El amor no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor. 1 Corintios 13:5
¿Trató alguna vez de perdonar a alguien y se ha dado cuenta de que no puede hacerlo? Usted ha clamado y orado por eso y le ha pedido a Dios que le ayude, pero aquellas experiencias pasadas cargadas de rencor no quieren irse.
Para poner fin a esos fracasos en el futuro, es preciso que su perdón esté basado en la necesidad y en la voluntad, no en los sentimientos. El perdón verdadero no tiene nada que ver con la manera en que usted se sienta; es un acto de la voluntad, basado en la obediencia a Dios y en la fe en Él.
Lo cual significa que una vez que usted haya perdonado a alguien, deberá considerar a esa persona perdonada para siempre. Cuando los sentimientos pasados vuelvan y Satanás trate de convencerlo de que realmente no ha perdonado, resístalo, y dígale: “No, ya he perdonado a esa persona por fe. Me niego a vivir en esos sentimientos del pasado”.
Entonces, de acuerdo a 1 Juan 1:9, crea firmemente que ha sido perdonado y limpiado del pecado del rencor, de toda injusticia relacionada con éste y de cualquier recuerdo de haber sido agraviado.
Entonces, de acuerdo a 1 Juan 1:9, crea firmemente que ha sido perdonado y limpiado del pecado del rencor, de toda injusticia relacionada con éste y de cualquier recuerdo de haber sido agraviado.