lunes, 28 de enero de 2013

No porque no… - Mensaje

No porque no…

no porque no
De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo. Juan 16:20

No porque no conozcas a una persona que sufre
significa que no exista
No porque tus lágrimas corran a solas
Quiere decir que Dios no las vea
No porque sientas vergüenza por tu estado
Quiere decir que es realmente algo de qué avergonzarse
No porque tengas un plato de comida pobre
Quiere decir que haya quien no coma la mitad de lo que ahora comes
No porque tú no saboreas sonrisas desde hace ya algunos años
Quiere decir que las sonrisas hayan desaparecido
No porque tengas falta de fe
Quiere decir que la fe ya no exista
No porque el ánimo va y viene, viene y va
Quiere decir que no puedas modelarlo.
Todo lo lograrás, mírate como aquella estrella tan brillante
Que quizás está lejana pero poco a poco su destino alcanza.
No porque tengas más años
Quiere decir que los años no sean buenos
No porque los zapatos de tacón se te hayan roto a mitad de la calle
Quiere decir que todos se te romperán.
No porque hoy lloras
Quiere decir que siempre lo harás
Recuerda que las sonrisas son tuyas y mías
Son dulces y a veces agrias
Pero si miras al cielo
Un poquito más de lo debido en ese día gris
Te darás cuenta que no se cae y sigue ahí
Que no se irá y que seguirá siendo el cielo, tan firme
Oh sí, y con esto no exagero, tan firme como la fidelidad de Dios.
No porque hoy lloras
quiere decir que nunca reirás
Todo pasó amigo, amiga
Sí, es duro, duele, preocupa
Pero tienes fuerza, tienes fe, tienes esperanza
Y tienes sobre todas las cosas a Dios
Quien te aplaude y sonríe ante cada logro
Y arrepentimiento de tu hermoso, bello, rojo corazón.

No se le escapa nada - Devocionales, Reflexión - vídeo

A Dios no se le escapa
Estoy absolutamente segura de que debes conocer a más de una persona, o bien tienes un amigo o familiar, que es tremendamente organizado, que todo lo lleva registrado y que no hay detalle que se le escape. Que mantiene en todo momento el control de las circunstancias y no olvida detalle alguno; es como si en su cabeza estuviera todo ordenado con una lógica envidiable, es casi como un planificador de eventos.
De esas “especies” hay muchísimos ejemplares, pero hay uno que podría ser el jefe de todos. Exactamente, ese es Dios. Él es el “planeador o planificador” por excelencia. Basta con leer los evangelios y darse cuenta de que realmente no se le escapó nada en Su diseño divino. Desde antes del nacimiento de Jesús Él ya tenía TODO planificado, todo coordinado y todo agendado; cuando Jesús nació fue parte de Su plan, fue un hito dentro de la historia que escribía para ti y para mí.
Sé que hay ocasiones en las que parece que todo estuviera desordenado y confuso; también he estado en ese lugar y hacia todas las direcciones a las que miré sólo hallé dificultades y contratiempos, como si no viera salida. Pero también estuve del otro lado; cuando se sale del caos y todo cobra mayor sentido con el paso del tiempo; miras hacia atrás y lograr ordenar los puntos desconectados entre sí, dándole mayor sentido y dándote cuenta de que realmente a Dios no se le escapa detalle, todo lo hace perfecto para nosotros.
Como seres humanos, nos cuesta mucho trabajo superar la incertidumbre y dejarnos llevar; tenemos el “síndrome de planeador de bodas” y nos gustaría que ningún acontecimiento se escapara de nuestra agenda. Pero la verdad es que, durante nuestra vida, MUCHAS cosas se escaparán del control de nuestra agenda, pero ninguna del control de Dios. Él está tremendamente atento a ti y a mí, diseñando un plan perfecto, diseñando lo que nos hace bien, lo que necesitamos, que no siempre es lo que nosotros queremos. Y eso es lo que muchas veces nos cuesta aceptar; Dios no hace lo que tú quieres, Dios hace lo que Él quiere porque te conoce, no lo hace por capricho ni para que tú te des cuenta de quién es el que manda, no, Dios no es así. Lo que Dios hace, cuando se lo permites, es organizar tu agenda, planear tu vida y presentártela poco a poco para que vayas escogiendo si es lo que quieres o no. Él NUNCA te va a imponer lo que quisiera para ti, porque Él no es así, Él, humildemente, te hará una propuesta y tú podrás decidir si la tomas o no, y cuándo la tomes…estará disponible para ti.

