domingo, 14 de junio de 2015

El pequeño tesoro

Cierto niño caminaba sin prisa por una polvorienta calle, cuando un ligero brillo metálico llamó su atención. Se trataba de una moneda de bajo valor, y contento, se determinó a caminar con la mirada puesta en el suelo. Encontró otras monedas de diferente valor, hasta incluso, un desgastado billete de un dólar. En total reunió doce dólares y ochenta y dos centavos, cantidad que la conservó como un tesoro porque no le había costado nada, o en realidad, ¿sí le costó? Preocupado por incrementar lo que llevaba, se perdió la belleza del ocaso, el esplendor del arcoíris, blancas nubes flotando sobre su cabeza bajo un cielo azul, pájaros volando, ardillas saltando de rama en rama,... en fin, vidas perdidas o mal aprovechadas.

pequeno tesoro

Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6: 21.
Hay personas a quienes les ha resultado muy difícil dejar aquellas cosas que estaban “apegadas” a su corazón; tanto es así, que se han perdido el conocer la vida de Dios, vida llena de vivencias muy gratas para aquél que ha creído. Caminan con la cabeza gacha, conformándose con muy poco, ya sea con una moneda de cobre o  con un billete de dólar. Pero, ¡si levantaran la cabeza, cuántos tesoros encontrarían! Porque servir a Dios Creador implica, necesariamente, desprendimiento, renuncia, y abandono de ciertos “tesoros” que no hacen ningún bien, que, es más, endurecen el corazón impidiendo la entrada a Jesús, el Señor. Dios está en el cielo, no en la Tierra, y para mirarlo hay que levantar la cabeza, ahí está el verdadero tesoro, apartar la atención de todo lo que distrae y hace infeliz. ¡Suelte y deje ir aquello que lo ata robándole su atención hacia Jesús!, sea lo que sea.

Las apariencias engañan

    Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de amigos se divertía con el tonto del barrio; un joven pobre, sin instrucción, que vivía de algunos trabajos menores y de la generosidad de la gente. A menudo, aquel grupo de amigos se reunía en el bar del pueblo, llamaban al tonto y, para burlarse de su ignorancia, le pedían que eligiera entre dos monedas, una grande de bronce y otra menor, de oro. Él siempre escogía la mayor y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.
Cierto día, alguien que observaba al grupo, llamó aparte al muchacho y le preguntó si todavía no se había dado cuenta de que la moneda mayor valía menos. "Ya lo sé”, respondió, no soy tan tonto; vale cinco veces menos que la pequeña, pero el día que escoja la otra, el juego acaba y no voy a ganar más monedas”.

Las conclusiones de esta historia son elocuentes:
1.                 Quien parece tonto no siempre lo es. ¿Quiénes eran los verdaderos tontos de la historia?
2.                 Una ambición desmedida puede acabar cortando la fuente de ingresos.
         “Lo mucho se puede volver poco con desear otro poco más” (Quevedo).
3.                 La avaricia es el signo más visible de un hombre pobre.
“Al pobre le faltan muchas cosas, pero al avaro, todas” 
La avaricia lo pierde todo por quererlo todo” 
4.                 “Hay personas que son tan, pero tan pobres, que lo único que tienen es dinero”.
5.                 Lo que importa no es lo que los otros piensen de nosotros, sino lo que realmente somos. El mayor placer de un hombre inteligente es aparentar ser idiota delante de un idiota que aparenta ser inteligente.
6.                 “La mejor manera de vivir felizmente para siempre, es no ir tras muchas cosas” 
“Si realmente eres sabio, no presumas de lo que sabes…” (Proverbios 12:23).

Carta a Dios

TOMA LO QUE SOY

Querido Dios:
Toma lo que estoy pensando, fíltrate en mi mente.
Allégate a los rincones escondidos que aún yo misma desconozco de mí.
Limpia, purifica, regenera, crea en mí algo nuevo.
Escudriña mis sentimientos, corrige aquello que pretende penetrar y engañarme.
No quiero tener un corazón dañado, corrompido y traicionero.
Quiero plenitud, ver tu grandeza.
Sentir tu presencia saturando mi interior, quemando lo que no es bueno, que estorba y desagrada.
Me gustaría ser un reflejo, una digna representante de ti aquí en la tierra.
Seguir tus pisadas y que tu eco inmortal permanezca en mi corazón, para nunca olvidarme de tus palabras.
Sé que no soy perfecta, pero tu amor me perfecciona.
Sé que cometo muchos errores, pero tu perdón me redime cuando humillada a ti, yo clamo y pido misericordia.
Impregna aquí en mi vida, tu esencia, la fragancia fresca.

Escribe sobre mi piel tus mandamientos, que tu sangre corra por mis venas, quiero ser por siempre tu hija.

No es tu destino, solo el camino

Debemos distinguir entre camino y destino; hay cosas que te están pasando que no es tu destino, solo es el camino.
Juan 16:33 "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo".
Si necesitas paz debes ir a la fuente que la da y esa fuente es el Señor Jesús.
Estaba orando por sanidad para la vida de una persona, y la persona que la acompañaba se veía afligida. En ese momento, el Espíritu Santo me dijo que ella estaba pensando que Dios no iba a sanarla y le dije "Míreme. ¿Eso que usted está pensando se lo dijo Dios, o el Diablo?
No puedes orar por un familiar y al mismo tiempo, escuchar la voz de Dios decirte que dejes de orar porque tu familiar va a morir; ese tipo de pensamientos nunca los pone Dios.


Dios da pensamientos de bien y de paz, la voz de Dios es la que te dice "Ten paz, confía, todo va a salir bien, estoy en el control, por mi llaga fue sanada". Lea la Biblia para conocer la voz de Dios.
En el mundo siempre vamos a tener aflicciones por hacer lo bueno o... por hacer lo malo.
Pero usted escoge la aflicción; la de hacer ejercicios o la aflicción de tener la presión alta, la aflicción de dejar el alcohol o la aflicción de volverse alcohólico.
Es mejor ser afligido por hacer lo bueno que por hacer lo malo, hay que hacer lo correcto, hay que ser inteligentes.

La Biblia dice en Salmos 34:19 "Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová".
Una empresa quiebra y te dicen que no pueden seguir con tus servicios. No es por tu culpa ni es la voluntad de Dios, pero debes distinguir la voluntad de Dios y la voluntad del Diablo. Jesús nació en un pesebre porque no se halló mejor lugar para Él, como muchas veces pasa, que no se encuentra un lugar para ti, en una gerencia que pensaste que te iban a dar por la maestría que tienes,... en tu familia que quizá te rechazó porque no fuiste el hijo que querían. En fin, hay muchas circunstancias en nuestra vida, en las que nos encontramos en un lugar que no quisimos por nuestra voluntad, ni por la voluntad de los que realmente nos aman.
Entonces, cuando las situaciones que vives son "circunstanciales" tienes que comprender tres cosas, la primera es que debes tener la humildad para aceptarlo y vivirlo, y decir: "si esto es lo que me toca vivir lo voy a vivir"; la segunda es que debes entender que no es por la buena voluntad de nadie sino que es una circunstancia; y la tercera debes tener claro que tienes la humildad para vivir esa situación, pero que también tienes la fe para salir de ella. Porque,
no es lo mismo tener fe para vivir una situación que tener fe para salir de ella.