jueves, 30 de mayo de 2019

¿Por qué es importante creer en la inerrancia de la Biblia?

Resultado de imagen de ¿Por qué es importante creer en la inerrancia de la Biblia?Actualmente hay una tendencia a encogerse de hombros cuando se nos confronta con el error. En vez de preguntar como Pilato “¿Qué es la verdad?”, el hombre moderno dice, “Nada es verdad” o quizá “La verdad existe, pero no podemos conocerla”. ¡Vaya!, hemos crecido con la costumbre de ser engañados, y así, mucha gente parece acomodarse con la falsa noción de que la Biblia también contiene errores. 

Sin embargo, la doctrina de la inerrancia bíblica es extremadamente importante, porque la verdad sí importa. Este hecho lo refleja el carácter de Dios, y es fundamental para nuestro entendimiento de todo lo que enseña la Biblia. Estas son algunas razones por las que debemos creer absolutamente en la inerrancia bíblica: 


1. La misma Biblia declara ser perfecta. “Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada en horno de barro, purificada siete veces” (Salmos 12:6)

“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo” (Salmos 19:7). 
“Toda palabra de Dios es limpia” (Proverbios 30:5). Estas afirmaciones de pureza y perfección son declaraciones absolutas. Obsérvese que no dice “Casi todas las Palabras de Dios son puras” o “la Escritura es casi perfecta”. ¡No! El argumento de la Biblia es de una completa perfección, sin dar lugar a teorías de “perfección parcial”. 

2. La Biblia se sostiene como un todo. Si se descubriera que un periódico importante rutinariamente cometiera ciertos errores, sería rápidamente desacreditado. No valdría de nada decir “Todos los errores fueron confinados a la página 3”. Para que un periódico sea fiable en todas sus secciones, debe ser verídico en todo su contenido. De la misma manera, si la Biblia fuera inexacta cuando habla de geología, ¿por qué habría de confiarse en su teología? O es un documento fiable, o no lo es. 

¿Qué es la Biblia?

Un breve resumen del Libro de los libros.

Resultado de imagen de ¿Qué es la Biblia?La palabra “Biblia” proviene de las palabras griega y latina que significan “libro”; nombre muy apropiado, puesto que la Biblia es libro para toda la gente de todos los tiempos. Es un libro como no hay otro, único en su clase. 

Sesenta y seis diferentes libros forman la Biblia. En estos van incluidos libros sobre la ley, tales como Levítico y Deuteronomio; libros históricos, tales como Esdras y Hechos; libros de poesía, como Salmos y Eclesiastés; libros de profecía, como Isaías y Apocalipsis; biografías, como Mateo y Juan; y epístolas (cartas formales) como Tito y Hebreos. 

Los Autores

Cerca de 40 diferentes autores humanos contribuyeron para su formación, escrita dentro de un período aproximado de 1,500 años. Los autores fueron reyes, pescadores, sacerdotes, oficiales gubernamentales, granjeros, pastores y doctores. Esta diversidad de autores converge en una increíble unidad, con temas comunes entrelazados a través de toda ella. 

La unidad de la Biblia se debe al hecho de que, finalmente, tiene un Autor: Dios Mismo. La Biblia es
inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16). Los autores humanos escribieron exactamente lo que Dios quiso que escribieran, y el resultado fue la perfecta y santa Palabra de Dios (Salmo 12:6); 2 Pedro 1:21- porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Las Divisiones
La Biblia está dividida en dos partes principales: El Antiguo y el Nuevo Testamento. Como resumen, el Antiguo Testamento es la historia de una Nación, y el Nuevo Testamento es la historia de un Hombre. La Nación fue la forma como Dios trajo al Hombre al mundo. 

El Antiguo Testamento describe la fundación y preservación de la nación de Israel. Dios prometió utilizar a Israel para bendecir al mundo entero (Génesis 12:2-3). Una vez que Israel fue establecida como una nación, Dios levantó a una familia de entre esa nación a través de la cual vendrían las bendiciones: la familia de David (Salmos 89:3-4). Entonces, de la familia de David fue prometido un Hombre que traería la bendición prometida (Isaías 11:1-10). 
El Nuevo Testamento detalla la venida del Hombre prometido. Su nombre fue Jesús, y Él cumplió las profecías del Antiguo Testamento, porque vivió una vida perfecta, murió para convertirse en el Salvador, y resucitó de entre los muertos. 

