domingo, 20 de enero de 2013

Carta de un confundido - devocional - vídeo

No sé en qué momento llegue aquí, a este instante en donde me siento vacío, solitario, desesperado y confundido. No sé cómo dejé de pensar en Dios, no sé en qué momento le saqué de mi mente, no entiendo cómo me dejé llevar tan fácilmente.
Lo que antes para mí estaba prohibido se hizo normal, me acostumbré a pecar, el dolor por hacerlo desapareció poco a poco, mi mente ya no me acusa e incluso, en ocasiones, siento placer de hacerlo, ¡Qué ha pasado conmigo!
Era tan sensible a su presencia, sin embargo ahora me he convertido en un insensible, no puedo sentirlo, no hago nada por experimentarlo, me paro allí esperando que algo pase y no pasa nada, sé que soy el problema y sin embargo no hago nada para salir de eso.
Me encuentro en un hoyo profundo, no tengo intención real de cambiar aunque sé muy bien que estoy mal; me cansé de ser bueno, me cansé de perder, aunque sé que para ganar... tengo que perder. En ocasiones me lo he cuestionado a mí mismo y, aunque sé la respuesta y que la razón siempre la tiene Él....En fin, que no sé por qué razón, a veces, me hago preguntas sin sentido.
El fuego se apagó, la pasión la opaqué, el Espíritu Santo lo contristé y lo peor de todo es que soy consciente de todo y no hago nada para solucionarlo. ¡Ay de mí! ¡En quien me he convertido!
¡Lloro de pena!, ¡Lloro de dolor!, ¡Lloro al recordar lo que era y lo que ahora soy!, ¡Cómo pude llegar a esto!, ¡En qué momento pasó! ¡Ay de mí! ¡Pobre de mí!
De verdad que hoy quiero comenzar de nuevo, y aunque no tengo deseo de hacerlo, ¡tengo que hacerlo! No me gusta ser quien soy; aunque a mi carne le agrade, mi espíritu no se conforma.
Dentro de mí sé que no he nacido para esto, no es lo mío vivir así. Dios me marcó para ser uno de los suyos, para ser la diferencia, para vivir con pasión, para llevar a cabo su obra, para cumplir sus planes, por eso y más, ¡Tengo que salir de aquí!
¿Cómo hago si no tengo deseo de hacerlo?, ¿cuál es la clave para salir de aquí?, pues lo he intentado en otras ocasiones y no lo he logrado. Sin embargo, hay algo dentro de mí que me dice que esta vez sí podré; entonces me pregunto ¿por qué esta vez si?, y una dulce voz me susurra al oído y me dice: “Porque esta vez, yo seré en ti y no te soltaré”, y rápidamente viene a mi mente un versículo que siempre he recordado: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé” Josué 1:5 (Reina-Valera 1960).
Lágrimas fluyen, el dolor de haber fallado inunda mi ser, vuelvo abrir los ojos, aquellos que había cerrado a base de pecado, y, al ver de nuevo, me doy cuenta de que estoy parado en el lugar equivocado haciendo lo que nunca debí haber hecho. Un arrepentimiento genuino nace en mi corazón, me postro ante su presencia mientras lloro como un niño y le pido perdón por todo.
Un tierno abrazo se hace sentir en mi ser, un Dios Consolador acaricia mi espíritu, de pronto una determinación real nace en mi corazón, Dios me hace ponerme de pie, seca mis lágrimas, limpia mi rostro, levanta mi barbilla hacia el cielo y me recuerda que soy su hijo diciéndome: “Tú eres y siempre serás mi hijo, ve y vive como tal”, mientras mi ser se llena de una fortaleza muy grande, mi mente se renueva y nuevamente vuelve a pensar claramente, aquella pasión perdida regresa, siento ahora el fuego en mí, y, sobre todo, me propongo que esto no sea momentáneo, sino permanente.
Ahora es mi tarea, ahora es mi turno, de mí depende no volver a perder aquello que poco a poco desapareció. El fuego, la pasión, el amor y el deseo de hacer el bien; eso y mucho más es mi tarea, mantenerlo fluyendo en mi vida y no hay otra forma de hacerlo que estando cerca de Él.
No me alejaré, no me perderé, no me confundiré más, ahora viviré cerca de ti cada día de mi existencia y cuando la duda venga, la derrotaré con la fe, y cuando el deseo aparezca, lo venceré con una actitud santa de vivir para Dios.
Su fuego será mi poder, la pasión por Él mi fuerza, y mi amor hacia Él el motivo por el cual luchar cada día de mi existencia por vivir como su hijo, porque mi Padre se lo merece.

