miércoles, 5 de junio de 2019

Momentos con Dios

“Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán, me conducirán a tu santo monte y a tus moradas. Entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de mi gozo; y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío”.
(Salmos 43:3-4)
Resultado de imagen de arpa musical¡Amo el libro de los Salmos! Quedo cautivo, extasiado y sin palabras cuando me adentro en esas hermosas composiciones que escribieron diferentes salmistas, pero entre ellos, el más destacado es David. Me gusta percibir a través de esos versos, clamores, plegarias y cánticos, la confianza que ellos tenían en la fidelidad y el amor de Dios. La sencillez y transparencia de sus almas que sabían reconocer cuándo necesitaban de la misericordia y el perdón de Dios, pero también cuándo era el momento indicado para alabarlo, invocarlo y decirle cosas lindas al oído.
Debemos procurar entrar al monte a diario, al altar de Dios. Con nuestro altar mayor que está en nuestro corazón, y que lo abrimos cuando en oración nos postramos y adoramos a ese Ser que nos dio la vida y que continuamente hace maravillas y cosas increíbles en nosotros. Cuando le cantamos, cuando pedimos su dirección y guía para las cosas que vamos a hacer, o cuando le consultamos sobre nuestras más anheladas aspiraciones, Él nos envía su luz, en este caso, su sabiduría, y nos hace conocer las cosas que tiene para nosotros. Él nos hace entender siempre que sus caminos y pensamientos nos llevarán más lejos de lo que imaginábamos.
Puede que hoy no dispongas de un arpa, violín o algún instrumento musical, pero tienes una adoración pura, sincera, de agradecimiento, de amor para tu Padre Celestial y Él está ansioso por recibirla. Él quiere escuchar tus palabras, desea sentir esa adoración que hace que los ángeles celebren y se gocen de ver que entiendes que tienes un privilegio que ellos no tienen, porque eres redimido y comprado a precio de sangre preciosa. Porque tienes un valor tan estimado para tu Creador, que dio lo más preciado para que fueras salvo y tuvieras conexión y comunicación con Él.
No te olvides nunca de lo importante que es pasar tiempo con tu Padre a solas, en oración, comunión y adoración. Recibirás bendiciones maravillosas que Él tiene reservadas solamente para ti, y te mostrará cosas grandes y secretos maravillosos que aún desconoces.

Que Dios sea lo primero en nuestras vidas y que luego vengan las demás cosas.

La Vida es Tan Corta...

Dios hace las cosas a Su manera y a Su hora.
Dios es Amor y quien permanece en amor permanece en Dios y Dios en él. 1 Juan 4;16
La vida es tan corta que debemos aprovechar cada día para ser felices.