La naturaleza de Dios y la mía

Una fábula dice así:
 
Resultado de imagen de La naturaleza de Dios y la míaSe cuenta que una vez, un maestro oriental vio cómo un alacrán estaba ahogándose en un pozo de agua y decidió sacarlo fuera. Cuando lo hizo, el alacrán lo picó duramente. La reacción al dolor hizo que el maestro lo soltara de inmediato y el animal cayó al agua, y en un instante estaba ahogándose de nuevo. 
El maestro intentó sacarlo una y otra vez; y cada vez que lo hacía el alacrán volvía a picarlo con su punzón, sin vacilar.
Un joven que estaba observando la escena, se acercó al maestro y le dijo: ¡Perdone; pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacar a este asqueroso animal del agua, lo picará? El maestro respondió: La naturaleza del alacrán es picar; pero esto no va a cambiar la mía, que es ayudarlo y salvarlo.
Entonces, ayudándose con la hoja de un árbol, el maestro sacó al escorpión del agua y le salvó la vida. El maestro no cesó en intentar encontrar la manera de salvar su vida.

Yo nací en iniquidad, y en pecado me concibió mi madre.

(NBLH, Salmo 51:5).


Después del pecado original en el Huerto del Edén, el hombre se escondió de Dios, avergonzado, con miedo, con necedad en su corazón, echándose las culpas uno a otro, con desesperación, a causa de su desobediencia y de su agravio al Creador.

Dios, que en esencia es amor, busca al hombre, lo encuentra, lo cuestiona, le hace túnicas de pieles, cubre su desnudez y los viste. De esta forma Dios promete el canal de salvación eterna, apunta y señala al Salvador. (Génesis 3:8-24).
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Al igual que el maestro oriental comprendía que el alacrán le seguiría picando cada vez que le extendiera su mano, pero decidió seguir salvándole y apuntando una manera de salvación: la hoja del árbol, Dios al igual comprendió que el hombre en su necedad, continuaría pecando, seguiría haciendo cosas desagradables a Él, seguiría produciendo punzadas en el corazón de Dios. !Pero no importa! Dios decidió seguir amándolo, Dios sigue extendiendo su gracia y propiciando un medio de salvación: ¡La sangre de Cristo, la cual nos limpia de todo pecado! Véase, 1 Juan 2:1.
Jesús dijo: De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Este concepto debe penetrar en las mentes de los auténticos cristianos: Dios nos ama, nos acepta y quiere a cualquier precio una relación personal con nosotros. 
Él publica un medio de salvación incomparable e insustituible, Jesucristo y el derramamiento de Su sangre en propiciación por nuestros pecados.

lunes, 27 de mayo de 2019

Honra a tu padre y a tu madre… ¿Debo honrar al padre que me abandonó?