A Dios no se le escapa nada, nunca lo olvides, y eso te incluye a ti. Todos hemos escapado de algo que Dios quiere hacer en nuestras vidas en algún momento, y todos los “correcaminos” hemos descubierto que es mucho mejor estar en el camino que Él propone, aceptar su propuesta y aprender a querer y disfrutar aquello que nos hace bien.



Manos vacías, pero corazón sincero - Devocional

“Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?” 
Salmos 42:2 (Reina-Valera 1960)
¿Has llegado a un momento en tu vida en donde por alguna razón le estás pidiendo algo a Dios y, al reflexionar sobre tu vida, te das cuenta de que tú no le estás dando nada a Él?
La mayoría de nosotros tenemos grandes necesidades que, por cierto, esperamos que Dios pueda suplir; somos muy buenos para pedir y muy malos para dar.
Por una parte queremos que Dios nos dé todo lo que le pidamos, pero por otra parte nosotros no estamos prestos a darle nada a Él, exigimos, pero no nos exigimos a nosotros mismos en el sentido de vivir una vida más agradable a Dios.
A veces hasta llego a sentir un poco de vergüenza al pedirle a Dios algo y, al mismo tiempo, darme cuenta que yo no le estoy dando nada a Él.
¿Qué podemos darle a Dios que Él no tenga? Hablando en sentido material, nada, pero más allá de lo material podemos darle a Dios nuestro corazón, nuestra sincera intención de vivir para Él, de servirle, de ayudar a otros a encontrar ese camino que nosotros ya encontramos.
A veces me veo delante de Dios con las manos vacías, sin nada que poderle dar, pero sí mucho que exigir que Él me dé; es allí en donde me veo en la urgente necesidad de sincerarme delante de Dios, de reconocer mi falta de pasión por vivir conforme a su voluntad o de mejorar aquellas áreas de mi vida que muy bien sé que tengo que mejorar.
Quizá los últimos días has estado pidiendo con urgencia algo a Dios, quizá anhelas que pueda responderte a la mayor brevedad; sin embargo hay en tu vida muchas cosas que debes mejorar, pero que por alguna razón no has hecho nada por hacerlo, y es allí en donde debes reflexionar lo mucho que quieres que Dios responda, pero al mismo tiempo lo poco que estás dando de ti para que Él se perfeccione en tu vida.
Dios puede contestar al instante o si gusta puede esperar para hacerlo, pero, aparte de una respuesta de Dios, nosotros deberíamos buscarle con un corazón sincero, no sólo porque necesitamos una respuesta urgente o un milagro sorprendente, sino porque estar a su lado es lo mejor que nos ha pasado y pasará. Porque a pesar de vivir situaciones dolorosas y difíciles, Él nos da paz, esa paz que sobrepasa nuestro entendimiento y que nos aumenta la fe para creer que si estamos junto a Él todo nos saldrá bien.
Motivémonos para dar a Dios lo que podamos darle; no se trata de algo económico o material, sino más bien darle a Él toda nuestra intención de agradarle, darle a Él todo nuestro deseo de ser mejor cada día, de buscarle más, de edificar en nosotros una vida, un tiempo devocional.
Que cuando nos presentemos delante de Dios sea con un corazón dispuesto a buscarle, a amarle, a hacer todo para Él, a disponernos completamente para que su plan se cumpla en nuestra vida.
Vivamos cada día tratando de ser mejores cristianos, mejores amigos, mejores familiares, mejores hijos de Dios, mejores servidores y, entonces, Dios observará esa intención de nuestro corazón y el esfuerzo que hacemos diariamente por ser mejores en todo, y, como consecuencia, sus respuestas comenzarán a fluir con libertad en nuestra vida.
Cuando nosotros tratamos de darle a Dios lo mejor de nosotros, Él nos responde con lo mejor para nosotros.

¡Presentémonos delante de Él con un corazón sincero y transparente!

“Oh, Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.” 

