domingo, 19 de junio de 2016

El camarero

El reloj marcaba las 6 y 3 minutos de la tarde. No tenía segundero, sin embargo Gabriel sabía que estaba llegando 3 minutos tarde a su trabajo, y su jefe de inmediato le preguntó: ¿por qué llegas tarde? ¿No ves que tu compañero no puede salir sin estar tú antes aquí?
Gabriel le dijo: — sí, quería explicarle…
Su jefe le dijo: — dale esas explicaciones a tu familia. Solo ponte rápido a trabajar.
Empezó la hora del trabajo, y cuando Gabriel se dirigía a la mesa de una pareja de señores que se veían de la clase alta y muy refinados, estos le hicieron una señal con el dedo de que viniera rápido.
Al estar frente a ellos le preguntaron: — ¿cuál es tu nombre?
Él contesto:– Gabriel, señor, a sus ordenes.
Gabriel, ¿serías tan amable de traernos el menú, por favor?
En ese preciso momento el joven Gabriel sacó el menú que traía dentro de la manga de su ropa. Ellos se quedaron sorprendidos de la forma eficiente de Gabriel, y les dijo: ¿desean algo para tomar mientras se deciden, señores?
Ellos le dijeron: Sí, agua por favor.
Gabriel se fue rápido hacia el mostrador del restaurante y les sirvió el agua enseguida, y en ese momento, el caballero intencionadamente tiro el agua sobre Gabriel, mientras el vaso se hacía pedazos al instante. Les dijo en ese momento: no se preocupen, ya arreglamos esto. Con su camisa mojada y su pantalón que daba la impresión de haberse hecho pipi, los demás a su alrededor estaban viendo la escena y parecía como si Gabriel fuese un inepto.
Fue a la cocina, se colocó un delantal y siguió atendiendo a la pareja.
El caballero le dijo: – por favor, perdone, pero no fue mi intención, ¿puede traerme café por favor?
Gabriel de inmediato sirvió el café, y esta vez mientras el caballero levantaba la taza con su mano temblorosa, le llenó su delantal de café.
En ese momento, su jefe inmediatamente llamó a Gabriel y le dijo: estás despedido, eres un inservible. Primero derramas el agua y ahora el café con nuestros clientes.
Gabriel iba a explicar... y le dijo: no quiero explicaciones, solo trabajarás esta noche y mañana vienes por tu salario.
Gabriel estaba muy triste ante esta situación, pensaba en qué sería de su hija pequeña a quien debía comprar sus cosas básicas, y también mantener su hogar ya que su joven esposa murió después del nacimiento, de una hemorragia masiva que los médicos no pudieron contener, antes de ser llevada a sala de operaciones.

Olvidando lo que queda atrás

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:13-14
"Pasado” es el tiempo que pasó y que en una línea cronológica ha quedado atrás. Se reconoce como pasado en dicho tiempo, las cosas que sucedieron en él.
organizarmenteMuchas veces en nuestra nueva vida en Cristo recordamos el pasado, y lo tenemos muy presente como si en realidad no hubiera pasado tiempo desde el día en que pasó lo que pasó. Sin duda Pablo sabía eso, y en el versículo nos está diciendo que prefiere olvidar el pasado y no seguirlo recordando, que prefiere poner su mirada en el presente y en lo porvenir trabajando en la obra del Señor, siguiendo adelante en los caminos del Señor.
Obviando tu vida en el pasado, debes saber que el pasado es eso, pasado, y debes dejarlo de lado porque recordarlo es volver a vivirlo. Si lo tienes muy presente, sin querer lo vuelves a vivir al recordarlo, y no puedes seguirte lamentando por algo que ya pasó ahora que eres una nueva criatura en Cristo Jesús. Las cosas viejas pasaron y ahora todas son nuevas; no seas ya como el pueblo de Israel que vivía recordando su antigua vida como esclavos en Egipto cuando Dios los había liberado. Dios a ti ya te liberó, no te empeñes, pues, en seguir trayendo a tu memoria momentos o situaciones que te causan dolor, desánimo o frustración. Dios no te llamó para que te lamentes toda tu vida por algo que ya pasó; Dios no quiere a personas que vivan en el pasado, Dios quiere a hombres y mujeres valientes, esforzados, dispuestos a cumplir el llamado que Él ha hecho, dispuestos a seguir luchando a pesar de los fracasos, de las decepciones, o a pesar de los errores cometidos tiempo atrás.

