martes, 9 de septiembre de 2014

¡Yo tengo un sueño!

Uno de los discursos más emotivos y revolucionarios que se conocen de toda la historia, comenzó con las palabras “I have a dream” (yo tengo un sueño). El pastor y activista Martin Luther King Jr. las pronunció con sinceridad, desde su corazón, provocando una catarsis en el alma y la conciencia de millones de personas. Y aunque él está muerto, sus palabras y su sueño siguen haciendo eco y latiendo en el pecho de muchas personas.
tengo un sueñoLos sueños nos inspiran y nos motivan a luchar para salir adelante. Aunque el panorama muchas veces parece denso y oscuro, el color de nuestros sueños y de nuestras esperanzas nos hacen seguir caminando para poder alcanzarlos. Todo el mundo tiene al menos un sueño que quiere ver realizado con todas las fuerzas de su corazón. Un sueño que siempre nos invita a avanzar e ir por más. Un sueño que puede ser personal, pero que también puede trascender y transformar a otras personas. Un sueño que sin duda alguna, sabes que debe cumplirse.
Por tal razón, anímate a continuar perseverante y enfocado en él. Confía en la fidelidad de Dios, quien dice en su palabra que tiene pensamientos y caminos más altos de los que nosotros alcanzamos a imaginar, que son de paz, de bienestar y para darnos el fin que esperamos, siempre y cuando estén alineados con su voluntad y propósito en nuestras vidas.
Si Martin Luther King Jr. estuviera vivo, hubiera podido presenciar que aunque falta aún mucho para que su sueño sea del todo completado, sí se ha avanzado bastante. Que su deseo y sueño, no solo fue propio, el sueño de él, sino que también ha sido, y es, el deseo de millones de personas.

¡Atrévete a creer que el sueño que has llevado durante años dentro de tu corazón, puede ser luz e iluminar la vida de muchos!

11 de Septiembre

El 11 de septiembre del 2001, nunca será una fecha olvidada en los Estados Unidos. El mundo entero fue consciente del terrorismo sin precedentes, que llegó a territorio norteamericano ese día.
En todas partes se comentó si el incidente fue un juicio de Dios, o un aviso previo a un juicio aún más severo por caer. Estados Unidos ha gozado de más de dos siglos del favor y la paciencia de Dios, tal vez por haber apoyado en sus primeros años de Estado, principios de moral y decencia, y del temor a Dios; o quizá por haberse aliado con el pueblo especial de Dios, los descendientes de su gran amigo Abraham: Israel.
Y ahora, ¿será posible que el Todopoderoso haya retirado su protección, a la que en un tiempo se tuvo por "nación cristiana"?... El país con el tiempo, se ha ido desviando mucho. En los últimos 40 años ha ido prohibiendo a Dios en la vida pública y en las oficinas gubernamentales. Oficialmente, ahora Dios es "inconstitucional", proscrito en los Estados Unidos.
¿Qué han hecho con Dios?
11 septiembreEspanta pensar en lo que esto pudiera significar. El apóstol Pablo describió el deterioro espiritual y moral que se produce en una sociedad que repudia a Dios, y sus alarmantes consecuencias:
A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón…Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual… Cambiaron la verdad de Dios por la mentira…Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas…
Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer. Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres; son insensatos, desleales, insensibles, despiadados. Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas sino que incluso aprueban a quienes las practican. (Romanos 1:21-32).
¿Cómo es posible que un pueblo que había conocido a Dios, llegara a las condiciones descritas? Pues, la clave está en tres escalones descendientes, por los cuales se bajó por elección propia y voluntaria: (1) no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias… (2) cambiaron la verdad de Dios por la mentira… (3) no consideraron estimable el conocimiento de Dios. Y cuando un pueblo elige este camino, como dice el pasaje también tres veces, Dios los entrega a sus propios deseos y a las consecuencias de los mismos.
Cuando Dios no es bienvenido entre un pueblo, ¿nos sorprende si Él le retira su bendición y protección? Hay quien pregunta asombrado, ¿dónde estuvo Dios cuando cayó tal tragedia? Bueno, ¿no estuvo precisamente donde lo echamos?, ¿fuera? Si le excluimos de la vida diaria, ¿no renunciamos también a su favor y protección?
Un aviso de Dios en el Antiguo Testamento, ilustra nuestra situación con palabras claras y directas: Yo, el SEÑOR, honro a los que me honran, y humillo a los que me desprecian (1 Samuel 2:30). El aviso no fue dado a una nación pagana ni a un pueblo terrorista, sino a un sacerdote israelita que se había descuidado a sí mismo y los intereses de Dios, que eran su deber como líder espiritual del pueblo especial. ¡Con cuánta mayor razón nosotros merecemos ser humillados!

¿Estarás luchando contra Dios?