Actualmente un gran número de familias sufre la ausencia de uno de los padres. Conflictos, separaciones, abandono total o parcial de responsabilidades, determinan este verdadero síndrome de nuestros días. Incluso la familia cristiana, hoy por hoy no está ajena a esta realidad.
Sin importar si pasaste por esto o no, es rigurosamente cierto que si no es tu caso, seguramente es el de alguien que conoces o al menos tiene contigo unas cuantas cosas en común. Estas palabras, en las manos del Señor, pueden marcar un antes y un después en tu vida y en la de ellos.
La siguiente historia está basada en el caso real de una mujer que, estando aún en el vientre de su mamá, sufrió el abandono por parte de su padre. Muchos años después, en su adultez, el padre reaparece nuevamente en su escena familiar, y como cristiana se encuentra ante una tremenda encrucijada: “¿Debo honrar al padre que me abandonó?”
“Honra a tu padre y a tu madre…” eran las palabras de Dios que continuamente taladraban su sufrido corazón. Su padre abandonó a su madre cuando ella estaba a una semana de nacer. Años de lucha, necesidades e infelicidad quedaron en ese hogar destruido.
No obstante, esta mujer, ya durante su edad adulta, quiso conocerlo y emprendió su búsqueda. Dios le allanó el camino, y finalmente un día el encuentro se produjo. La pregunta no podía esperar: “-Por qué nos abandonaste?”
Le explicó que no tenía un trabajo fijo ni con qué sostenerlas. Un día salió, no halló trabajo y se sintió tan avergonzado que no tuvo valor para volver.
Tal vez verdad… tal vez no. Mucho es lo que se podría decir e incluso cuestionar sobre la actitud de este padre… Pero no es su historia la que nos importa en este mensaje. El punto principal es qué hizo su hija años después, cuando ya adulta se encuentra frente a frente con él. Tenía que perdonarlo, era la necesidad imperiosa de su corazón mezclada con una intensa cuota de amargura e indignación.
Ella conocía bien lo que significaba perdonar. Creció en una época y en un lugar en donde ser hija de una mujer sola significaba una verdadera humillación. Años de discriminación, necesidades y un sutil maltrato en la escuela, en la comunidad, e inclusive en la iglesia habían golpeado duramente su quebrantado corazón. Entretanto, las cosas se fueron mejorando para él. Él lo tuvo todo, ella nada.
¿Cómo orar un Padrenuestro, y decir “perdónanos como nosotros perdonamos…”? Solo había un camino: la puerta del dolor.

Advertencia para el que peca intencionadamente

Gálatas 6:7-8 “No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.” (NVI)
¿Quién conoce la mente del hombre? ¿Quién conoce el corazón del hombre? No hay ningún método científico que, verdaderamente, pueda conocer la mente y el corazón del hombre. Se ha tratado de estudiar el comportamiento del ser humano, pero no se sabe realmente lo que hay dentro de la mente y del corazón del hombre.
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Solo Dios conoce estas dos cosas, Jeremías 17: 9-10 »Nada hay tan engañoso y perverso como el corazón humano. ¿Quién es capaz de comprenderlo? Yo, el Señor, que investigo el corazón y conozco a fondo los sentimientos; que doy a cada cual lo que se merece, de acuerdo con sus acciones.» (DHH)
Según los cardiólogos, el corazón de la mujer es más complejo que del hombre, dura más tiempo que el del hombre. ¿Cómo se expresa el corazón?
Marcos 7:20-23 “Lo que sale del hombre, eso sí lo hace impuro. Porque de adentro, es decir, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los asesinatos, los adulterios, la codicia, las maldades, el engaño, los vicios, la envidia, los chismes, el orgullo y la falta de juicio. Todas estas cosas malas salen de adentro y hacen impuro al hombre.”
Jesús nos enseña lo que realmente se esconde y vive en el corazón del hombre. Solemos cuidarnos más de lo que comemos que de lo que sale de nosotros. Sin embargo, de dentro del corazón salen las maquinaciones y pensamientos más perversos que existen en el mundo. Crímenes atroces, secuestros, robos, violaciones, maldades extremadamente terribles, destrucción, maquinaciones infernales...