¡Adelante! ¡Tú también puedes hacerlo!


Mi peor enemigo - Mensaje

Mi peor enemigo 

mi peor enemigo 
Fui yo la que tiró del gatillo
Fui yo la que dijo sí al pecado
Fui yo quien dijo sí al error
que una y otra vez rondaba en mi mesa y me pedía que lo cometiera.
Fui yo la que se lastimó con palabras desalentadoras
Fui yo la que se dijo mirar atrás
Fui yo la que pensó en necedades de adolescente
Y fui yo quien se dijo no poder.
Fui yo la que se decoró de inseguridades
Y fui yo quien se lastimó con múltiples terquedades.
Y aunque no lo parezca, está dentro de mí
Y en ocasiones me miente tan bien que llego a pensar que dice la verdad.
Y aunque tenga la seguridad de que su amistad es dañina
en varias ocasiones la he hecho mi mejor amiga.
No es que algo malo pase conmigo,
No se trata de encontrar culpables exteriores
Si bien es cierto, tienen responsabilidades
Fuimos realmente nosotros quienes escogimos la tristeza
Y es que el enemigo no viene de afuera,
El enemigo está fluyendo dentro de ti y de mí.
El enemigo en ocasiones somos nosotros mismos
El enemigo no siempre es la compañera de escuela,
el novio malo, la madre intolerante o el hermano orgulloso.
El enemigo generalmente somos nosotros mismos
Quienes nos desalentamos y minimizamos con una habilidad increíblemente fea.
Somos nosotros quienes pensamos que no somos capaces
Y que es mejor seguir de largo y seguir evitando el reto.
A veces pensamos que las personas exteriores son nuestros peores enemigos
Pero en realidad somos nosotros, en muchas ocasiones, nuestro peor enemigo.

Enemigo o no, si ahora te das cuenta de que tienes que cambiar, da un paso a la vez que a ese enemigo que vive dentro de ti haces de él tu amigo.

¿Estás dispuesto a morir por Él? - Vídeo Reflexivo


Nunca neguemos a Cristo, Él dio su vida por nosotros; demos la nuestra también por Él, y no sólo una vida de palabras, prediquemos con las acciones... 

Amor de verano - Amor, Devocionales, Reflexión

amor de verano
En las últimas revistas que han llegado a mis manos y también en la televisión, lo que más he visto han sido consejos para tener un amor de verano: cómo conquistar a alguien durante el verano y una serie de sugerencias que van desde lo más lógico hasta lo más descabellado. Es divertido pensar que hay adolescentes (y no tan adolescentes), que leen muy atentamente lo que transmiten esos artículos y sueñan con tener una historia de amor de verano, para contársela a sus amigas al regresar de las vacaciones.
Pese a lo gracioso que nos pueda parecer , no es sólo en la adolescencia cuando se vive esta experiencia, sino que también dentro de nuestras congregaciones ocurre algo similar. Sí, ocurre, no se espanten antes de poder explicarlo mejor.
Las vacaciones más largas suelen ser las de verano. Hay también meses de relax para los estudiantes, y éstos retoman sus actividades académicas posteriormente. Generalmente, ocupan este tiempo de relax para realizar campamentos de formación cristiana, paseos, retiros espirituales, vigilias, reuniones de oración e intercesión, misiones, etc. El verano podría ser calificado como el periodo de mayor fertilidad en los jóvenes, puesto que dedican varias horas al día en actividades de crecimiento espiritual. Estamos hablando de jóvenes cristianos que quieren estar verdaderamente comprometidos con el Señor. Sin embargo, no están ajenos al fenómeno del “amor de verano”; no porque dentro de las actividades en que participen no conozcan a alguien del sexo opuesto que les llame la atención, que también ocurre, sino porque logran conectarse con la fuente, logran conectarse de una mejor manera con Cristo; los jóvenes se apartan de muchas otras de sus actividades y entran en una “sintonía” distinta con Dios, con mayor intimidad y pasión… Pero, ¿qué pasa cuando retoman sus actividades académicas?
Muchos de nosotros podemos vivir un “amor de verano” con Dios mientras tenemos tiempo libre. Mientras estamos descansados y no debemos cumplir con otras labores, somos capaces de involucrarnos y hasta comprometernos con Su llamado, pero cuando volvemos a la rutina no hay espacio para Él, ya no podemos dedicarle el 100% de nuestra atención, descuidamos la comunión con Él y la pasión que sentimos en algún momento. Es como si experimentáramos un enamoramiento de Dios, pero no un amor verdadero, un amor profundo, un amor genuino. Asimismo ocurre con los famosos amores de verano.
Si este tiempo de descanso o cualquier tiempo de descanso, lo utilizaras para servir a Dios y comprometerte con Su misión, haría que ese “amor de verano” trascienda a una relación más seria y estable. Hazle el amor de tu vida y sólo así conseguirás darle el espacio, la posición y la atención suficientes. Con Dios puedes experimentar la historia de amor más maravillosa que hayas conocido, aquella que te hará bien, que te hará crecer y que te ayudará a acercarte a aquello que siempre has querido ser y hacer.

