martes, 17 de enero de 2017

¿Cuál es el plan de Salvación?

¿Está hambriento? No físicamente hambriento, sino,... ¿tiene usted el deseo de algo más en la vida? ¿Hay algo profundo en su interior por lo que parece no estar nunca satisfecho? Si es así, Jesús es el camino. Jesús dijo, “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás” (Juan 6:35).

¿Está usted confundido? ¿Nunca puede encontrar un sendero o propósito en la vida? ¿Parece como si
 alguien hubiera apagado las luces y usted no puede encontrar el interruptor? Si es así, ¡Jesús es el camino! Jesús proclamó, “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).
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¿Alguna vez ha sentido, como que le han cerrado la puerta de la vida? ¿Ha intentado abrir muchas puertas, solamente para encontrar que detrás de ellas todo está vacío y sin sentido? ¿Está buscando una entrada a una vida plena? Si es así, ¡Jesús es el camino! Jesús declaró, “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos” (Juan 10:9).


¿Siempre se siente defraudado por otra gente? ¿Sus relaciones son superficiales y vacías? ¿Parece como si todos estuvieran tratando de sacar provecho de usted? Si es así, ¡Jesús es el camino! Jesús dijo, “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas…yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen” (Juan 10:11,14).

¿Se ha preguntado qué sucede después de la vida? ¿Está cansado de vivir para conseguir cosas que solamente corrompen y corroen? ¿Duda alguna vez de que la vida tenga algún significado? ¿Quiere usted vivir después de que muera? Si es así, ¡Jesús es el camino! Jesús declaró, “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente” (Juan 11:25-26).

¿Quién es el camino? ¿Quién es la verdad? ¿Quién es la vida? Jesús contestó, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). 

El Plato de Comida

Dios Creador se preocupó de cada detalle para hacer placentera la vida. No solo proporcionó a los hombres todo lo necesario para vivir sobre la faz de la tierra, que Él mismo había creado, sino que también les dio las cosas necesarias para que tuvieran un mejor estilo de vida.
Lamentablemente, el ser humano no ha sido disciplinado en el uso de lo que Dios le dio, cayendo en excesos que generalmente lo enferman.
En una casa se festejaba el aniversario matrimonial de una pareja muy amada por sus hijos. Éstos decidieron obsequiar a sus padres preparándoles un buen almuerzo, rico en carnes, ensaladas surtidas, y diversas exquisiteces extras. Como los festejados tenían ya su edad, incluso el primer bisnieto ya venía en camino, estaban acostumbrados a servirse un plato de sopa antes que cualquier otra cosa, y los hijos, conocedores de la preferencia de sus padres, encargaron a una de sus hermanas que la preparara, la cual puso mucha diligencia en su preparación. Con satisfacción llevó el plato para que sus papás la disfrutaran. El gesto que hicieron cuando se sirvieron la primera cucharada fue notorio para todos, pues la hija había olvidado echar sal a la sopa.
La Palabra de Dios, la Sagrada Biblia, dice en Lucas 14:34, “Buena es la sal, mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará?”

Recuerda cuándo

Grandes cosas ha hecho el Señor con nosotros; estamos alegres. Salmos 126:3
Nuestro hijo luchó con la adicción a las drogas durante siete años, y, en ese tiempo, mi esposa y yo nos enfrentamos a muchos días difíciles. Al mismo tiempo que orábamos y esperábamos que se recuperara, aprendimos a festejar las pequeñas victorias. Si nada malo pasaba en un lapso de 24 horas, nos decíamos uno al otro: «Hoy fue un buen día». Esa pequeña frase se convirtió en un recordatorio para dar gracias a Dios por su ayuda en las cosas más pequeñas.
Escondido en el Salmo 126:3, hay un recordatorio aún mejor de la misericordia de Dios y lo que ésta significa para nosotros: «Grandes cosas ha hecho el Señor con nosotros; estaremos alegres». ¡Versículo realmente maravilloso para recordar la misericordia de Jesús al morir en la cruz por nosotros! No hay día difícil que pueda cambiar la verdad de que, pase lo que pase, nuestro Señor ya nos ha mostrado una bondad inconmensurable, y que «para siempre es su misericordia» (Salmo 136:1).
Cuando vivimos circunstancias difíciles y descubrimos que Dios es fiel, recordar esta verdad ayuda muchísimo en las próximas tormentas de la vida. Seguramente no sepamos cómo nos llevará el Señor a superar las circunstancias, pero su misericordia en el pasado nos ayuda a confiar en que lo volverá a hacer.

Señor, gracias por tu fidelidad y misericordia.
Cuando no podemos ver la mano de Dios, podemos confiar en su corazón.

Se puede "marcar la diferencia"

Cuando se desea algo y se trabaja en equipo se puede llegar mucho más lejos de lo que se cree.
¡SE PUEDE “MARCAR LA DIFERENCIA!




Cuando se desea algo y se trabaja en equipo se puede llegar mucho más lejos de lo que se cree.
El fútbol, como la vida, tiene las barreras que cada uno de nosotros queramos ponerle. Que se lo digan a los diez niños de Koh Panyee, una aldea flotante de pescadores del sudoeste de Tailandia, que en 1986 pelearon por un sueño imposible y lo transformaron en realidad.
Resultado de imagen de panyee fc tailandiaA mediados de los ochenta, los jóvenes de Koh Panyee sufrían viendo a sus ídolos del fútbol por televisión. Ellos no podían jugar al deporte que más amaban, porque vivían en un pueblo diminuto (de solo 1.000 habitantes) construido en madera sobre el cauce de un río. Allí, cada metro cuadrado valía oro. Era una utopía poder tener un campo de fútbol.
Pero el Mundial de México iba envalentonando cada día a estos chicos hasta tal punto de que, incluso aguantando las burlas de sus vecinos, decidieron construir un campo flotante con tablas viejas de madera y restos de barcos. Dicho campo estaba lleno de clavos y astillas, el balón se iba al agua con demasiada frecuencia y tenían que jugar descalzos, tres impedimentos que les hicieron desarrollar unas habilidades fabulosas y una técnica excepcional que pronto dieron sus frutos.
Un día llegó a Koh Panyee una notificación de un campeonato local, la Pangha Cup, y se apuntaron. E incluso los vecinos, que nunca confiaron en su idea y se reían de ellos, hicieron una colecta para comprarles equipaciones. En dicho torneo, contra todo pronóstico, llegaron a semifinales, y eso que jamás habían competido contra nadie. Su heroicidad les hizo convertirse en el orgullo de la aldea y del país, y dejó un legado impagable.
Hoy, el Panyee FC es uno de los equipos juveniles más laureados de Tailandia. De hecho ha logrado el título del Campenato de Juveniles del país en siete ocasiones: 2004, 2005, 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010. Una historia que demuestra una vez más una lección de vida incuestionable: nada es imposible.