domingo, 8 de enero de 2017

Escuchar a Dios

Mas el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? (Génesis 3:9).
A mi hijo le encanta escucharme hablar, excepto cuando lo llamo con firmeza y en voz alta, y pregunto: «¿Dónde estás?». En estos casos, por lo general, lo estoy llamando porque se metió en algún lío y está tratando de esconderse. En realidad, mi intención es que mi hijo escuche mi voz porque me preocupo por su bienestar y no quiero que se haga daño.
Adán y Eva estaban acostumbrados a escuchar la voz de Dios en el huerto del Edén. Sin embargo, después de desobedecerlo al comer del fruto prohibido, se escondieron; pero oyeron que Él llamaba: «¿Dónde estás tú?» (Génesis 3:9). No querían enfrentarse a Dios porque sabían que habían hecho algo malo; algo que Él les había dicho que no hicieran.
Cuando Dios llamó a Adán y Eva, y los encontró en el huerto, sin duda, sus palabras incluían una disciplina y sus consecuencias (versos 13-19). No obstante, Él también les mostró su bondad y dio esperanza a la humanidad al prometerles un Salvador.
Dios no necesita buscarnos, ya que sabe dónde estamos y qué intentamos hacer. Pero como un Padre amoroso, quiere hablarnos al corazón y brindarnos perdón y restauración. El Señor anhela que oigamos su voz… y que escuchemos.

Señor, gracias por tu amor y tu cuidado, y por enviar a tu Hijo Jesús a morir en la cruz por mis pecados, y ofrecerme salvación y vida eterna.
Cuando Dios llama, debemos contestar.

El rescate de Lucas

“Tú, Jehová, conservas al hombre y al animal. ¡Cuán preciosa, Dios, es tu misericordia! ¡Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas!” (Salmos 36:6,7).

El gatito blanco de ojos azules y una mancha gris en la cabeza estaba sentado a la puerta de la iglesia. La expresión de confusión de su rostro indicaba que alguien lo había abandonado allí a pesar del aguacero. Lo vimos cuando llegamos para ensayar con el coro; nos acercamos a él y lo acariciamos.
Después del ensayo, discutimos qué hacer. Él ronroneó cuando le dimos agua, leche y pan. “¿Y ahora qué?” Yo no podía llevármelo, porque mis tres gatos no iban a darle la bienvenida. Nadie podía llevárselo. Así que, con tristeza en el corazón, nos despedimos de él.
Resultado de imagen de el rescate de diosUna vez en casa, hice algunas llamadas telefónicas y puse un anuncio en dos periódicos locales. Mi amiga Peggy sugirió que llamara a Lorraine, una amiga en común que ya no participaba en el coro. Lorraine me prometió: “Si nadie muestra interés de aquí al domingo, me lo llevo hasta que pueda encontrarle un hogar”. Oré para que el gatito estuviera aún allí cuando Lorraine fuera a la iglesia. Y así fue. Cuando Lorraine lo vio, le puso por nombre Lucas y se lo llevó a su casa.
El empleado del periódico que había publicado mi anuncio, era reacio a añadir el nombre de Lucas al mismo, cuando me llamó para renovarlo.
-Si ya tiene un nombre, entonces es una mascota, me dijo.
-Pero lo han abandonado, le expliqué. Y ese es el nombre que le ha puesto la persona que lo tiene ahora. Ella les pone nombre a todos los animales que cuida. Pero puede quitar el nombre, si usted cree que debe hacerlo.
-No, voy a añadirlo, accedió finalmente.
Había pasado un mes desde que Lorraine se había hecho cargo de Lucas, cuando una amable pareja leyó el anuncio y decidió adoptar a nuestro gatito. Lo recogieron y le dieron un hogar permanente.
Cuando Lucas estaba perdido, no sabía qué hacer. Nosotros, tampoco. A veces, en la vida, nos sentimos perdidas, con miedo a un futuro incierto. Pero Dios, que se preocupa incluso por los miembros más pequeños de su creación (Mateo 10:29-31), también lo hace por nosotros. Lo único que tenemos que hacer es hablar y confiar en Él, de la misma manera como el dulce y suave Lucas puso su confianza en nosotros.

Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros.

En una entrevista que le hicieron a la hija de Billy Graham en el Early Show, Jane Clayson (periodista) le preguntó, "¿Cómo pudo Dios permitir que sucediera esto?" (Se refería a los ataques del 11 de Septiembre de 2001). Anne Graham dio una respuesta sumamente profunda y llena de sabiduría. Dijo: "Al igual que nosotros, creo que Dios está profundamente triste por este suceso, pero durante años hemos estado diciéndole a Dios que salga de nuestras escuelas, que salga de nuestro gobierno y que salga de nuestras vidas. Y siendo el caballero que Él es, creo que se ha retirado tranquilamente. ¿Cómo podemos esperar que Dios nos dé Su bendición y Su protección cuando le hemos exigido que nos deje estar solos?"

