viernes, 12 de abril de 2013

¿Qué significa que Jesús salva? - Preguntas y respuestas bíblicas

Respuesta: “Jesús salva” es un popular eslogan escrito en calcomanías, cromos, carteles, eventos, e incluso en banderitas que son tiradas a través del cielo por pequeños aeroplanos. Desgraciadamente, pocos de los que ven la frase “Jesús salva”, comprenden verdadera y totalmente lo que significa. Hay una tremenda cantidad de poder y verdad contenida en esas dos palabras.

Jesús salva, pero ¿quién es Jesús?
La mayoría de la gente sabe que Jesús fue un hombre que vivió en Israel hace aproximadamente 2000 años. Virtualmente, todas y cada una de las religiones del mundo ven a Jesús como un buen maestro y/o profeta. Y aunque estas cosas de Jesús son totalmente ciertas, no captan lo que Jesús es verdaderamente, ni explican cómo o por qué Jesús salva. Jesús es Dios en forma humana (Juan 1:1, 14). Jesús siendo Dios, vino al mundo como un ser humano real (1 Juan 4:2). Dios tomó la forma de un ser humano en la persona de Jesús a fin de salvarnos. Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Por qué necesitamos ser salvados?

Jesús salva, pero, ¿por qué necesitamos ser salvados?
La Biblia declara que cada ser humano que ha vivido, ha pecado (Eclesiastés 7:20; Romanos 3:23). Pecar es hacer algo que de pensamiento, palabra u obra, contradice el perfecto y santo carácter de Dios. Por nuestro pecado, todos merecemos el juicio de Dios (Juan 3:18, 36). Dios es perfectamente justo, así que Él no puede permitir que el pecado y la maldad queden impunes. Puesto que Dios es eterno e infinito, y puesto que todo pecado es, en última instancia, contra Dios (Salmo 51:4), sólo un castigo eterno e infinito es aplicable. La muerte eterna es el único castigo aplicable en justicia por el pecado. Por esta razón necesitamos ser salvados.

Sabiduría - Reflexiones - Vídeo

De todas las lecciones que he aprendido durante mis viajes, una de las más importantes es que la sabiduría no tiene nada que ver con la riqueza y muy poco con el nivel de educación ordinario. La sabiduría puede ser hallada en cada aldea, en cada pueblo, en cada ciudad, país, continente, en cada rincón de la tierra. Es más, los más sabios no son a menudo los más habladores, sino por el contrario, los más callados y reservados.
Hace unos días, mientras ojeaba rápidamente mis fotografías, me encontré con una de una tejedora de canastos de las Islas Ssesse, en Uganda, y comencé a pensar…
Tejer diseños de canastos es un arte complejo que requiere mucha habilidad y destreza. Ver a una experta trabajando, es tan fascinante que me habría quedado observando a esta dama en particular durante horas. Lo que era sorprendente, sin embargo, era que un joven africano también había quedado embelesado, mientras la tejedora realizaba su labor.
Preguntándome si el joven estaba más interesado en el tejido del canasto que en la tejedora, me acerqué sorpresivamente a la pareja. Al preguntarle sobre su interés en el tejido, el sabio joven me miró, totalmente desconcertado, y contestó que no sabía cómo hacerlo, por lo que observaba, y añadió que siempre podemos aprender algo de los demás.
El joven de las Islas Ssesse es un ejemplo perfecto. Su relevancia en la aldea era tal, que no se esperaba que estudiase la humilde tarea del tejido de canastos; sin embargo, allí estaba. Y para rematar, este joven reservado compartió su sabiduría conmigo sin nada de esfuerzo.
Al observar lo que hoy ocurre en el mundo, me encuentro anhelando que más gente tuviese la sabiduría de mi joven amigo africano. Ha pasado mucho tiempo desde que conocí al joven, pero he llevado su recuerdo y sabiduría en mi corazón desde entonces. Y creo con todo el corazón que, dejando aparte quiénes seamos, siempre..., siempre podemos aprender algo de los demás.
¡Cuánta amargura y violencia nos ahorraríamos, si tan sólo pudiésemos reconocer que no sólo podemos, sino que nos toca aprender de quienes nos rodean… sean estas, personas, comunidades o naciones!  La sabiduría no está reservada a un grupo selecto de personas según su trasfondo educativo…, sino que más bien está presta, para todos los que mantienen una actitud abierta a los propósitos más amplios de Dios para sus vidas. Tal vez haya toda una riqueza de lecciones que nos están pasando de largo, sólo porque no aceptamos aprender de las personas, que están más que dispuestas a compartir con nosotros. No dejemos pasar de largo estas oportunidades y aprovechémoslas. ¡Adelante y que el Señor les continúe bendiciendo!