Salmos 5:3 (Reina-Valera 1960)

Escalando Montañas De La Vida - Crecimiento Personal y Espiritual - vídeo

Son las cosas simples de la vida las que me agradan, pero no siempre ha sido así. Hubo un tiempo en mi vida cuando todo lo veía oscuro.
Fue un tiempo cuando mis hijos eran la única fuente de luz en mi vida.
Estaba desilusionada conmigo misma por descender tan profundamente en un oscuro marco mental, y porque el creciente autoresentimiento sólo hacía más deprimente cada día.
Tomé refugio en las historias que escribía, escapando de mi propia realidad, creando nuevas historias y durmiendo como un personaje de ellas que disfrutaba de una vida muchísimo mejor que la mía. Estaba atrapada dentro de las fronteras que había creado para mí misma, impidiéndole a ciertos sentimientos, excepto la autoconmiseración y la desilusión, residir y crecer libremente.
Esto puede sonar un poco ilusorio e, incluso dramático, para aquellos que, suficientemente afortunados, nunca han experimentado la desesperación interior.
Desafortunadamente, la mayoría de la gente puede identificarse con cuán difícil puede ser escalar el pico de la depresión, superarlo, especialmente si han estado residiendo al pie de la montaña durante algún tiempo. Pero a cada minuto, a cada hora y a cada día que permanecemos quietos, tenemos una mayor tendencia a sentirnos cómodos dentro de esos límites.
La montaña viene a ser parte del escenario que pronto fallamos al verla, y la jornada en que debíamos viajar para llegar a nuestro destino es pospuesta o, peor aún, nunca conquistada.
La vida comenzó a cambiar cuando me di cuenta de que no era mi ambiente quien me controlaba, sino yo quien controlaba a mi ambiente. Era yo quien disminuía las luces en mi propio mundo y era yo quien necesitaba aumentarlas lentamente.
Fue durante esa travesía cuando le di una segunda mirada a mi vida, dándome cuenta de que mis hijos me necesitaban. Merecían una madre que pudiera darles luz a sus propios tiempos de oscuridad, guiándoles a una vida mejor que la que yo me había permitido durante esos tiempos desesperanzados. Merecían una madre que conquistara y moviese montañas, para compartir con ellos la sabiduría que obtuviese el día en que ellos iniciasen sus propias travesías.
Aprenderían que la felicidad es un don que nos damos a nosotros mismos y que, sin importar cuán perdidos nos sintamos a veces, el movimiento continuo en la fe nos llevará, progresivamente, a nuestra cima.
Fue en ese tiempo cuando comencé a hallar lo bueno de todas las cosas que había ignorado en mi inconsciente. Comencé a notar todo lo que había pasado por alto fuera de mí, debido a mi autoindulgencia en mi desdicha interior.
Hallé que eran las pequeñas cosas negativas de la vida las que me controlaban y que las pequeñas cosas positivas me pondrían en libertad. Tal como había permitido a cualquier negatividad gobernarme, comencé a buscar todo lo positivo que pudiera eventualmente liberarme.
Comencé a hacer un pasito cada vez, cayendo en ocasiones, pero levantándome con la meta en mi mente, mientras ésta se hacía cada vez más ostensible a cada paso. Usando mi propio compás interno y creando mis propios trechos y límites, conquisté logro tras logro hasta que eventualmente dominé el arte de escalar.
Tratamos con la desilusión y con experiencias deprimentes cada día de nuestras vidas. Debemos estar al tanto de que estos tiempos difíciles son nuestra oportunidad de crecer y aprender estrategias más avanzadas, para escalar nuestra próxima montaña más rápidamente.
Estos tiempos difíciles nos proveen de experiencia y conocimiento que podemos ceder a nuestros hijos y al mundo. Nos conceden sabiduría que, al mirar atrás, nos permitirán pararnos orgullosamente y sorprendernos de cuán lejos hemos viajado. Sólo a través de la dificultad podemos descansar en la cima, mirar al horizonte que nos rodea y regocijarnos, más allá de la imaginación de hoy, sobre cuán hermosa es realmente la vida y cuán afortunados realmente somos.
¿Quién de nosotros no afronta desafíos diarios en la vida? Es más, todos quisiéramos poder vivir continuamente en la cima, aunque la experiencia nos demuestra que tal sueño es imposible, ya que la vida nos presenta todo tipo de circunstancias que nos llevan a tomar decisiones, algunas veces erradas y otras, acertadas. El problema es que en realidad nunca sabemos anticipadamente el resultado de nuestras decisiones. Pero lo que sí podemos hacer, es aprender de los fracasos y de las experiencias, tanto nuestras como de las de otros. De esa manera nos estaremos colocando en mejor posición para escalar las montañas en nuestra vida.
Si esto nos parece muy difícil de realizar, ¿por qué no acercarnos a Quien puede darnos la sabiduría necesaria?