Deléitate en Jehová

Para nuestras limitadas mentes es complicado entender que, cuando decidimos deleitarnos en el Señor y olvidar toda inquietud en nuestras vidas, Él obra; haciendo mucho más de lo que esperábamos. Pero es así como se vive el reino de Dios.
Resultado de imagen de deleitate en jehova y el concederá las peticiones de tu corazónCada vez que escogemos mirar el tamaño de nuestros problemas, olvidando el Poder y Soberanía de nuestro Dios, estamos desperdiciando el favor de Aquél cuyo trono jamás se moverá. Por el contrario, cada vez que confiamos en su benignidad y decidimos soltar el asunto que nos atormenta, al poco tiempo Él obra mostrándonos la pequeñez de aquello que para Él siempre fue insignificante.
Dios honra a los que lo honran, y se goza exaltando a aquellos que en Él confían y reconocen su grandeza. Cada vez que reconocemos el Poder, Soberanía y Majestad de nuestro Dios, activamos el favor del cielo descendiendo a nuestras vidas. Cada vez que nos mantenemos firmes a pesar de las situaciones, confiando en nuestro Dios, Él envía poder de lo alto para acomodar lo que estaba fuera de nuestro alcance; pero de nuevo, lo que activa esto es creer en el Poder Soberano de nuestro Dios. A nuestro Dios le agrada que confiemos en Él y le sorprendamos con la manera en que le presentamos nuestras peticiones, honrándolo al reconocer su Poder.
La manera en que debemos acercarnos a nuestro Dios es con reverencia, amor y honrándolo. Así como hizo el centurión, quien no se sentía digno de que Jesús fuera a su casa, quien además reconoció que todo cuanto es visible y no visible está bajo su autoridad, rogándole que solo dijera una palabra para que su criado fuera sanado. Eso, mi hermano, es reino de Dios en la tierra. Tanto es así que a nuestro Dios no le quedó más que decir: "Ni aún en Israel he hallado tanta fe".
“Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.”
Mateo 8: 8-10
Te invito a que el día de hoy elijas deleitarte en el Señor y lo bendigas. Reconoce todo lo que Él ha hecho en tu vida, alábalo por lo que Él es y por la historia que tienen juntos, y aquello que veías como un problema tomará su justo tamaño.
Reconoce su Dominio, Poder, Soberanía y Autoridad sobre todo; deléitate en todo lo que te permite vivir, y ciertamente Él concederá las peticiones de tu corazón.

“Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.”

Salmos 37:4 (Reina-Valera 1960)

viernes, 24 de mayo de 2019

Una Vida Que Agrada A Dios

Por la fe, Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Hebreos 11:5.
Resultado de imagen de Una Vida Que Agrada A Dios“Muchas cosas agradables existen en la vida. Entre todas, la superior es encontrar agradable nuestra comunión con Dios y vivir una vida que agrade al Maestro y Señor.” Hoy sé que tengo por delante horas que Dios me ha regalado para vivir en la plenitud de su gracia y de su amor, por lo tanto mi deseo es, en esas horas, mantener una clase de vida que agrade al Señor.
En los seres humanos siempre ha existido el deseo de agradar a Dios, pero nos equivocamos continuamente al creer que agradamos a Dios porque hacemos cosas para Él, porque cumplimos con ciertas normas religiosas o porque hacemos obras buenas. Todo eso es bueno, desde luego, mas la Palabra de Dios, en el libro de Hebreos, dice que Dios llevó a Enoc al cielo sin mirar la muerte, y que antes de ser llevado Enoc tuvo testimonio de haber agradado a Dios.
¿Cómo se agrada a Dios? En el versículo 6 de Hebreos 11 se dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que lo buscan.Es, pues, una vida de fe lo que agrada a Dios.
Hoy, quiero comenzar viviendo una vida que agrade a Dios; quiero tener esa vida de fe. Entendiendo que fe implica confianza, rendición y dependencia absoluta del Creador.
Hoy no puedo bastarme a mí mismo… Porque en mi debilidad su gracia me basta.
¿Qué hace una persona que tiene fe? El versículo 6 de Hebreos 11 lo dice: “Es necesario que quien se acerca a Dios…”: Lo primero que hace alguien que tiene fe es acercarse a Dios. Hoy quiero acercarme a Dios y beber de su fuente, porque sin su agua muero de sed.
“Crea que le hay…” La segunda cosa que hace quien agrada a Dios es que cree que Dios es y que está a su lado. Porque quien se acerca a Dios termina comprendiendo que Dios es y está a su lado. Hoy quiero vivir convencido de que Dios es y está a mi lado.
“Que es galardonador…” La tercera cosa que hace quien agrada a Dios, porque vive en estado de fe, es creer firmemente que Dios es galardonador de los que lo buscan. Si el que se acerca Dios termina convencido de que Él es y está, descubre que Dios galardona a quienes lo buscan. Dios galardona con su presencia a quienes lo buscan.
Hoy quiero terminar convencido de que Dios galardona a quien lo busca. Pero lo más importante no son los galardones sino el galardonador.
No importan las experiencias que tenga que afrontar si mantengo mi confianza absoluta en Dios. Esta fe me llevará a acercarme a Dios; acercarme a Dios me persuadirá de que Dios es y está, y una sonrisa brillará en mis labios porque experimentaré en mí mismo que Dios es galardonador de los que lo buscan.
Señor: Tus ojos se fijaron en la Tierra y contemplaron con amor a Enoc… Por ello decidiste llevarlo, para que estuviera contigo por la eternidad. La vida de Enoc te agradó. Pero hoy soy yo el que quiere tener una vida que te agrade. Me has dado la fe como un don; por ello, disfrutando ya de lo que me has dado, decido acercarme a ti y en tu presencia terminaré convencido de que eres y estás, y con alegría saldré de tu presencia porque sé que eres galardonador de los que te buscan. Gracias por tu amor.
En el Nombre de Jesús. Amén.

