lunes, 26 de enero de 2015

Ser Madre es un Privilegio

Recuerdo el concurso que en mi país se realizó a través de una emisora de radio, a la que las personas llamaban y daban su opinión acerca de lo que es ser madre. Mi padre fue una de las personas que llamó y expresó su sentir al respecto. El concepto dado por él fue muy aceptado y resultó ser el ganador del concurso.
¿Qué es ser madre? Es un gran privilegio, pero también una gran responsabilidad, es sufrir, pero también gozar, es dar y no recibir nada a cambio, es amar, pero también ser olvidada, es esperar, pero también confiar, es enfrentarte a situaciones difíciles, pero también tomar grandes decisiones, es callar, pero también hablar, es interceder por el hijo y ver la respuesta, es amar incondicionalmente, es perdonar. Ser madre es compadecerse del hijo de su vientre.
Ser madre es un gran privilegio que tiene sus implicaciones:
1. Implica un acto de gratitud. “Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús". Hay mujeres que se quejan por estar embarazadas y por tener hijos. Pero los hijos son la herencia de Dios y tienen un valor incalculable.
Toma unos minutos  y da gracias a Dios por cada uno de tus hijos.
2. Implica aceptar la responsabilidad y no depositarla en otros.  Cuando Jesús estaba en la cruz le dijo a María: Mujer: “He ahí tu hijo”. Juan 19: 26.  Hoy Dios te dice: He ahí tu hijo. Responsabilidad en la crianza, en la disciplina, en dar amor incondicional, en enseñar las verdades bíblicas, en dar un ejemplo digno de imitar. Responsabilidad de la cual daremos cuentas a  Dios.

Las golondrinas

Hasta la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola, la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio del Señor. Jeremías 8:7
¡Hipócritas!, sabéis distinguir el aspecto del cielo y de la tierra; ¿y cómo no distinguís este tiempo? Lucas 12:56
Inline image 1En otoño en Europa, todos los años, las golondrinas se reúnen en los cables de la energía eléctrica. Llevadas por su instinto, pronto huirán de la estación fría y emprenderán un largo viaje de miles de kilómetros hacia África, donde la temperatura es más clemente y la abundancia de insectos voladores, su alimento, les asegura su supervivencia. En primavera harán el trayecto en sentido inverso, y así, de año en año, la especie subsistirá.
En la Biblia, Dios nos pone como ejemplo esas aves migratorias. Él desea que estemos atentos, como ellas, a los signos que nos envía y mediante los cuales nos indica la urgencia de ponernos en regla con Él. El desorden de los fenómenos naturales se acelera, y los científicos se preocupan por los peligros que estos desequilibrios conllevan para nuestro planeta.
En el ámbito moral ya estamos pasando por los “tiempos peligrosos” que menciona el apóstol Pablo (2 Timoteo 3:1-5). Todo nos indica que la paciencia de Dios pronto se acabará. Es urgente huir lo antes posible de “la ira de Dios”, la cual “viene sobre los hijos de desobediencia” (Colosenses 3:6). ¿Cómo hacerlo? Reconozcamos que todavía hoy la bondad de Dios nos guía al arrepentimiento. Dios nos está llamando. Todos los que escucharon atentamente el llamado del Dios que los ama, y respondieron positivamente a su gracia, están libres del juicio. Ahora esperan la señal de su Salvador quien pronto vendrá a llamarlos para llevarlos al paraíso. ¿Forma usted parte de esas personas?

Del secreto a la luz

Después de años de mantener oculto su pasado, la adoradora Jessica Ordóñez cuenta abiertamente cómo la ayudó Dios a superar los traumas del abuso sexual que vivió de pequeña.
“¡Mami, Mami!”, exclama mi chiquito mientras corre hacia mis brazos. De inmediato, me coloco al nivel de su corta estatura a la espera del mejor de los abrazos. Lo agarro fuerte y suavemente, a la vez que cierro los ojos para depositar en mis recuerdos tan sublime momento. Él, por su parte, descansa su carita de dos años sobre mi hombro, rendido y confiado de que en este lugar seguro, nada ni nadie le hará daño. De nuevo aprovecho la oportunidad para darle gracias a Dios por Gabriella y Evan, y por la dicha tan inmensa de ser madre. La realidad es que ya recorrí todo el diccionario para agradecerle a mi Padre por este amor tan extraordinario.

