jueves, 1 de mayo de 2014

La esperanza en Dios

"Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo". Romanos 15:13 

Es muy sencillo usar la palabra esperanza como el mundo la utiliza, refiriéndose a ella como expectativa o deseo, pero no como certeza. Un ejemplo de lo primero podría ser lo siguiente: "¡no sé como me irá en la universidad, pero espero lograr ese título soñado!" Cuando se usa de esta manera, el término "esperanza" expresa incertidumbre. En cambio, en los escritos del Antiguo y Nuevo Testamento podemos apreciar claramente que, se describe a la esperanza como todo lo opuesto a desear algo con duda e ncertidumbre. En la Biblia Dios nos enseña que esperar en Él significa certeza bsoluta. "La esperanza cristiana se resume en estas pocas palabras: Es la total confianza en que algo pasará, porque Dios así lo ha prometido".
"Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré". Salmo 91:2 

La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable

Efesios 6:24  La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén.

La última palabra que Pablo usa, en su bendición final, es la gracia. Que la gracia esté con todos los que aman al Señor.

Llegamos a la parte final de esta epístola a Efeso. La bendición de Pablo en el versículo 23 continúa en el versículo 24. A la paz, el amor y la fe, Pablo agrega la gracia. En esta bendición, Pablo expresa su deseo de que la gracia o el favor divino, el favor bondadoso de Dios, sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable

Pablo se refiere a la iglesia de Dios, que ama al Señor Jesucristo con un amor inalterable, un amor que nunca perece ni se contamina con la corrupción del mundo, un amor santo, puro y duradero, un amor incorruptible. Esta es la clase de amor con que cada verdadero creyente ama al Señor Jesucristo.

Esta es también la característica del amor de Dios. Es el amor eterno de Dios. Es el amor que da vida y transforma las vidas de los creyentes. Es el amor que ha llenado a los cristianos de tantas bendiciones espirituales.

La gracia siempre será para con los creyentes que aman a Jesucristo. Aun en los momentos más difíciles de la vida, el amor hacia el Señor Jesucristo debe de ser inalterable.

¿Amas al Señor Jesucristo con esta clase de amor?

Que Dios dé su gracia a todos los que aman al Señor Jesucristo con amor inalterable.

Carta Desde El Cielo - Crecimiento Personal-espiritual

Sally se levantó tan pronto vio al cirujano salir del quirófano. Le preguntó: “¿Cómo está mi hijito?, ¿se pondrá bien?, ¿cuándo puedo verle?”  El cirujano contestó: “Lo siento, hicimos todo lo que se pudo pero su hijo no sobrevivió”.
Sally dijo: “¿Por qué tienen cáncer los niños?... ¿Acaso no le importan a Dios?... ¿Dónde estabas, Dios, cuando mi hijo te necesitaba?”
El cirujano preguntó: “¿Desearía pasar un tiempo a solas con su hijo?  Una de las enfermeras saldrá en unos minutos, antes de ser transportado a la universidad”.
Sally le pidió a la enfermera que se quedara con ella mientras le decía adiós a su hijo. Y movió sus dedos amorosamente a través del abundante cabello rojo y ensortijado de su hijo.
“¿Quiere un mechón de su cabello?”, preguntó la enfermera. Sally dijo que sí. La enfermera cortó un mechón de cabello, lo puso en un sobre de plástico y se lo entregó. La mamá dijo: “Fue idea de Jimmy donar a la universidad su cuerpo para estudio.  Dijo que tal vez ayudase a alguien más. Aunque en primera instancia me negué, Jimmy dijo: "Mamá, no lo usaré una vez que muera. Quizá ayude a otro niñito a pasar un día más con su mamá". Continuó; "Mi Jimmy tenía un corazón de oro, siempre pensando en los demás, siempre queriendo ayudarles, a ser posible”.
Sally salió del Hospital pediátrico por última vez, tras pasar muchos de los últimos seis meses allí. Puso la bolsa con las pertenencias de Jimmy en el asiento de al lado en el coche. La travesía de vuelta a casa fue difícil; y aún más difícil fue entrar a la casa vacía. Llevó las pertenencias de Jimmy y el sobre plástico con su mechón de cabello, a la habitación de su hijo.  Comenzó a colocar los carritos y otras cosas personales en su habitación, en el lugar exacto donde él solía tenerlas. Se tiró sobre la cama de su hijo, abrazando su almohada, y se durmió llorando. Fue alrededor de medianoche cuando Sally se despertó, y yaciendo junto a ella, en la cama, había una carta doblada. La carta decía:

A ella le debo… - Reflexiones

Cuando la conocí tenía 16 años, fuimos presentados en una fiesta por un "tío" que decía ser mi amigo.
Fue amor a primera vista, ella me enloquecía.
Nuestro amor llegó a un punto, que ya no conseguía vivir sin ella. Pero era un amor prohibido.
Mis padres no la aceptaron. Fui expulsado del colegio y empezamos a encontrarnos a escondidas.
Pero entonces, no aguanté más, me volví loco, yo la quería pero no la tenía.
No podía permitir que me apartaran de ella.
La amaba: destrocé mi coche, rompí todo dentro de casa y casi maté a mi hermana. Estaba loco, la necesitaba.
Hoy tengo 39 años; estoy internado en un hospital, soy un inútil y voy a morir abandonado por mis padres, amigos y por ella.
¿Su nombre?
Cocaína.
A ella le debo mi amor, mi vida, mi destrucción y mi muerte.
Freddie Mercury (1946-1991)
Lo escribió antes de morir de SIDA.

No hay un amor más grande que dar la vida por los amigos

"Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos". Juan 15:13.
Enrique era uno de los buenos. Consideraba su trabajo de policía como un servicio a la comunidad, y estaba totalmente dedicado a servir a cualquier precio. Una prueba de ese deseo se veía en la puerta de su taquilla de vestir en la estación de policía, donde había pegado Juan 15:13.
En este versículo, nuestro Señor declaró: "Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos". Estas palabras no sólo significaban, para él, simples ideales nobles, también expresaban el compromiso de Enrique con sus deberes como policía; compromiso que demandó el precio supremo de Jesús, cuando fue asesinado mientras cumplía con su trabajo, con su obra.