Tuve la oportunidad de realizar un cierre de año académico para docentes de un colegio, y en medio de los balances de cómo les fue en lo que realizaron, tuvimos varios momentos especiales. En un primer momento, jugamos y nos reímos muchísimo, lo que relajó el ambiente y permitió ser capaces de activar toda la atención. Luego realizamos un ejercicio para activar la imaginación, que generó diversas emociones que resultaron muy “sanadoras”; y en un tercer momento, pensamos en aquello por lo cual quisiéramos dar las gracias, que podía ser por un hecho, una acción o algo tan abstracto como la felicidad o la paz.
Es innegable que cada uno de nosotros tiene al menos una razón por la cual dar gracias este 2015, y pese a que el año aún no finaliza, estamos muy cerca de su final, es época de regalos y sorpresas para la gente. Resulta impresionante de creer que aún antes de volver a celebrar unas Navidades, ya contamos con un regalo que nos hace ser inmensamente agradecidas.
Es innegable que cada uno de nosotros tiene al menos una razón por la cual dar gracias este 2015, y pese a que el año aún no finaliza, estamos muy cerca de su final, es época de regalos y sorpresas para la gente. Resulta impresionante de creer que aún antes de volver a celebrar unas Navidades, ya contamos con un regalo que nos hace ser inmensamente agradecidas.