A la luz de ciertos sucesos recientes... ataques de terroristas, tiroteos en las escuelas, etc., creo que todo comenzó cuando Madeleine Murria O'Hare (fue asesinada, y hace poco que se descubrió su cuerpo) se quejó de que no quería que se orara en nuestras escuelas, y dijimos que estaba bien. 
Luego alguien dijo que sería mejor que no se leyera la Biblia en las escuelas... y eso que la Biblia dice no matarás, no robarás, amarás a tu prójimo como a ti mismo, y dijimos que estaba bien. 
Luego el doctor Benjamín Spock dijo que no debíamos pegarles a nuestros hijos cuando se portasen mal porque sus pequeñas personalidades se truncarían y podríamos lastimar su autoestima (el hijo del Dr. Spock se suicidó). Dijimos que los expertos saben lo que están diciendo... Y añadimos que estaba bien. 
Después alguien dijo que los maestros y directores de los colegios no deberían disciplinar a nuestros hijos cuando se portan mal. Los administradores de las escuelas dijeron que más valía que ningún miembro de la facultad y de las escuelas tocara a ningún estudiante que se portase mal porque no queremos publicidad negativa y, por supuesto, no queremos que nos vayan a demandar (aunque hay una gran diferencia entre disciplinar, tocar, golpear, cachetear, humillar, patear, etc.). Y dijimos que estaba bien. 
Luego alguien dijo: dejemos que nuestras hijas aborten si quieren, y que ni siquiera tengan que decírselo a sus padres. Y dijimos que estaba bien. 
Luego uno de los consejeros del consejo de administración de las escuelas dijo: ya que los muchachos siempre van a ser muchachos y de todos modos lo van a hacer, démosles a nuestros hijos todos los condones que quieran para que puedan divertirse al máximo, y que no tengan que decirles a sus padres que se los dimos en la escuela. Y dijimos que estaba bien. 
Luego algunos de nuestros principales funcionarios públicos dijeron que no importa lo que hacemos en privado mientras cumplamos con nuestro trabajo. 

Estuvimos de acuerdo con ellos y dijimos, no nos importa nada lo que alguien, incluído el Presidente, haga en su vida privada mientras tengamos un trabajo y la economía esté bien. 
Luego alguien dijo: vamos a imprimir revistas con fotografías de mujeres desnudas, y decir que esto es una apreciación sana y realista de la belleza del cuerpo femenino. Y dijimos que estaba bien. Y luego alguien más llevó más allá esa apreciación y publicó fotografías de niños desnudos, llevándola aún más allá cuando las colocó en Internet. Y dijimos que estaba bien, que tienen derecho a su libertad de expresión.
Luego la industria de las diversiones dijo, hagamos shows por televisión y películas que promuevan lo profano, la violencia y el sexo ilícito. Grabemos música que estimule las violaciones, las drogas, los suicidios y los temas satánicos. Y dijimos que, no es más que diversión, no tiene efectos negativos, de todos modos nadie lo toma en serio, así que adelante. 
Y ahora nos preguntamos: ¿por qué nuestros niños no tienen conciencia, por qué no saben distinguir entre el bien y el mal, y por qué no les preocupa matar a desconocidos, a sus compañeros de escuela, o a ellos mismos? Probablemente, si lo pensamos bien y despacio, encontraremos la respuesta. Seguramente tiene mucho que ver con "LO QUE SEMBRAMOS ES LO QUE RECOGEMOS."

La misión de Timoteo

“…Pablo, apóstol de Cristo Jesús por mandato de Dios nuestro Salvador y de Cristo Jesús nuestra esperanza, a Timoteo, mi verdadero hijo en la fe: Que Dios el Padre y Cristo Jesús nuestro Señor te concedan gracia, misericordia y paz. Al partir para Macedonia, te encargué que permanecieras en Éfeso y les ordenaras a algunos supuestos maestros que dejasen de enseñar doctrinas falsas y de prestar atención a leyendas y genealogías interminables. Esas cosas provocan controversias en vez de llevar adelante la obra de Dios que es por la fe. Debes hacerlo así para que el amor brote de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera. Algunos se han desviado de esa línea de conducta y se han enredado en discusiones inútiles. Pretenden ser maestros de la ley, pero en realidad no saben de qué hablan ni entienden lo que con tanta seguridad afirman…” 1 Timoteo 1:1-7 (NVI)
Resultado de imagen de La misión de TimoteoEn momentos en los que la Iglesia se veía expuesta a la intromisión de muchas doctrinas erróneas, una de las misiones esenciales era evitar que causaran daño al interior de los creyentes. Esa era la labor que el apóstol Pablo, dice, le correspondía a Timoteo. Las doctrinas que estaban circulando eran extrañas y distanciaban al pueblo del Dios del poder y de la gloria en los cuales habían creído.
a) La misión de Timoteo: cuidar a los creyentes de doctrinas extrañas (vers. 3)
  • Las doctrinas extrañas nos conducen al error (vers. 3b).
  • Las doctrinas extrañas nos conducen a propagar el error (vers. 3b).
  • Las doctrinas extrañas amenazan con distanciarnos de Dios (vers. 3b).
Es necesario permanecer alerta frente a las doctrinas extrañas.
b) La misión de Timoteo: promover el Plan de Dios (vers. 4)
  • El Plan de Dios se ve entorpecido por el falso conocimiento (vers. 4a).
  • El Plan de Dios se ve entorpecido por discusiones que no conducen a nada (vers. 4 b).
  • El Plan de Dios se ve entorpecido por quienes distorsionan la verdad (vers. 4b).
  • El Plan de Dios se sustenta en la fe (vers. 4b).
c) La misión de Timoteo: defender la verdadera fe en el creyente (versos 5-7)
  • El amor se manifiesta en el corazón limpio (vers. 5a).
  • El amor se manifiesta en una conciencia limpia (vers. 5b).
  • El amor se manifiesta en una fe no fingida (vers. 5c).
  • Quienes no guardan amor siguen vanas discusiones (vers. 6).
  • Quienes no guardan amor se encuentran sumidos en la ignorancia de la fe (vers. 7).