No pierdas la compasión… - Reflexiones

Una buena amiga mía, llamada Cristina, tiene un don sorprendente. Y creo que mucha gente se olvida de que lo tiene: el don de la compasión. ¿Por qué lo llamo un don? Porque ella se lo da a otros.
Verán, Cristina alberga gatitos sin hogar. Ella sale a rescatar gatitos en el bosque. Les cuida, se asegura de que estén saludables y les encuentra buenos hogares.
Una gatita muy especial llegó recientemente a su vida. Su nombre es Savannah. Cuando Cristina halló a Savannah, no estaba en buenas condiciones. Estaba sucia, temerosa y enferma. Como con todos los nuevos gatitos, Cristina la llevó a su casa, la limpió y alimentó. Una vez que alcanzan más o menos el kilogramo de peso, les lleva al veterinario en donde son examinados y vacunados. Recuerdo bien aquel día. Cristina me había llamado con tristeza, cuando descubrió que Savannah había dado resultado positivo en FIV. Es una enfermedad exclusiva para los felinos, similar al SIDA.
No viéndose mejor que el día en que Cristina la halló, Savannah había dejado de comer y comenzó a perder mucho peso. Se le podían ver los huesos a través de su delgada piel. Finalmente, dejó de caminar y comer del todo. Muchos considerarían esta una batalla perdida. Cristina invertía noches enteras teniendo a Savannah en sus brazos, intentando conseguir que se sintiera mejor. Con todo ello, Cristina misma se sentía peor. Ella lloraba, preocupada por Savannah. La idea de que Savannah perdiera su vida despedazaba a Cristina.
refle-compasion22aMuchos en el mundo ven en el FIV una sentencia de muerte. No se espera que los gatitos con FIV sobrevivan y los que lo hacen suelen, necesitan un cuidado especial. Debido a que el FIV es fácil de contagiar cuando los gatitos juegan, Savannah tenía que ser mantenida separada de los demás gatitos. Cristina era la única amiga que había llegado a conocer.
Cristina, aunque triste y dolida, nunca se rindió. Se había levantado temprano una mañana y comenzó a buscar información en Internet. Tras un rato buscando, encontró algo de esperanza para Savannah. Con un medicamento especial y muchos cuidados, descubrió que Savannah podría tener una oportunidad de mejorar y vivir una vida saludable. Cristina hizo muchas llamadas, intentando obtener la medicina, sin importarle el coste. Finalmente, pudo hallar un albergue sanitario que le diese la medicina sin coste alguno. Comenzó a dársela a Savannah y a introducirle fluidos con una aguja hipodérmica.
En poco tiempo, Savannah comenzó a ganar peso y a caminar de nuevo. No pasó mucho tiempo antes de que se levantara y jugase. Una noche, Cristina trajo a mi casa a Savannah a jugar. Nunca olvidaré la mirada en los ojos de Cristina, y la sensación de jugar con una gatita que muchos habían dado por muerta. Esta fue una experiencia realmente conmovedora.
Savannah acaba de ser examinada nuevamente. Esta vez el examen resultó negativo en FIV. En muchos casos, las madres pueden pasarle a sus gatitos esta enfermedad y, en algunos casos, los gatitos pueden librarse del mal con el tiempo. Savannah era ahora una gatita juguetona y saludable, con una vida para disfrutar que tal vez nunca hubiera conocido.
No hay duda en mi mente de que Savannah tendrá una mejor vida debido a Cristina. También sé que Cristina misma tendrá una vida mejor debido a Savannah. He leído muchas historias bonitas, pero ésta, la que acabo de relatarles, quedará conmigo para siempre. Me recuerda que "el amor y la compasión hacen la diferencia", y que nunca nos rindamos cuando creamos en alguien o en algo.
Hoy Savannah estará yendo al veterinario para sus exámenes rutinarios. En una semana o dos estará lista para la adopción, esperamos, por una familia a la que pueda impactar con amor y compasión.
Dan Malone
Cuando perdemos la compasión
 dejamos de parecernos a Dios, 
porque Dios es compasivo con su pueblo cada mañana.

Porque Él dice a Moisés: TENDRÉ MISERICORDIA DEL QUE YO TENGA MISERICORDIA, Y TENDRÉ COMPASIÓN DEL QUE YO TENGA COMPASIÓN. Romanos 9:15.
Y el Señor le respondió:Voy a darte pruebas de mi bondad, y te daré a conocer mi nombre. Y verás que tengo clemencia de quien quiero tenerla, y soy compasivo con quien quiero serlo. Éxodo 33:9.