jueves, 31 de diciembre de 2015

El árbol del agradecimiento

El cierre de año suele ser una época en la que realizamos balances de lo que fue el año que se va, en la que deseamos cerrar procesos e ir forjando el camino que nos conducirá hacia el cumplimiento de nuestras metas, anhelos o sueños en el año venidero. También es la perfecta ocasión para dar gracias.
el arbol de agradecimiento
Tuve la oportunidad de realizar un cierre de año académico para docentes de un colegio, y en medio de los balances de cómo les fue en lo que realizaron, tuvimos varios momentos especiales. En un primer momento, jugamos y nos reímos muchísimo, lo que relajó el ambiente y permitió ser capaces de activar toda la atención. Luego realizamos un ejercicio para activar la imaginación, que generó diversas emociones que resultaron muy “sanadoras”; y en un tercer momento, pensamos en aquello por lo cual quisiéramos dar las gracias, que podía ser por un hecho, una acción o algo tan abstracto como la felicidad o la paz.
Es innegable que cada uno de nosotros tiene al menos una razón por la cual dar gracias este 2015, y pese a que el año aún no finaliza, estamos muy cerca de su final, es época de regalos y sorpresas para la gente. Resulta impresionante de creer que aún antes de volver a celebrar unas Navidades, ya contamos con un regalo que nos hace ser inmensamente agradecidas.

La Importancia de Entender el Amor de Dios

“Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” Juan 3:16 (NTV)
Dios te ama tanto que envió a Jesús en una misión de amor con un mensaje de amor. La Biblia no dice que Dios da amor; dice que Dios es amor. Su naturaleza es amor; Dios es amor.
Dios creó el universo entero. Él creó este planeta; creó la raza humana. Entonces, Él te creó porque te ama.
Se podría decir que la razón por la que estás vivo es porque Dios te ha creado como un objeto de su amor. Dios te hizo para que Él te pudiera amar y para que tú lo pudieras amar a Él. El amor de Dios por ti es la razón por la que tu corazón está latiendo en este momento; es la razón por la que puedes respirar.
Las buenas nuevas de Dios es que Él te ama en tus días buenos lo mismo que en tus días malos. Él te ama cuando sientes su amor, y Él te ama cuando aparentemente no sientes su amor. Él te ama, independientemente de que tú creas que mereces o no mereces su amor.
No hay nada que puedas hacer para que Dios deje de amarte. Puedes intentarlo, pero no sucederá porque su amor por ti se basa en su carácter y no en lo que hagas, digas o sientas.

La Piedra Principal del Matrimonio

Una relación personal con Jesucristo es la piedra principal del matrimonio.
El matrimonio es una mezcla de vidas, no una simple unión. Muchos matrimonios fallan debido a que sus integrantes siguen mirando a las libertades y relaciones del pasado.

Cuando una pareja invita al Señor Jesucristo a que sea la piedra angular de su matrimonio, y se convierta en el verdadero punto fuerte sobre el que construyen su relación, lo invitan a que marche al frente de ellos. Entonces Él es libre para guiarlos hacia el único propósito que les tiene como matrimonio.

Somos únicos como individuos. Sin embargo, cada matrimonio es único también. Es algo tan individual y único en su especie como sus integrantes. Del mismo modo que Dios nos creó como individuos originales, también necesitamos invitarlo a que cree nuestro matrimonio como una relación original por completo. Esto solo es posible cuando cada persona en la relación somete su individualidad al propósito supremo de Dios.

Como dijo C.S. Lewis: El yo solo existe para ser abdicado. En la entrega personal vamos al ritmo que no solo es de toda la creación, sino de todo ser, pues el Verbo eterno también se dio a sí mismo en sacrificio.

Miren que pongo en Sión una piedra principal escogida y preciosa, y el que confíe en ella no será jamás defraudado. 1 Pedro 2:6

Las Tarjetas de Navidad

Escribir y enviar tarjetas de Navidad es una de nuestras primeras tareas de la temporada invernal.
La costumbre comenzó en Inglaterra alrededor de 1840 con el inicio del “Penny Post”, el primer sistema de servicio postal. Según la leyenda, el británico Henry Cole, quien acostumbraba dejarlo todo para mañana, dio comienzo a la tradición.
En 1843, cuando se encontró atrasado en su correspondencia con sus amistades, decidió corregir la situación enviando saludos navideños a fin de año. Su brillante idea dio origen a la comercialización en masa de tarjetas de Navidad, especialmente después de 1860, cuando se desarrollaron mejores métodos de impresión.
En Inglaterra la popularidad de enviar saludos navideños creció, cuando se hizo posible enviar tarjetas sin usar sobres sellados, por la mitad del coste de enviar una carta. Louis Prang, un residente en Boston, imprimió y vendió la primera tarjeta de Navidad en Estados Unidos en 1865.
Las imágenes y mensajes contenidos en ellas, se han mantenido relativamente constantes a través de los años; imágenes mostrando escenas de la temporada e historias de Navidad, acompañadas de los mejores deseos de una feliz Navidad y un próspero año nuevo.