Una frase que se dice en la vida del ser humano que se debe aprender a superar.
¿Quién no se ha sentido decepcionado alguna vez en la vida?
Veamos qué se entiende por decepcionado: Desencanto experimentado al no obtener o no suceder algo que se esperaba y deseaba produciendo malestar, tristeza. Otra definición; desilusión cuando se ve el desinterés de los demás en lo que se realiza o se hace buscando un beneficio para todos.
¿Habrá quejas? ¡Si las habrá! Pero aprendamos como Job…
Y a pesar de todo lo que le había sucedido, Job no ofendió a Dios ni le echó la culpa. Job 1:22
Dios también pasó por decepciones, si vemos por ejemplo, cómo ayudó a su pueblo escogido y lo bendijo de gran manera... y siempre lo fallaban.
¡Cuántas veces desobedecieron a Dios y le causaron dolor! Pero volvían a ponerlo a prueba; ¡entristecían al Santo de Israel! Salmos 78:40-41
Jesús también paso por decepciones; llevó a sus discípulos a que lo acompañaran a orar para poder soportar el trago amargo de su crucifixión. Se fue a orar a solas y los dejó orando a ellos, y al retorno los encuentra dormidos. Les llamó la atención,¿Simón, no se pudieron mantener en oración ni una hora?, y al retorno, ¡otra vez los vuelve encontrar dormidos! Cómo se debió haber sentido el Maestro que no lo apoyaron ni en oración en una situación tan difícil. Por eso les recalcó: manténgase en oración porque ustedes son débiles. Marcos 14:33-42 PF