Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto.
Juan 10:9
Juan 10:9
En este pasaje vemos que Jesús es La Puerta para ser salvo, no una de muchas puertas, sino LA PUERTA.
¿Por qué es importante reconocer esto? Porque cualquier otra puerta por la que entremos, no nos dará la Salvación ni la Vida Eterna.
Hoy hay muchas puertas que se abren prometiendo el Paraíso, pero Jesús es claro al decir que Él mismo es LA PUERTA a la Salvación. También aclara lo siguiente:
Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:13-14
LA PUERTA que lleva a la vida es estrecha, angosta, pocos son los que la hallan, y al ser estrecha, se debe entrar uno a uno.
En cambio, hay otra puerta que es ancha, y muchos son los que entran por ella, van en multitud… ; “todo el mundo” va por ahí, pero esa puerta lleva a la perdición.
Jesús nos advirtió de cuál es la Puerta por la que debemos entrar. ¿Lo crees?
En cambio, hay otra puerta que es ancha, y muchos son los que entran por ella, van en multitud… ; “todo el mundo” va por ahí, pero esa puerta lleva a la perdición.
Jesús nos advirtió de cuál es la Puerta por la que debemos entrar. ¿Lo crees?
Desgraciadamente hay muchos falsos profetas que engañan y te dicen que puedes entrar por otra puerta y a oscuras. ¡Cuidado! Estos son falsos profetas que dicen hablar de parte de Dios; “guías espirituales”; pero son engañadores y confunden hasta a los escogidos.