APOCALIPSIS 3:18 “Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio para que veas.”
Paula, una niña de 12 años, visitaba por primera vez al optometrista, quien le diagnosticó miopía en ambos ojos.
- ¿Sientes que no puedes ver bien de lejos?, le dijo el doctor.
- Sí, se me dificulta mucho hacerlo, afirmó Paula.
- Te sientes muy mal por esto, ¿verdad?, dijo el doctor.
- Sí, a lo que más me afecta es que no puedo distinguir a cierta distancia, el rostro de algunas personas, ni observar de lejos el amanecer, las cosas se me vuelven cada vez más borrosas, y todo a mi alrededor parece muy confuso, afirmó Paula, triste y preocupada por lo que le ocurría.
- Bueno, para esto hay solución, te haré unas lentes de acuerdo a tu problema, para que las utilices permanentemente, y esto te ayudará a ver mejor.
Paula, una niña de 12 años, visitaba por primera vez al optometrista, quien le diagnosticó miopía en ambos ojos.
- Sí, se me dificulta mucho hacerlo, afirmó Paula.
- Te sientes muy mal por esto, ¿verdad?, dijo el doctor.
- Sí, a lo que más me afecta es que no puedo distinguir a cierta distancia, el rostro de algunas personas, ni observar de lejos el amanecer, las cosas se me vuelven cada vez más borrosas, y todo a mi alrededor parece muy confuso, afirmó Paula, triste y preocupada por lo que le ocurría.
- Bueno, para esto hay solución, te haré unas lentes de acuerdo a tu problema, para que las utilices permanentemente, y esto te ayudará a ver mejor.