¿Qué busca Dios?

Dios está buscando algo muy importante para Él. Si Dios busca algo, es porque se ha perdido, porque hace falta o porque no se sabe su ubicación. Lo más importante para Dios son las almas, que todos sean salvos, pero hay algo más que Dios busca.
Dios busca adoradores
Resultado de imagen de ¿Qué busca Dios? ADORADORES“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren” (Juan 4:23). Dios está buscando adoradores. Quizá confundamos lo que es adoración con un estilo de música, pero realmente va más allá de eso.
Adoración viene de la palabra griega proskuneo, que se puede traducir como hacer reverencia, dar homenaje, dar obediencia, postrarse y arrodillarse. No solamente es cantar sino actuar, hacer algo para exaltar a Dios. Nuestra principal forma de adoración a Dios es la obediencia como la de Cristo; Él fue obediente hasta la muerte (Filipenses 2:8).
Hay tres cosas que debemos saber acerca de la adoración según su significado literal.
  1. Hacer reverencia y dar homenaje, significa exaltar todo lo que Dios es. Podemos darle gracias por ser nuestro Padre amoroso, compasivo, misericordioso, por ser soberano, eterno y protector. Significa poner a Dios más alto que cualquier otro ser.
  2. Postrarse y arrodillarse, significa humillarnos, agachar la cabeza, ponernos por debajo de alguien. Cuando nos acercamos a Dios con humildad, podemos recibir el favor de Dios de muchas formas.
  3. Ser obedientes, es la máxima expresión de la adoración a Dios, porque mostramos confianza en Dios y sabemos que hacer Su voluntad es la mejor forma de vivir aquí en la tierra (Romanos 12:2).
Dios nos pide que la adoración sea auténtica, y esto se logra cuando dejamos que el Espíritu Santo nos guíe. Cuando reconocemos los atributos de Dios y nos damos cuenta de que sin Él nada podremos hacer, experimentaremos la presencia de Dios de una manera palpable. La atmósfera alrededor del adorador cambia, ya que tendrá el privilegio de traer la gloria de Dios a la tierra y llevarla a cualquier lugar.