John Powell, profesor de Loyola University en Chicago, escribe sobre un estudiante de su clase de Teología de la Fe, llamado Tommy.
Unos doce años atrás, yo estaba de pie observando a mis estudiantes de la universidad, mientras entraban al salón para nuestra primera sesión de Teología de la Fe.
–Ése fue el primer día que vi a Tommy.
Tommy estaba atusando su larga cabellera rubia, que caía por debajo de sus hombros.
Resultado de imagen de La Vida es Tan CortaComo ese día no estaba preparado para ello, mis emociones se alteraron y de inmediato catalogué a Tommy como "extraño… muy extraño”. Tommy resultó ser el “ateo de la clase” en mi curso de Teología de la Fe.
Él objetaba constantemente, sonriendo sarcásticamente sobre la posibilidad de un Dios/Padre que nos ama incondicionalmente.
Cuando al terminar el curso vino a entregar su examen final, me preguntó en un tono algo cínico:
¿Cree usted que alguna vez encontraré a Dios?
Inmediatamente decidí usar un poquito de la técnica de la terapia de shock. – ¡No!, le dije muy enfáticamente.
– ¿Por qué no?, me respondió, yo creía que ése era el producto que usted estaba vendiendo.
Dejé que estuviese a unos cinco pasos de la puerta del salón y alcé mi voz para decirle:
– ¡Tommy! Creo que tú nunca encontrarás a Dios… Pero estoy absolutamente seguro de que Él te encontrará a ti.
Se encogió de hombros y salió de mi clase y de mi vida.
Yo me quedé algo frustrado por el hecho de que no había captado mi ingeniosa observación:
“¡Él te encontrará a ti!”, por lo menos yo pensaba que había sido ingeniosa…
Tiempo después me enteré que Tommy se había graduado y me dio el debido gusto.
Más tarde me llegó una triste noticia; supe que Tommy padecía de un cáncer terminal.
Antes de que yo fuera a buscarlo, él vino a verme.
Cuando entró en mi oficina lucía demacrado y su larga cabellera había desaparecido debido a la quimioterapia. Pero sus ojos brillaban y su voz tenía una firmeza que no tenía antes.
Tommy, he pensado mucho en ti… oí que estás enfermo, le dije en un tono casual.
– Oh, sí, muy enfermo, me respondió, tengo cáncer en ambos pulmones. Es cuestión de semanas.
– Tom, ¿puedes hablar sobre eso?, le pregunté.
– Por supuesto, ¿qué quiere saber?, me contestó.
-¿Qué se siente al tener solo 24 años y estarse muriendo?- le dije.
– Bueno, podría ser peor.
¿Peor, como qué?
– Bueno, como llegar a los cincuenta años sin tener valores o ideales; o llegar a los cincuenta creyendo que beber, seducir mujeres y hacer dinero son lo máximo de la vida.
Anteriormente había clasificado a Tommy de extraño. Parece ser como si a todo aquel que yo rechazara mediante mi propia valoración, Dios lo devolviera a mi vida para que me educara.
-Pero por lo que en realidad vine a verlo es por algo que usted me dijo el último día de clases. (¡Se acordó!)
Él continuó diciendo:
– Yo le pregunté si usted creía que yo llegaría alguna vez a encontrar a Dios. Usted me dijo que NO, cosa que me sorprendió mucho. Entonces usted añadió
: Pero Él te encontrará a ti.
Estuve pensando mucho en eso, aunque no se puede decir que mi búsqueda fuese muy intensa en aquel entonces.

¿Para qué vine al mundo?

A pesar de tus circunstancias y por encima de cualquier problema, tu vida fue planeada y deseada por Dios desde el principio. A veces las personas creen que porque viven ciertas cosas difíciles o dolorosas es difícil comprender el propósito de su vida, pero no es así, es porque los problemas empañan la visibilidad de todo lo demás.
Tú puedes preguntarte cuál es el propósito de tu vida, porque no entiendes todo lo que te ha tocado vivir, pero debes saber que el propósito de Dios y sus planes para ti siempre son de bien, independientemente de lo que suceda.
para que vine al mundoDios diseñó un plan para tu vida desde el momento en que tus padres te concibieron para el mundo. Antes de realizarse su plan de formar una familia, Dios había establecido que llegaras a ser quien eres, sabía tu nombre y en qué lugar del mundo nacerías, y te planeó con más amor del que imaginas.
A veces nuestra situación es tan difícil que olvidamos que Dios sabe todas las cosas; todo lo que nos preguntamos, Él lo sabe. Cuando nos preguntamos cosas como ¿para qué vine al mundo?, sin querer cuestionamos la obra de sus manos y damos poco valor a sus motivos. Las cosas que nos pasan a veces son tan grandes que nos hacen sentir muy pequeñitos y sin un plan de vida, pero la realidad es que todos fuimos planeados con el amor más grande que puede existir.
Puede que tu situación actual te haga pensar que tu vida no tiene un propósito, cuestionas el porqué de estar aquí en la tierra. Eso es porque los problemas te impiden darte cuenta que Dios tiene un plan maravilloso para tu vida, que no depende de cuantas cosas puedan pasarte, pues sus planes siguen siendo los mismos con los que te creó.