miércoles, 27 de septiembre de 2017

Dios permite las tragedias para acercarnos más a Él, dice Billy Graham

Las tragedias que ocurren en el mundo pueden llevar a algunos a preguntarse: ¿por qué Dios permite que esto suceda?, ¿cómo puede un Dios bondadoso y amable, usar un desastre tan terrible para acercarnos a Él?
El evangelista Billy Graham explicó recientemente que, si bien Dios puede usar tragedias o angustias para acercarnos a Él, esto no significa que Él esté siendo cruel cuando hace esto.
“De hecho, ocurre todo lo contrario. Tratando bien el asunto, el problema está en nosotros y no en Dios. Nuestros corazones fácilmente se vuelven fríos e indiferentes a Dios, y nos negamos a escucharle cuando está tratando de llamar nuestra atención. Incluso podemos llegar a endurecer nuestro corazón hacia Dios tanto, que no podemos oír su voz. Cuando esto sucede, la única manera con la que Él puede llamar nuestra atención, es permitir que algo nos suceda que rompa nuestra indiferencia o rebeldía. Solo así nos enfrentaremos a nuestra necesidad de Cristo, convertiremos ésta en en fe y confiaremos en Él”, explicó Billy Graham.
“Así como disciplinamos a nuestros hijos para que hagan lo correcto, así Dios nos disciplina para que nos volvamos a Él y lo sigamos. La Biblia dice: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados”. Hebreos 12:11“.

Una familia de película

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio“. 2 Timoteo 1;7
Qué divertido es cuando en familia nos sentamos frente al televisor a ver una buena película. En la mayoría de los casos son historias irreales, sin un contenido verdadero, sin embargo nos entretenemos y nos mantienen en suspenso, con muchas risas, con emociones fuertes, entre otras cosas. Incluso nos llegamos a identificar con algún personaje.
Imagen relacionadaTener una familia de película es como desarrollar el potencial que Dios ha dado a cada uno de los miembros de la misma. Esta familia debe tener al mejor director por excelencia: CRISTO.
¿CÓMO SER UNA FAMILIA DE PELÍCULA?
1. DEBE RECONOCER QUE USTED NO ES UN FRACASADO.
Dice la palabra de Dios que Él no nos ha dado un espíritu de cobardía. En muchos de los casos, y en nuestra vida familiar, nos hemos sentido fracasados. En algunas ocasiones con razón, pues las cosas no resultaron como esperábamos; por ejemplo nos dijeron que no ante un crédito, o nos pidieron que abandonáramos el trabajo, la nota del examen no fue buena, el resultado de una prueba cognitiva fue desagradable, etc. Ante cada una de éstas y miles más de circunstancias a las que a diario estamos expuestos, podemos sentirnos fracasados, y no hay nada peor para el estado de ánimo que esto.
Pero recuerde que Dios no le ha dado un espíritu pusilánime, por tanto levántese en el nombre de Cristo, levántese en fe, pues usted es hijo del Rey de reyes, ¡Jesucristo es su nombre!
Repita estas palabras: “YO SOY UN VENCEDOR”, pero dígalo con convicción y fe, solo crea. Nadie debe presuponer que si alguna vez fracasó en algo, la próxima vez será igual; bien dice un dicho que "No hay peor lucha que la que no se hace". Su papel en la película de la vida no es eventual sino de protagonista.

El Precio de la Libertad

Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.
Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Lucas 4:16-21 (VRV)
A día de hoy muchos se resisten a creer que vivimos tiempos de guerra espiritual. El apóstol Pablo nos habla de “milicia”; por tanto, si hay milicia, hay guerra; pero como nuestra guerra es espiritual, también las armas (Efesios 6:10-17). En la antigüedad, cuando los reyes salían a la conquista, todo lo que no se mataba se llevaba cautivo, a los animales como botín de guerra y a los seres humanos como esclavos.
En el pasaje de Lucas, Jesús citó Isaías 61.1, 2. Este pasaje se centra en la liberación de Israel del cautiverio babilónico, y lo describe como si se tratase de un año de jubileo en el que se cancelaban todas las deudas, se liberaban los esclavos y se devolvían las propiedades a sus dueños originales (Levítico 25). Pero la liberación del cautiverio no trajo lo que el pueblo esperaba; todavía se sentía como un pueblo conquistado y oprimido, de ahí que Isaías quizá se refería a una era mesiánica futura. Jesús con audacia anunció: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”. Jesús se proclamó como Aquel que haría que estas buenas nuevas sucedieran, pero de una manera que la gente era incapaz de entender.