viernes, 31 de agosto de 2018

¿Por qué la fe sin obras es una fe muerta?

La Santa Biblia nos explica que la salvación es un regalo de Dios mismo, que no es una recompensa por nuestras propias obras para que nadie se pueda enorgullecer de sus propios méritos. Dice la Palabra del Señor: “Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). Por otro lado sabemos que la salvación la logramos a través de Cristo. Que Él es el puente que une el cielo y la Tierra.  Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre sino por mí” (Juan 14:6).
Resultado de imagen de ¿Por qué la fe sin obras es una fe muerta?
No obstante, las obras son muy importantes pues son reflejo directo de nuestra fe. Hasta el punto de que la Biblia afirma con total rotundidad que la fe sin obras está muerta (Santiago 2: 14-26). Y es que si a nosotros acude un hermano que está desnudo o hambriento, y nosotros le negamos la ropa o el alimento y nos limitamos a ofrecerle buenas palabras, entonces nuestra fe se encuentra muerta. Jesús nos explicó que debíamos amar al Señor con todas nuestras fuerzas y al prójimo como a nosotros mismos. Y ello implica no solamente palabras de consuelo sino obras, acción.
¿Pero entonces nos salva nuestra fe o nuestras obras? Nosotros no nos salvamos a nosotros mismos, sino que es Dios quien nos salva, a través de la fe en Cristo como nuestro salvador junto al arrepentimiento de los pecados. Pero nuestras obras son una consecuencia directa de nuestra fe. No es que hagamos buenas obras para entrar en el cielo, sino que dado que Dios nos permite entrar en el cielo por amor a Él, decidimos hacer buenas obras. Es nuestra manera de agradecerle todo cuanto hace por nosotros, la forma de hacer visible al mundo la fe que alberga nuestro corazón.

"Renuévame" y "Yo te busco"

En la Biblia, en Colosenses 3:23 leemos: y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. ¿Por qué incido en esto? Veamos: diariamente recibo por correo electrónico diferentes vídeos musicales, de alabanza, de adoración, reflexivos, etc. Recientemente he podido adquirir uno, del concierto que dirigió y cantó Marcos Witt en Puerto Rico, con motivo del 25 aniversario de su ministerio pastoral. Solamente decir que este hombre, aparte de cantautor cristiano excelente, es compositor, pastor y líder cristiano-evangélico.
Imagen relacionada
Cuando escuché este concierto realmente quedé estupefacto. Su impacto en mí fue tremendo. ¡Es… genial! Dentro de él, y las más de dos horas que dura, encontramos muchas canciones que jalonan la carrera musical de Marcos. Pero hay una, como bien reconoce él, que, para mi gusto y también para él, es de lo mejor y, seguramente, la más famosa. Se llama “Renuévame”.

“Renuévame” es una canción que compuso en 1.992 y es un canto de alabanza-adoración al Señor. En ella se oye la necesidad que tenemos de Él, que necesitamos que nos renueve. Necesitamos que cambie nuestra naturaleza pecadora por la suya; por su naturaleza espiritual. Dice que “todo lo que hay dentro de mí necesita ser cambiado, Señor; todo necesita más de ti”.
Esta canción dio la vuelta al mundo; se vendieron miles, miles y miles de copias; hay múltiples versiones de ella, como la última precisamente en este concierto, una bachata, como le enseñó nuestro querido y admirado Juan Luis Guerra. Pero la mejor versión de todas es la de Dios, porque sólo Él sabe cómo hacer para que todo, absolutamente todo en nuestro corazón sea cambiado y enfocado a Él.
Marcos la compuso con todo su corazón, como para el Señor, pero… cuando la acabó comprendió que, aunque verdaderamente excelsa, necesitaba un complemento; necesitaba algo más.

Grado de implicación real del cristiano evangélico en su Iglesia

La vida cristiana es una tremenda y dulce experiencia. Es un crecimiento continuo. Dios quiere que crezcamos, que nuestra vida cristiana no pare de crecer. Para ello debemos tener muy en cuenta que no debemos ser únicamente oidores de la dulce y maravillosa Palabra de Dios, sino hacedores de la misma. 

Si alguno es oidor de la palabra de Dios pero no hacedor de ella, ese es semejante al hombre que considera su rostro natural en un espejo; él se considera a sí mismo natural y se va, y pronto olvida cómo era. Pero el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace. Santiago 1:23-25 


Resultado de imagen de GRADO DE IMPLICACIÓN REAL DEL CRISTIANO EVANGÉLICO EN SU IGLESIALa vida cristiana no es un evento sino una evolución continua, un proceso. Diremos que en ella hay tres niveles de crecimiento cristiano. Se va avanzando en ellos según el grado de implicación del cristiano mismo. Vemos, a modo de demostración, en Lucas 5 que: Inicialmente, el Señor ministró a orillas del lago de Genesaret. 

-1º nivel: Todos comenzamos en la orilla y le conocemos a Jesús. Es en la orilla donde Dios toca nuestra vida. Pero Dios no quiere que sigamos siempre en la orilla. Cosas importantes suceden más allá de la misma. La Biblia dice que había mucha gente alrededor de Él. Jesús estaba predicando y la gente, en este 1º nivel, simplemente oía. Estaban ahí para, simplemente, entretenerse y olvidarse de todos los problemas. Por lo tanto aún no había ningún compromiso, incluso había cierta falta de interés en lo que Dios decía. El poco interés que había era por el beneficio personal en que Cristo hiciera un milagro por ellos, lo que solo demuestra egoísmo personal de cierta gente. Pero eso no es todo en la vida cristiana. 

-2º nivel: La Biblia dice que, después, Él entró en una barca, y se retiró un poco más alejado de la orilla y comenzó a enseñar. Ya no estaba predicando, ahora estaba enseñando. En la predicación se necesitan oyentes, mas en la enseñanza se precisan discípulos, y un discípulo necesita practicar lo que se le instruye, tiene algo que hacer en la Obra de Dios.

En este nivel hacemos, o sentimos, más o menos habitualmente, la lectura de la Palabra de Dios, la oración, el tiempo devocional con Dios, y la comunión (congregación) con mis hermanos en Cristo.

Los discípulos, en este 2º nivel, estaban limpiando las redes pero se sentían frustrados. Habían estado pescando toda la noche pero no habían atrapado nada. En la vida actual, es como si trabajamos con denuedo y no vemos el fruto de nuestro trabajo. Así se sentían los discípulos. Y en medio de ese ambiente el Señor les invitó a ir al 3º nivel. Y es en este nivel donde algo grande sucede.