Dios es más que un amor de verano…Dios es un amor ETERNO… ¡Disfrutémoslo!

Hoy… El Señor Enviará Ángeles Cerca de MÍ - Devocional - vídeo

“Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo” Hechos 27:23
Una gran tempestad y una profunda oscuridad, con el riesgo inminente de naufragar, había llevado a la tripulación del barco a un ambiente muy triste y desesperado.
Mientras toda la tripulación se agitaba interna y externamente ante tan gran tempestad, uno de los tripulantes se encontraba tranquilo, reposado, no estaba ni nervioso por dentro ni por fuera y cuando sus labios se abrieron para hablar, sus palabras de esperanza transmitieron a todos los demás una inmensa quietud.
Pablo era el hombre tranquilo en medio de una tripulación altamente desesperada. Había legionarios romanos en la plataforma exterior del barco y un pobre preso judío tuvo más espíritu que ellos en tan difíciles momentos. ¿Por qué? Porque él tuvo un amigo oculto quien le impartió coraje.
El Señor Jesús envió un mensajero para él, a fin de que le susurrara un mensaje de consuelo en el oído de su siervo fiel; por lo tanto, Pablo se revistió de ánimo y pudo hablar con gran tranquilidad.
delicados-angeles14aSi nosotros tememos al Señor, podemos estar seguros de que no estaremos solos en los momentos difíciles. Los ángeles del Señor están reservados para ministrarnos y ellos no retroceden ante las tormentas ni son impedidos por la oscuridad.
Las visitas de los ángeles no son escuetas ni escasas. Sus visitas son frecuentes en nuestras noches de tempestad y de conflicto.  Ellos bajan como amigos cuando estamos bajo presión y sus intercambios con nosotros son abundantes y grandes sus fortalezas de amor.
Sus palabras de ánimo, traídas a nosotros desde la escalera de Jacob reaniman nuestro espíritu. Si esta es una hora de angustia para ti, entonces prepárate para discernir la Ministración de los ángeles de una manera muy especial.
devocional angel14Hoy quiero estar dispuesto a responder a ellos con esperanza y amor. 
El ángel del Señor trajo para Pablo un mensaje de esperanza. Dios enviará para mí en este día también un mensaje de esperanza, puede que sea directo a mi corazón, o a través de su Palabra, o por medio de un hermano y si es necesario Él enviará para mí un ángel para reanimarme.
Hoy puedo creer con toda seguridad de que el ángel del Señor está cerca, en medio de la oscuridad para traer tranquilidad a mi alma en medio del temor. Los rugidos fuertes del salvaje mar tratan de quitarme la paz, mas tu presencia, Señor, a través de tu ángel me confortará. Y sólo en ti, ¡oh Señor!, podré esperar.
Señor, Gracias por la fortaleza de tu presencia. A veces siento que casi no puedo, pero en medio de tu amor yo encuentro paz. Gracias por tus ángeles que acampan alrededor de los que te temen, y los defienden. Sé que soy uno de los que te temen y por ello mi alma está acallada en ti. Sostén mi alma con tu fuerza y ayúdame a caminar con la paz que viene de lo alto.  Amén.