“…porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; pero si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios.” Hechos 5.38b-39 
Este verso nos alerta y nos previene de cómo saber si algunas acciones o proyectos son de parte de Dios. Dice que los planes de los hombres se desvanecen pronto; pero los de Dios permanecen. 
Es bueno tomarse un tiempo para analizar algunas acciones u obras que deliberadamente, ponemos en marcha. Muchos de los proyectos que implementamos se desvanecen aunque lo intentemos una y otra vez; no prosperan o se detienen sin aparente razón lógica. A pesar que estos pueden ser planes buenos, lo correcto es determinar si son planes bajo la voluntad de Dios.
Por ejemplo, imaginemos que usted quiere poner fin a una relación matrimonial, y usted tiene todos los motivos que justifican su decisión; pero de alguna forma que usted no logra explicar, sus deseos de acabarla no se materializan, ya sea porque se enferman los niños, porque hay una situación de desempleo, tragedia familiar o económica; sea cual sea la razón, su deseado anhelo no se completa. Tal vez esta no sea su situación, pero quizá pueda identificar alguna similar. El caso es que se pregunta una y otra vez, por qué no la logra concluir como usted lo está deseando. ¿Se ha preguntado usted si tal vez se encuentra luchando contra Dios? 
Recordemos que en la guía de oración dejada por nuestro redentor, Jesús cita lo siguiente: “…Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Lucas 11:2RVR). Nosotros como creyentes, somos la tierra, y debemos siempre rogar a Dios que su voluntad se cumpla en nosotros. Nunca debemos pedir a la inversa, pues Dios siempre tiene mejores planes que los nuestros. 

Las Apariencias son solo eso

Collyn y Shelby estaban en la misma clase. Collyn admiraba a Shelby. Siempre tenía las mejores notas en el colegio. Podía leer sin que se le escapara ninguna palabra, sus pruebas de matemáticas eran siempre perfectas, y además… ¡era bonita!
Collyn deseaba ser tan lista como Shelby, entonces la vida sería perfecta. Collyn no era una gran estudiante. Detestaba leer en voz alta o hablar delante de la clase.
En un día lluvioso al final del semestre, Collyn y Shelby estaban afuera esperando el autobús. Llevaban su boletín de calificaciones y Shelby parecía asustada. Collyn no podía imaginarse lo que podía estar mal.
-Shelby, ¿estás bien? No pareces sentirte bien, dijo Collyn.
-Ah, estaré bien… creo, contestó.
-No sé, no estoy muy segura, continuó Collyn.
-Bueno, son mis notas. Tengo una C en geografía, admitió Shelby al fin.
-¡Vaya! Siempre sacas A. Yo siempre saco C y es mucho trabajo para mí, aprender cómo se deletrean los nombres de todos esos países. Pero tú eres muy lista. Creo que es natural que tengas buenas notas, dijo Collyn.
-¡Ojalá!, dijo Shelby. Mi papá no me deja hacer nada hasta que no termino mi tarea. También tengo que estudiar para adelantar el tema siguiente. Yo he estado estudiando, pero él se va a enfadar igual, creo que necesito un tutor, pero no sé si podemos pagarlo.
-Shleby, lo siento, yo sólo pensé…
-Está bien. Todos creen que mis notas vienen con facilidad. Imagino que será porque no me quejo. Solo estaba desilusionada con mi nota. Hasta luego, la saludó, y se subió al autobús.
Me imagino que no todo es siempre como uno lo ve, pensó Collyn.
Recuerda: Las cosas no siempre son lo que parecen.
Da gracias al Señor por hacerte como eres. Él te ha hecho con exactitud de acuerdo a su perfecto plan.
Salmo 107:1
Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.

Las 3 principales preocupaciones

Un padre le decía a su hijo, que hay tres crisis que están arruinando la vida de la gente y que son causa de tres preocupaciones: 
1. La vida o comida, bebida y ropa. 
2. El dinero. 
3. El futuro desconocido. 
Veamos, pues: 
1. La preocupación por la vida.
Una de las principales preocupaciones en el mundo actual, es la carestía de alimentos. Ya el mismo Banco Mundial y los líderes mundiales dijeron que, debido a la escasez de los principales granos como el trigo, el maíz y el arroz, hay que hacer previsión hasta el año 2015.
“Los precios de los alimentos han aumentado drásticamente en los últimos meses, debido a un incremento en la demanda, a fenómenos climatológicos sobre las cosechas, y por el mayor uso de tierras cultivables para la producción de combustibles. El valor de productos básicos como el trigo, arroz y maíz se ha disparado, impulsando un alza total en los precios de los alimentos de un 83%, en los últimos tres años, según el Banco Mundial”.
Ya lo dijo el Señor Jesucristo: “Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?“ (Mateo 6:25-26)
La idea es confiar en que Dios provee, pero hay que trabajar para tener lo básico en la vida sin caer en la angustia. ¿Confía en Dios? Para esto confiese al Señor su pecado de angustia, preocupación y descanse en Él. 
2. La preocupación por el dinero.
Amiga(o), el dinero es necesario para cumplir con los gastos básicos de la vida, como el mantenimiento de la casa, el alquiler, la salud, la educación…. Es vital saber administrar el dinero que ganamos trabajando con honestidad.
El problema radica cuando nos preocupamos por tener más dinero del necesario, y ponemos nuestra confianza solamente en la riqueza, llegando esta a ser el dios de nuestra vida.
La Biblia dice: “Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas”. (Mateo 6:24)
Es decir, los creyentes tenemos a nuestro Padre como nuestro Dios, y Él proveerá lo que necesitamos si le obedecemos y le servimos de corazón y además, si trabajamos con diligencia.
Lamentablemente, mucha gente emigra a otro país en busca de dinero y de mejores condiciones de vida. Felicidades a los que trabajan fuera del país y su casa, pero por favor cuiden a su familia; trabajen duro, y sobre todo, no se olviden de buscar el rostro de Dios para obedecerle y enseñar valores morales-espirituales a sus hijos.
No nos angustiemos por tener dinero, pero tampoco seamos negligentes para trabajar. Dios suple nuestras necesidades, confiemos en el Señor.