domingo, 5 de abril de 2020

Cómo orar en tiempos de crisis

Vuelve, y dile a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David, tu padre: He oído tu oración, he visto tus lágrimas y voy a sanarte: dentro de tres días subirás a la casa de Jehová. 2 Reyes 20:5

Este texto corresponde a la respuesta de Dios a la oración que hizo el rey Ezequías cuando estaba enfermo de muerte, y nos permite comprender el valor y la importancia que tienen, tanto para nosotros como para nuestro Dios, las oraciones que hacemos cuando estamos pasando por tiempos de crisis y enfermedad. 

En el tiempo que estamos viviendo en el mundo, es importante que comprendamos la importancia que tienen nuestras oraciones, pues si algo tenemos que hacer como pueblo de Dios que somos es ORAR. La palabra de Dios nos demuestra la importancia de la oración en la vida de los hijos de Dios: 
La oración de Ezequías | Historia bíblicaLa oración de un hijo de Dios es poderosa y efectiva (Santiago 5:16). 
La oración produce paz en nuestra vida en tiempos de aflicción (Santiago 5:13). 
Debemos orar con la seguridad de que nuestro Dios nunca es indiferente a las oraciones de sus hijos (1 Pedro 3:12). 

Por medio de la palabra de Dios, ¿Cómo debemos orar en los tiempos de crisis y de angustia? Para responder esta pregunta, vamos a tomar como ejemplo las oraciones que los hombres de la Biblia hicieron cuando se encontraron en momentos así, como los nuestros, de angustia, de crisis y enfermedad. 

I) EN TIEMPOS DE CRISIS DEBEMOS ORAR COMO ABRAHAM, SIN EGOÍSMO (Génesis 18:23-33) 
El Señor le reveló a Abraham que iba a destruir a Sodoma y Gomorra por sus pecados, lo cual directamente no le afectaría a él pues no vivía en ese lugar, pero sí tenía familia en ese lugar, su sobrino Lot y su familia vivían allí. Y Abraham intercedió por los justos que posiblemente habría en esas dos ciudades. Él clamó para que Dios tuviera misericordia de los justos que vivían en ese lugar, y así nosotros, como cristianos, debemos orar a Dios, sin egoísmo, pidiendo misericordia no solo por nosotros y nuestras familias, sino también por todos los hijos de Dios que están alrededor del mundo, y no solamente por los hijos de Dios, sino también por todas aquellas personas que si mueren irán a la condenación eterna. 

Oremos por misericordia. Posiblemente haya personas cristianas que piensen que está bien lo que está pasando en países que son idólatras o que están llenos de ateos, y en países donde se persigue a los cristianos o que no permiten que el evangelio se predique.
Quizás pensemos, o digamos, que “se merecen lo que están viviendo”, pero tenemos que recordar las palabras de nuestro Señor Jesús a sus discípulos, cuando estos querían pedir que cayera fuego del cielo sobre una ciudad que no los recibió (Lucas 9:51-56). 
Nosotros como hijos de Dios, tenemos que clamar por misericordia y por salvación de las naciones, no por juicio, ni mucho menos alegrarnos de lo que las naciones están sufriendo, porque nuestro Señor vino a buscar y salvar lo que se había perdido. Lucas 19:10.