El peor enemigo a vencer: El Miedo

Disfrazado de muchas formas, el miedo es el mayor enemigo a vencer, pues no se nos presenta de una manera agresiva y fácil de descubrir, sino de la forma más sutil, disfrazado de pequeñas dudas, y tan dentro de nosotros que no somos capaces de descubrirlo, y como consecuencia enfrentarlo.
El miedo es ese enemigo silencioso que siembra dudas en ti, que te hace entrar en crisis cada vez que necesitas tomar una decisión, que te hace sentir inseguro e incapaz; un lazo que te mantiene inmóvil, solo soñando con lo que quisieras ser, observando de lejos, creyendo que es mejor no intentar "eso" porque podrías fracasar.
miedo
Pero la peor forma de perder una batalla es rindiéndote antes de comenzarla, y la peor de las decisiones es la de no hacer nada por miedo a un resultado inesperado. El peor de tus enemigos es el miedo que llevas dentro, un gigante que no te deja ver todo lo que puedes alcanzar; el miedo no puede ser más grande que el deseo de aquello que tanto anhelas.
En ciertas ocasiones de nuestra vida todos sentimos miedo. Aunque creemos que estamos lo suficientemente seguros de nosotros mismos o de nuestras capacidades, nuestro valor sale a relucir solo en ciertas situaciones en las que requerimos de él; pero aun mayor que tus temores e inseguridades, Dios te ha dado una medida de fe y valor, con la que puedes lograr vencer hasta el peor de tus enemigos.
Tus inquietudes ante decisiones importantes, tus preocupaciones, tus crisis de fe..., todas tienen que ver con alguna clase de miedo, miedo a la reacción de otros, al rechazo, a lo que pasaría si te equivocas, etc.. Todas, aunque sean distintas las circunstancias, tienen el mismo común denominador: El miedo.
Mas Dios ha puesto en ti algo mayor que todos tus miedos juntos, un toque de su presencia en tu vida. Tú fuiste hecho a su imagen y semejanza, eres hijo del Dios que creó todas las cosas. ¿Cómo no te ayudará a vencer tu situación? ¿Cómo no te dará lo que necesitas y temes no conseguir? No dejes que el miedo te aplaste, no permitas que nada te detenga, porque mayor es el poder de Aquel que te formó.
El miedo, por gran enemigo que parezca, se vuelve pequeñito cuando activas tu fe y tu confianza. Dios puede sacarte de la situación en la que te encuentras, Él te ha dado verdaderas armas para vencer todo lo que se te presente, llena tu vida de valor, confianza y determinación y no habrá más lugar para el temor.

martes, 21 de mayo de 2019

¿Por qué hay tantas denominaciones cristianas?

Para responder a esta pregunta, primeramente, debemos diferenciar entre denominaciones dentro del cuerpo de Cristo, y sectas y falsas religiones no-cristianas. Los Presbiterianos y Luteranos son denominaciones cristianas; los Mormones y Testigos de Jehová son sectas (grupos que aseguran ser cristianos, pero niegan uno o más de los puntos esenciales de la fe cristiana); el Islam y el Budismo son religiones enteramente separadas. 
El surgimiento de las denominaciones dentro de la fe cristiana, tiene su nacimiento en la Reforma Protestante. El movimiento de “Reforma” de la Iglesia Católica Romana durante el siglo XVI, dio origen a las cuatro divisiones o tradiciones mayores del protestantismo: Luterana, Reformada o Calvinista, Anabaptista y Anglicana. A través de los siglos, de estas cuatro ramas, surgieron otras denominaciones. 

Tratando la primera división, la denominación Luterana fue nombrada así por Martín Lutero y estaba basada en sus enseñanzas. 

Resultado de imagen de ¿Por qué hay tantas denominaciones cristianas?Los Metodistas tomaron el nombre de su fundador, John Wesley, quien era famoso por elaborar “métodos” para el crecimiento espiritual. Su teología enfatiza el hecho de que la salvación es para todo aquel que la acepte.
Los Presbiterianos fueron llamados así por su visión sobre el liderazgo de la iglesia – la palabra griega para anciano es presbyteros. Las iglesias presbiterianas derivan su nombre de la forma presbiteriana de gobierno de la iglesia, que se rige por asambleas representativas de ancianos. Un gran número de iglesias reformadas se organizan de esta manera, pero la palabra presbiteriana, cuando se escribe con mayúscula, a menudo se aplica únicamente a las iglesias que tienen sus raíces en la Iglesia de Escocia, así como a varios grupos disidentes ingleses que se formaron durante la Guerra civil inglesa.
Los Bautistas tomaron su nombre, porque ellos siempre enfatizaron la importancia del bautismo. La biblia debe ser la única guía y el bautismo del creyente es lo que piden las Escrituras.
En fin, cada denominación tiene algunos énfasis o diferencias doctrinales una de la otra, tales como: el método del bautismo; la disponibilidad de la cena del Señor para todos o solo para aquellos cuyos testimonios puedan ser verificados por los líderes de la iglesia; la soberanía de Dios contra el libre albedrío en lo referente a la salvación; el futuro de Israel y la iglesia; el arrebatamiento pre-tribulacionista contra el post-tribulacionista; la existencia de dones de “milagros” en la era moderna, y la lista puede seguir y seguir. El punto principal de estas divisiones nunca es Jesucristo como Señor y Salvador, sino más bien, honestas diferencias de opinión de gente piadosa, aunque imperfecta, que busca honrar a Dios y retener la pureza doctrinal de acuerdo a sus conciencias y su comprensión de la Palabra. 