Mensajes - Devocional

Hay mensajes... y mensajes. Los hay claros y contundentes. Hay otros mensajes, subliminales, que llegan y envenenan el alma a escondidas y silenciosamente. Hay mensajes directos e indirectos. Hay mensajes de amor y los hay también de odio. Hay mensajes superficiales, que pronto se olvidan… o que tal vez vale la pena olvidar. Algunos se expresan con palabras. Otros con gestos, actitudes, imágenes… No importa el modo ni los medios de expresión.

En este siglo XXI, con la asombrosa evolución y simbiosis de los medios tecnológicos de la información y las telecomunicaciones, nuestras vidas han experimentado un impredecible cambio de rumbo. Vivimos literalmente “bombardeados” por mensajes venidos de todas partes. Medios masivos como la radio y la televisión, los diarios y revistas, las publicidades urbanas cada vez más sofisticadas, la telefonía celular y los ordenadores, han transformado nuestras vidas en constantes receptores de mensajes, hasta el punto de que entre tan enorme maraña de medios, muchas veces de tanta luz no se ve nada.
Pero entre toda esta vorágine de mensajes, también los hay de esos que provienen desde lo profundo del corazón, y su destino es lo más hondo de las almas. Esos que el mundo tiende a rechazar, pero que vienen impregnados con esa impronta inconfundible de Cristo. Ese grato olor fragante, ese bálsamo para el alma que trae consigo la paz y la dulzura de la incomparable unción del Espíritu de Dios.
Pero… ¿cómo hacen esas personas para decir lo que dicen? ¿Para transmitir esos mensajes? Pues, bien: no hay secretos. Los mensajes más auténticos y profundos son los que muchas veces provienen del dolor… o en todo caso, de un corazón quebrantado, que no es lo mismo, aunque el efecto final sea bastante parecido.

Las cuatro velas - Reflexión de esperanza - Vídeo


Cuatro  Velas se  estaban consumiendo lentamente

El ambiente estaba tan silencioso que se podía oír el diálogo entre ellas.

La primera dijo:
-¡Yo Soy la Paz! A pesar de mi luz, las personas no consiguen mantenerme encendida.
Y disminuyendo su llama, se apagó totalmente.


La segunda dijo:
-¡Yo me llamo Fe! Desgraciadamente soy superflua para las personas, porque ellas no quieren saber de Dios, por eso no tiene sentido continuar quemándome.
Al terminar sus palabras, un viento se abatió sobre ella, y se apagó.

En voz baja y triste, la tercera vela se manifestó:
¡Yo Soy el Amor!  No tengo más fuerzas para seguir ardiendo. Las personas me dejan de lado porque sólo consiguen manifestarme para ellas mismas; se olvidan hasta de aquellos que están a su alrededor.
Y también se apagó.

De repente, entró una niña y vio las tres velas apagadas.
-¿Qué es esto? Ustedes deben estar encendidas y consumirse hasta el final.

Entonces la cuarta vela, habló:
-No tengas miedo, niña, en cuanto yo esté encendida, podemos encender las otras velas.

Entonces, la niña tomó la vela de la Esperanza y encendió nuevamente las que estaban 
apagadas.

¡Que la vela de la Esperanza nunca se apague dentro de nosotros!

Justa medida - Mensaje reflexivo


Trabajo en una institución que ha conocido estos últimos cuatro meses, más cambios que en los más de 183 años  que lleva de existencia. Esta situación ha generado las más diversas reacciones y teñido de una estela de dolor y resistencia a las mismas; muchos de los que aquí trabajan, han debido modificar sus prácticas habituales y se han visto superados por las circunstancias. Donde sea que miran, ven cambios, cambios y más cambios.

justa medida
Este nuevo escenario presenta también nuevos desafíos, como pasar de un lugar que te era tan familiar y en donde se desarrollaba toda tu vida, en donde te sentías necesario, imprescindible y valorado en tu trabajo, a un lugar en donde estás en constante incertidumbre, con jefes que buscan optimizar recursos y cambiar todo aquello que para ti era seguro. Es un tremendo "shock" para lo que solíamos conocer y a lo que nos habíamos acostumbrado. 
Existe un concepto enérgico, muy a propósito, que es el término “creatividad”. Este concepto tiene relación con las crisis vitales que se producen en las diferentes etapas del desarrollo, en especial entre los 40 a 60 años. El adulto debe sentir que aportó de una u otra manera a la sociedad o a algún proyecto, que para él sea lo suficientemente trascendente; debe sentir que fue “productivo”, pues en caso contrario se producirá una crisis en él, cuyo resultado puede ser una conducta inadaptada e incluso una depresión. Quienes trabajan conmigo están afrontando esta tarea del desarrollo y se les está haciendo muy difícil.