MIQUEAS 6:1-4
El profeta Miqueas es uno de los profetas menores, y su ministerio fue dedicado tanto a Israel como a Judá, los dos reinos. El mensaje que Dios envió por medio de él fue para que el pueblo reconociera su infidelidad a pesar de la bondad de Dios hacia ellos.
El nombre Miqueas significa ¿quién como Jehová? El Señor le estaba recordando a su pueblo que ninguno de sus dioses falsos podía hacer las maravillas que Él había hecho con ellos.

Podemos ver en el texto, que nuestro Dios le hace a Israel una pregunta dura, impactante, triste. Pero tenía que hacerlos reaccionar, y no solamente a ellos sino también a nosotros sobre nuestra actitud hacia Dios, este Dios que ha hecho maravillas en nuestra vida.
El nombre Miqueas significa ¿quién como Jehová? El Señor le estaba recordando a su pueblo que ninguno de sus dioses falsos podía hacer las maravillas que Él había hecho con ellos.

Podemos ver en el texto, que nuestro Dios le hace a Israel una pregunta dura, impactante, triste. Pero tenía que hacerlos reaccionar, y no solamente a ellos sino también a nosotros sobre nuestra actitud hacia Dios, este Dios que ha hecho maravillas en nuestra vida.
Vamos a reflexionar sobre la gran pregunta de Dios a su pueblo, del cual nosotros también formamos parte. Analicemos el texto versículo por versículo para tomar las enseñanzas para nuestra vida:
Versículo 1 “Oíd ahora lo que dice Jehová: levántate, contiende contra los montes, y oigan los collados tu voz“.
Oíd lo que dice Jehová, no son palabras de un hombre, no es un reclamo de un amigo, es un reclamo de Dios para nuestra vida, por lo tanto, vale la pena poner atención y reflexionar sobre lo que Él tenga que decirnos.
Lamentablemente muchas veces nos importa más lo que digan las personas o lo que piensen las personas que lo que piensa nuestro Dios; se nos olvida que Dios también tiene sentimientos y que muchas veces con nuestras actitudes lo dañamos, lo entristecemos.
Versículo 2 “Oíd, montes, y fuertes cimientos de la tierra, el pleito de Jehová; porque Jehová tiene pleito con su pueblo, y altercará con Israel“.
El señor no tiene pleito con los inconversos. Él está hablando con nosotros, su pueblo, con su iglesia, o sea con sus hijos.
Al Señor no le molesta la indiferencia de los inconversos, no le duelen las actitudes de soberbia o de altanería de los que no son sus hijos. A Él le duelen las actitudes de indiferencia y de soberbia de nosotros, sus hijos, que nos llamamos hijos de Dios pero no lo honramos como nuestro Padre (Malaquías 1:6)