En la actualidad, las denominaciones son muchas y variadas. Las principales denominaciones originales arriba mencionadas, han producido numerosas ramas como las Asambleas de Dios, Alianza Cristiana y Misionera, los Nazarenos, Evangélicos Liberales, iglesias Bíblicas independientes y otras. Algunas denominaciones enfatizan ligeras diferencias doctrinales, pero con más frecuencia simplemente ofrecen estilos diferentes de adoración, adecuados a los diferentes gustos y preferencias de los cristianos. Pero no nos equivoquemos; nosotros, como creyentes, debemos ser de una mente en cuanto a las bases de la fe, pero más allá de eso, hay mucha libertad en la forma en que los cristianos deben adorar en una congregación. Esta libertad es lo que causa los muchos diferentes “aspectos” de la cristiandad. Por ejemplo, La iglesia Presbiteriana en Uganda, tiene un estilo de adoración muy diferente de la Iglesia Presbiteriana de Denver, pero su base doctrinal es la misma. La diversidad es algo bueno, pero no la desunión. Si dos iglesias difieren doctrinalmente, pueden convocarse a un debate y diálogo sobre la Palabra. Esta acción de “hierro con hierro se aguza…” (Proverbios 27:17) es beneficiosa para todos. Sin embargo, si hay un desacuerdo sobre estilo y forma, está bien que permanezcan separadas. Aunque esta separación no exime la responsabilidad que tienen los cristianos de amarse unos a otros (1 Juan 4:11-12), y finalmente, permanecer unidos como uno en Cristo (Juan 17:21-22). 



Entendiendo la Justicia de Dios

Muchas almas están confundidas y desorientadas con las muchas conjeturas incoherentes sobre el precioso Evangelio de Cristo. Los temas relacionados con la justicia de Dios, el trato de Dios con el hombre a través de los siglos y la manera tan maravillosa y sencilla como el pecador puede ser justificado, son temas que no se enseñan con claridad, lo que conlleva a que un gran número de cristianos no acaben de entender completamente la justicia de Dios.

En el Antiguo Testamento el concepto de la justicia de Dios se maneja con significados muy insondables. Dios es el juez santo que tiene el atributo divino de hacer juicio a todas sus criaturas. (Salmos 7:11, Isaías 5:16). Su justicia revela su carácter intachable y su conducta perfecta. (Deuteronomio 32:4).
A través de la historia del trato de Dios con su pueblo Israel, se observa a una nación que constantemente adultera, falla y quebranta la ley de Dios. Este pueblo representa también hoy a cada uno de nosotros: los pecadores, quienes nunca podremos llegar a ser justos y dignos frente a un Dios que es absolutamente santo y justo. Quien tenga su propia justicia no entiende el evangelio.

Las historias de la destrucción del diluvio, la confusión de las lenguas en la torre de Babel y el fuego consumidor sobre Sodoma y Gomorra, son algunos ejemplos típicos de un Dios que puede llegar a hacer una justicia muy severa, y que además puede llegar a manifestarse como un fuego consumidor. (Deuteronomio 4:24)

La triste realidad es que desde el pecado original en el huerto del Edén, el hombre siempre será un corrupto y estará carente de todo tipo de justicia para presentar delante de Dios. 
No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.  Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. (Romanos 3:10-31).

Pero, ¡qué noticia celestial! El justo por la fe vivirá. Romanos 1:17

Después de la cruz, en el nuevo pacto de gracia se deja bien claro que el hombre impío y pecador puede ser declarado justo por la fe en la obra de Jesús. Y esta es la única manera de justificarnos, esta es la forma que Dios ha establecido:

Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. (Romanos 5:1)