martes, 24 de mayo de 2016

La ofrenda de la viuda

Es interesante hacer notar que las cosas grandes se componen de partes pequeñas, todas, sin excepción. Los mares no serían mares sin las muchísimas pequeñas gotas que los forman.
Las montañas nos impresionan por su grandeza, pero estas mismas montañas no serían nada si no fuera por la combinación de ellas con las peñas, rocas, piedras y aún más importantes, los granos de arena, y hasta el polvo de tierra que les da forma y sustancia, y permiten que la flora las adorne y las embellezca.
El dicho, “Roma no se construyó en un día” también nos indica esto. Vemos que lo grande, lo importante y lo bello son el producto de la acción de muchos elementos pequeños. Esto es verdad, especialmente con respecto a lo espiritual.
El amor de una madre no se demuestra solo por el hecho de haber dado a luz a su hijo. Ese amor maternal tan loable es la suma de los sacrificios de cada día, de largos años de preocupación por el bienestar de su hijo, lo cual casi llega a ser una obsesión de su vida. Y la madre no considera a todo esto como un sacrificio, sino al contrario, un gozo y el deseo de su existencia, al darse ella misma hasta el último suspiro.
Durante la segunda guerra mundial, una parte de las fuerzas aliadas, compuestas de ingleses, franceses y norteamericanos, se encontró atrapada en costa del norte de Francia. Los nazis iban a forzarla contra el mar. ¿Cómo salvar a estos soldados de la destrucción que los esperaba? No había barcos militares suficientes, listos para transportar a estos valientes que afrontaban la muerte, y llevarlos a una distancia de solo unos treinta y cinco kilómetros.
En Inglaterra, el primer ministro, hablando por radio, explicaba la situación al pueblo, suplicando a cada persona que tuviera barco, no importaba el tamaño, que se lanzara al mar hacia la costa norte de Francia para rescatar a estos soldados.
Fue sorprendente el resultado. Millares de individuos en sus barcos, algunos de ellos yates, aunque la mayoría lanchas pequeñas, y hasta embarcaciones a remo, se dirigieron a alta mar. Formaban una flota unida y potente porque tenían un solo fin, todos estaban consagrados a hacer lo que pudiesen con lo que tenían. Para muchos su única posesión era su lancha. Era ella lo único que tenían para poder ayudar a los que necesitaban su servicio.
La mayor parte de los soldados llegaron sanos y salvos a Inglaterra, gracias a esos que ofrecieron lo poco que tenían. Mucho se puede siempre y cuando uno esté dispuesto a ofrecer lo que tiene, aunque parezca poco.

En el principio

El hombre responde a la iniciativa divina; es un actor secundario en una historia que es mucho más grande que él.
La declaración del apóstol en Juan 1:1-14, es una réplica del relato de Génesis, cuyo origen va más allá de la historia particular del planeta que nosotros habitamos: En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Este "principio" escapa a los parámetros que nosotros usamos para medir el paso del tiempo, pues está escondido en la misma eternidad.

Juan no pretende entrar en el misterio de esta frase: En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Éste estaba en el principio con Dios. Juan 1:1-2 Simplemente afirma que el Verbo existía desde siempre, porque el Verbo es Dios mismo. Su declaración nos ayuda a asumir, desde el mismo principio, la postura correcta en nuestra relación con el Señor. Él es el origen de todas las cosas, incluso de nuestra propia historia personal. Una y otra vez, a medida que caminemos con Él, vamos a retornar a esta verdad. Cada escena que presenciemos nos conducirá indefectiblemente a la persona de Dios. El hombre es, y por siempre será, el que responde a la iniciativa divina, un actor secundario en una historia que es mucho más grande y profunda que el relato de nuestro fugaz paso por este planeta.
Él es el origen de todas las cosas, incluso de nuestra propia historia personal.

Cazando en Birmania

Inline image 1El Señor… me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 2 Corintios 12:8-9 
Saw Ba Thite estaba cazando cerca de su pueblo (O Myanmar) en Birmania, cuando un jabalí enfurecido lo atacó y le mordió una pierna. Como en aquel lugar no pudieron curarlo bien, la herida se infectó gravemente y se pensó en la solución extrema: la amputación, que fue practicada en la capital de la provincia. Con ese impedimento… ¿cómo podría vivir? Y para colmo, su novia le dijo que lo dejaba… ¡Estaba sumido en una total desesperación!

Saw decidió poner fin a sus días arrojándose a un pozo cercano. Mientras iba de camino hacia ese lugar, de repente escuchó por la radio una emisión evangélica y se detuvo para oír mejor. El mensaje le sorprendió, pues hablaba de un Dios de amor y paz. Saw necesitaba saber más sobre ese Dios; rápidamente indagó y se puso en contacto con los responsables de la emisora. Entonces todo cambió. ¡Jesús entró en su vida y transformó todo! ¡Adiós a su oscura idea suicida y a la desesperación!

Amigos Verdaderos


“Tener amigos, verdaderos amigos, es la mejor prueba de una vida exitosa”
- Edward Everett Hale
“¿Qué es un amigo?
Te lo diré…
… un amigo es alguien
con quien puedes
ser tú mismo.”
- Frank Crane
“Un amigo es alguien que nos conoce muy bien
pero nos ama de todas formas.”
-­ Jerome Cummings

“Solo tus verdaderos
amigos te avisan cuando
tienes la cara sucia.”
- Proverbio Siciliano

Un amigo que vale la pena es aquel que
escucha tus más profundos pesares y
los siente como si fueran suyos.

Un amigo de verdad jamás se interpone en tu camino,
a menos que estés yendo cuesta abajo.

Un amigo de verdad es alguien que permanece
a tu lado aun después de conocerte muy bien.

“Un amigo es una persona
con la que se puede pensar
en voz alta.”
– Ralph Waldo Emerson

“Sin amigos nadie
escogería vivir,
aunque contara con
muchos bienes.”
- Aristóteles

Un hermano no es
siempre un amigo,
pero un amigo es
siempre un hermano.

“Nadie tiene mayor amor que éste,
que uno ponga su vida
por sus amigos.”
- Jesús

La amistad es un regalo,
acéptala con aprecio,
cuídala con cariño,
y quiérela con amor…