Lo que Veo No Me Gusta

“Lo peor que puede pasarle a un hombre es llegar a pensar mal de sí mismo.” Johann Wolfgang Goethe
¿Te gusta lo que estás viendo en tu vida? ¿Estás conforme o quieres mejorar? ¿Qué te detiene para no poder alcanzar tus sueños?
Probablemente, si te colocas frente a un espejo no te guste lo que ves de ti; verás a alguien quizá con problemas de sobrepeso, con arrugas, una persona con una autoestima muy baja, que tiene problemas para nutrir su mente de pensamientos positivos...
Tus pensamientos determinan tu destino, tus pensamientos te debilitarán o te darán fuerzas, te desanimarán o inspirarán. Tus pensamientos crean emociones, éstas se convierten en actitudes y luego comienzan a formarse conductas, patrones o hábitos que formarán nuestro carácter y nuestro destino.
Soy responsable de mis pensamientos, así que si lo que veo no me gusta debo cambiar los malos hábitos que dominan mi mente.
Como dice James Allen en su libro As a Man Thinketh (Como un Hombre Piensa), un libro basado en Proverbios 23:7 “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”,  dice “Los buenos pensamientos nunca producen malos resultados; los malos pensamientos nunca producen buenos resultados”.
Si lo que veo no me gusta, debo cambiar los lentes con los cuales observo la vida, o darme colirio en los ojos para ver mejor.
El escritor David Fischman, autor del libro “El Espejo del Líder”, cuenta que una vez un rey estaba muy enfermo y pidió a un gurú que lo curara. Éste le dijo que se salvaría cuando consiguiera ver todo azul. El rey inmediatamente mandó pintar de azul casas y campos, teñir las telas y exigió a todos sus súbditos vestirse de azul. Meses después regresó el gurú a ver al rey.
El guardia, viéndolo vestido de blanco, lo obligó a ponerse traje azul. Cuando preguntó por qué, le respondieron: “Hace algunos meses un gurú loco aconsejó al rey ver todo azul”. El sabio respondió: “Yo soy ese gurú, pero quien se ha vuelto loco es el rey”. Al ver al rey le dijo: “Su Majestad, yo le pedí que viera todo azul, no que cambiase la creación de Dios. Lo que debió hacer fue ponerse lentes azules y así arreglar su problema”.
La historia de este rey se parece mucho a la nuestra, cuando pensamos que es más fácil que cambien otros o que cambien las circunstancias, antes de pensar que yo necesito hacer ese cambio.
Para comenzar ese cambio debes comenzar a cambiar tus pensamientos. Tus pensamientos le dan sentido a tu realidad. Si piensas de forma negativa vas a expresarte de manera negativa. Imagina que tu mente es un ordenador donde has venido almacenando datos desde que naciste. Con toda esa información has desarrollado creencias y paradigmas que te recuerdan muchas veces, que hay cosas que no puedes lograr, que no puedes hacer, que no son para ti, y así vas por la vida pensando que eres un fracasado; por eso lo que ves de ti no te gusta.

Sobre el mal triunfó el amor

No, no será Satanás quien al final se lleve la victoria.
No, no será el pecado, ni la muerte la triunfante…
No, no será el “maligno” quien se encargue de cerrar la historia,
dejando al ser humano lejos de Dios, y errante…

Jesucristo, “eterno rey de gloria”,
te invita a arrepentirte, para cubrirte con su amor y perdonarte.
El tiempo del final está cercano…
Mas el Señor bendito te convida
en el Apocalipsis, “a sus aguas de vida”.

Si crees en Jesucristo, su hijo amado,
en su cielo, en su “casa”, bien cuidado,
ya lejos de muerte, de dolor y ruina… (Apocalipsis 21:4).
No, no será el triunfo del mal quien predomine
sobre esta infeliz humanidad esclavizada.

Tú no permitas que Satanás te aliene y te domine,
no permitas el vivir y el morir encadenado.
Puedes clamar a Jesús; que Él te redime
del juicio, la condena y de las llamas.

Somos “más que vencedores” porque somos del Señor,
que es “Señor de los señores”, que a Satanás derrotó…
Clavado en la cruz, en el Gólgota, dio el grito; “¡se consumó!”
“Sangre y agua de la roca”; de su “costado brotó” (Juan 19:34).
Con esa sangre bendita, Cristo limpia al pecador (1ª Juan 1:7).
Satanás está vencido, sobre el mal triunfó el amor.