y hablamos de lo pequeños que somos nosotros y lo vasto que es el mundo. Aun así, comparado con el universo, nuestro planeta es solo un granito de polvo.
Si nuestro mundo es grande, y el universo es más grande aún, ¿cuán inmenso es Aquel que lo creó con su poder? La Biblia nos dice: «Porque en [Jesús] fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él» (Colosenses 1:16 LBLA).
Este mismo Jesús que creó el universo es Aquel que vino para rescatarnos de nuestro pecado. La noche antes de morir, Él dijo: «Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo» (Juan 16:33).
Ante los desafíos pequeños y grandes de la vida, podemos clamar a Aquel que creó el universo, murió y resucitó, y obtuvo la victoria sobre los quebrantamientos de este mundo. En nuestros momentos de lucha, Él nos ofrece su paz.

Señor, confío hoy en tu poder y grandeza.
La gracia de Dios es inconmensurable; su misericordia, inagotable; su paz, inefable.

Cuando Dios guarda silencio

“Oh Dios, no guardes silencio; no calles, oh Dios, ni te estés quieto” Salmos 83:1. Dado que las cosas se nos pueden escapar de control, puede parecer que un día todo está normal y dicha normalidad durara para siempre, y el día siguiente es todo lo contrario y pareciera que nunca saldremos de ese desierto temible.
Lo más difícil de superar de esos momentos de desierto es la soledad que se siente, el sentimiento de que Dios se ha olvidado de nosotros, la sed espiritual que produce y que no podemos saciar, y sobre todo el desgaste de nuestras fuerzas.
Pero aun con todo esto, jamás se nos debería olvidar que Dios nunca nos dejará. Puede parecer que a veces Dios está guardando más silencio del necesario, que por más que buscamos no encontramos una Palabra suya, que por más que anhelamos cosas, éstas no se dan. El caso es lo difícil que es cuando lejos de ver lo prometido, vemos todo lo contrario.
Son los silencios de Dios, duros, difíciles, sumamente cansados; pero lo mejor de todo es que después de una etapa de silencio siempre viene otra de bendiciones abundantes.
Porque puede parecer que Dios está examinando hasta donde somos capaces de soportar esos silencios, y no es que nos esté torturando, sino que quiere moldear nuestra vida, nuestro carácter, nuestra fe y Él está seguro que después de esta etapa tú serás mejor que antes.
A pesar de que sientas todo eso, que estés experimentando uno de los momentos de más silencio de Dios en tu vida, no significa que Él se haya olvidado de ti, ni que no cumplirá lo prometido o que no eres importante para Él; al contrario, Él está al cuidado de tu vida, de tus necesidades, y sobre todo está trabajando en organizar cómo se cumplirán tus sueños y anhelos del corazón.

¿Cómo puedo conocer la voluntad de Dios para mi vida?

Hay dos claves para conocer la voluntad de Dios en una situación específica:
(1) Asegurarse de que lo que está pidiendo o considerando hacer, no sea algo que la Biblia lo prohíbe. 
(2) Asegurarse que lo que está pidiendo o considerando hacer, va a glorificar a Dios y va a ayudarlo a usted a crecer espiritualmente. 
Resultado de imagen de ¿Cómo puedo conocer la voluntad de Dios para mi vida?Si estas dos cosas son ciertas, y Dios todavía no le ha dado lo que le está pidiendo, entonces es probable que no sea la voluntad de Dios que usted lo obtenga. O tal vez, usted simplemente necesita esperar un poco más de tiempo para recibirlo. A veces conocer la voluntad de Dios es difícil. La gente quiere que Dios básicamente les diga qué hacer, dónde trabajar, dónde vivir, con quién casarse, etc. Pero antes de nada reflexionemos en que Romanos 12:2 nos dice, “No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

Dios raramente da a la gente esa información directa y específica. Eso sí, Dios nos permite tomar y hacer decisiones referentes a aquellas cosas. La única decisión que Dios no quiere que hagamos es pecar o resistirse a Su voluntad. Dios quiere que tomemos decisiones que estén de acuerdo con Su voluntad. De manera que, ¿cómo saber cuál es la voluntad de Dios para usted? Si usted está caminando cerca del Señor y deseando de verdad Su voluntad para su vida, Dios va a colocar Sus propios deseos en su corazón. La clave es desear la voluntad de Dios, no la suya propia. “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmos 37:4) Si la Biblia no habla en contra de sus peticiones, y si éstas verdaderamente pueden beneficiarle de forma espiritual, entonces la Biblia le da “permiso” para tomar decisiones y seguir a su corazón.

La clave del fracaso

Resultado de imagen de la llave del fracaso es tratar de agradar a todos.Es imposible tratar de agradar siempre a todo el mundo. Cualquier persona que lleva una vida pública sabe que la gente es inconstante. Una persona puede ser sumamente popular un día, y al día siguiente pasar inadvertida.
En el siguiente poema se describe una manera mejor de vivir:
Existe un solo método para aprobar el examen de la vida:
sigue luchando y espera lo mejor;
no abandones el barco y deja
de lado el abatimiento,
aunque recibas golpes en vez de flores.

Este mundo sería tedioso si
todos cargáramos con
las penas,
si todos conserváramos esa
visión.

Así que termina tu tarea,
haz gala de lo mejor
de tus habilidades,
Puede ser que a algunos no les guste,
pero a otros sí.

Una canción popular de hace veinte años parecía referirse a lo mismo cuando decía: No puedes agradar a todo el mundo, agrádate a ti mismo. Sin embargo, el cristiano debe apuntar más alto: No intentes agradar a nadie más que al Señor. Sigue sus pisadas, guarda sus mandamientos y esfuérzate al máximo por cumplir su divina voluntad en cuanto a tu vida. Al final, agradar a Dios es lo único que importa.
¿La clave del éxito?... no la sé, pero la llave del fracaso es tratar de agradar a todos.
Mateo 6:24
Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro.