| ||||||||||||||||||
Nuestro objetivo como Iglesia es llevar a la gente a la fe en Jesús e integrarla en la familia de Dios. Y que nuestro carácter se parezca al de Cristo, glorificando a Dios y sirviendo en toda buena obra.
lunes, 8 de agosto de 2016
¿Te acuerdas?
La conversión de un niño
Aquel joven médico estaba listo para ir a la comunidad eclesiástica, después de haber trabajado 8 horas en el hospital. Ahora tenía un compromiso que atender en la iglesia.
Llegó casi jadeando a su casa, y le preguntó a su esposa: ¿amor, estáis listos para la reunión?
¿Y... dime: de qué hablarás hoy en la iglesia?
El joven galeno le contestó: - es una sorpresa para ti y los niños.
Ella le dijo: tienes razón, es mejor esperar el banquete espiritual.
Estando en la iglesia, llegó el momento en que aquel joven médico inició su predicación sobre el libro de Éxodo capítulos 12 y 13.
Una gran enseñanza sobre el pueblo de Israel que estaba esclavizado en Egipto. Era el momento de la partida después de haber pasado las 9 plagas que representaban los 9 dioses paganos de los egipcios.
Empezó a predicar de la plaga número 10, sobre el ángel de la muerte, y de que todas las casas de los israelitas tenían la sangre del cordero puesta en los pórticos de la puerta y en la parte de arriba de la misma, pues fue la instrucción dada al pueblo escogido; no así los egipcios, quienes tuvieron que experimentar todas las plagas y la muerte de sus primogénitos, tanto de personas como de las bestias.
Al pasar el ángel de la muerte en la medianoche, y mientras unos empezaban a llorar por sus pérdidas en medio de tanta mortandad, el pueblo de Israel estaba saliendo de Egipto con sus pertenencias, el oro dado a ellos por los egipcios, y ovejas para que hicieran sus sacrificios a Dios en su camino a la tierra prometida.
Fue en ese preciso momento, cuando un hijo de aquel médico que tenia 4 años y medio de edad, empezó a llorar sin consuelo, de forma que nadie podía parar su llanto.
El médico terminó su sermón y encontró a su esposa que le dijo: - no sé por qué el niño no se puede callar, no lo entiendo, lleva 5 minutos llorando.
En eso se acercó un señor de la tercera edad que era un misionero, y le dijo al joven: - creo que es el momento para hablarle de Jesús a tu hijito, creo que el Espíritu Santo le está hablando.
¿Es usted justo?
¿Cómo, pues, se justificará el hombre delante de Dios? Job 25:4
Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. 1 Pedro 3:18
Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. 1 Pedro 3:18
Algunas personas piensan que son justas ante Dios, pero la Biblia declara: “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10). Ante una declaración así, ¿cómo no tener miedo de comparecer ante la justicia divina, cosa que ocurrirá obligatoriamente un día?
Haz algo radical
El pecado es algo grave. El pecado no es una metedura de pata; no es una debilidad. No es un "Uy", y cuando elegimos pecar, bueno . . . Hebreos 10:26 nos lo dice directamente: Porque si continuamos pecando deliberadamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio alguno por los pecados.
Cuando hacemos del pecado nuestra elección, cruzamos la línea. La idea es tomar una decisión racional, deliberada, y premeditada. Cuando podría elegir hacer lo correcto y en vez de ello elijo hacer lo malo, eso es pecado deliberado.
A veces todos luchamos por perdonar, pero si elijo alimentar el odio en mi corazón hacia alguna persona durante días o años, eso es pecado deliberado.
A veces todos luchamos por perdonar, pero si elijo alimentar el odio en mi corazón hacia alguna persona durante días o años, eso es pecado deliberado.
Si conozco mi inclinación hacia algún pecado específico, como la lujuria o alguna adicción, y sigo eligiéndolo y luego lo oculto, eso es pecado deliberado.
Si sé que debo servir en la iglesia y ofrendar financieramente al ministerio, pero no puedo porque he aceptado más trabajo del que puedo hacer o porque he gastado más de la cuenta, eso es pecado deliberado.
Si la elección deliberada de pecar se convierte en mi patrón de comportamiento, he cruzado la línea.
El pecado abrirá un camino de destrucción a través de tu vida, como un tornado lo hace en un campo de trigo. Trata de manera agresiva tus patrones de pecado privados y específicos. Establece parámetros para tus actitudes y comportamientos con los que puedas lograr una cierta responsabilidad.
Insiste en cambiar de adentro hacia fuera. Pon tu corazón en ser diferente.
Insiste en cambiar de adentro hacia fuera. Pon tu corazón en ser diferente.
No toleres más el pecado; no racionalices ni juegues con él ni lo dejes continuar mes tras mes y año tras año. Da un gran paso adelante y trata de manera radical a aquello que solo traerá estragos a tu vida.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)