Cada vez que leo o escucho noticias sobre cualquier tipo de abuso contra los niños del mundo, mi humanidad pide a gritos una respuesta. ¿Por qué? Igual me sucedió al leer el testimonio de Jessica:
Mi madre se convirtió en madre soltera y, para sostener el hogar, trabajó arduamente. Reconocía su responsabilidad y se empeñaba en ello sin quejarse. Recuerdo que regresaba del colegio y nunca la hallaba en casa. A veces, no la veía hasta el día siguiente cuando me llevaba a la escuela. Me sentía sola. Mis hermanos, que eran mayores, estaban en sus propios mundos y me ignoraban.
A mi madre le gustaba mucho ayudar a la gente. Siempre vivía alguien con nosotros, o algún familiar o conocido que necesitaba un sitio donde vivir por un tiempo. Recuerdo que en cierta ocasión, cuando yo tenía siete años, se fue a vivir con nosotros un tío de mi mamá. Me gustaba tenerlo en casa, pues era muy bromista y jugaba con nosotros. Siempre que llegaba del colegio, me pedía que me sentara en sus piernas y me preguntaba sobre mi día. Pasábamos horas hablando y viendo la televisión juntos. Por primera vez, sentí lo que era tener un papá, a alguien que me escuchara y se interesara por mí. Él me decía que éramos muy buenos amigos.
Un día, las cosas cambiaron. Sus abrazos eran distintos. Sus caricias me empezaron a incomodar. Sus manos empezaron a tocarme en lugares que me daban cosquillas. No me daba risa, sino temor y me alejé de él. Ya no me gustaban sus atenciones. Cuando llegaba de la escuela, en vez de irme a su lado, me iba a mi habitación. Uno de esos días, él me siguió. Entró a mi cuarto, cerró la puerta con llave y me dijo: “¿Sabes que así no se trata a los amigos? Me estás haciendo sentir muy triste”. Esa tarde, tras aquella puerta, traspasó la puerta de mi inocencia. Se llevó algo que no le pertenecía. Me usó como se usa un trapo viejo. Lo peor fue que cada día los ataques eran más violentos. Yo me escondía en mi vergüenza, sin entender lo que me estaba sucediendo. No comprendía la magnitud de lo que me estaba haciendo aquel hombre, lo único que sabía es que lo odiaba. Pensé que era mi amigo, que era como mi padre, que me amaba, ¿por qué me hacía eso? Yo confiaba en él. ¿Por qué me engañó?
Mi tío aprovechaba los momentos en los que mis hermanos no se encontraban en casa, teniendo cuidado de sus pasos para no dejar ninguna huella. Dentro de mí, gritaba por mi madre. Anhelaba hablar con alguien, pero nadie me escuchaba. Mamá llegaría muy tarde y si me hallaba despierta, se enojaría mucho, y por las mañanas, siempre estaba apurada. ¿Con quién podría hablar? ¿A quién le explicaba algo que ni yo entendía?
La adoradora, de 31 años de edad nacida en California, EE.UU., Jessica J. Ordóñez, cuenta su experiencia en su primer libro Secretos ente­rrados. Junto a este libro, se le hizo una entrevista a la autora, para sacar a la luz la realidad del abuso sexual infantil. Esta es una pro­blemática social que lamentablemente, ha afectado y afecta a muchas personas... dentro y fuera de la Iglesia. La meta de este mensaje es aportar un grano de arena a la sanidad interior de sólo Dios sabe cuántas almas. Sin duda, Jesús es el único capaz de restaurar lo que el hombre sin piedad quebranta. Vamos a descubrirlo, y otros a reafirmarlo.

¿Qué es el abuso sexual infantil?

El abuso sexual infantil es cualquier experiencia sexual bajo coerción, o de forma exploratoria, con una persona menor de dieciocho años. Puede incluir comportamientos como tocar, exhibirse, mostrar pornografía, manosear, penetrar y prostituir. La mayoría de las veces, el abuso sexual infantil comienza con inocentes caricias en las partes íntimas del niño. El abusador lentamente prueba y “pule” al niño para que acepte el abuso, que aumenta a medida que pasa el tiempo. La mayoría de los abusadores sexuales son personas conocidas por los niños y en las que ellos confían. Se estima que solo entre el 10 y el 15 por ciento son extraños. Según estadísticas familiares, una de cada cuatros niñas en ciertos países, como EE.UU. es abusada antes de los 18 años de edad.
A menudo, es muy difícil para la familia de la víctima, asimilar que uno de sus miembros o un estimado amigo haya hecho tal cosa. Las heridas causadas por el abuso y la traición se unen, y una mucho más intensa se produce si los más allegados a la criatura no le creen cuando revela lo que está sucediendo. Aunque muchos abusadores pueden usar la fuerza física para cometer sus actos de violencia, también cuentan con amenazas, extorsión, abuso emocional o la simple presencia de la autoridad impuesta por un adulto.
El abuso sexual infantil causa un daño emocional muy profundo que lleva mucho tiempo sanar. Una persona que haya sobrevivido a esta experiencia, carga con sentimientos de miedo, culpa, desconfianza y vergüenza hasta la adultez.

¿Qué significa que Jesús cumplió la ley, y no la abolió?

En la narrativa de Mateo, donde se encuentra lo que comúnmente conocemos como El Sermón del Monte, se registran estas palabras de Jesús: No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.” (Mateo 5:17-18).
Con frecuencia es discutido que si Jesús no “abrogó” la ley, entonces aún debe ser obligatoria. De acuerdo a ello, sus componentes tales como guardar el Sabbath, aún deberían estar vigentes, como otros muchos elementos de la Ley de Moisés. Esta suposición está basada en un malentendido de las palabras y la intención de este pasaje. Cristo no estaba sugiriendo aquí que la naturaleza obligatoria de la ley de Moisés permanecería vigente para siempre. Esta creencia sería contraria a todo lo que aprendemos de la armonía del Nuevo Testamento, registrado en Romanos 10:4Gálatas 3:23-25 Efesios 2:15. Consideremos lo siguiente:


La palabra traducida como “abrogar” o “abolir” alcanza aquí un especial significado. Es traducción del término griego "kataluo", que literalmente significa “derribar” La palabra se encuentra diez y siete veces en el Nuevo Testamento. Es usada cuando se habla por ejemplo, de la destrucción del templo judío por los romanos (Mateo 26:6127:40Hechos 6:14), y de la desintegración del cuerpo humano cuando muere (2 Corintios 5:1). El término puede llevar implícito el significado de “derrocar”, “inutilizar, privar del éxito.” En el griego clásico, se usaba en relación con las instituciones, leyes, etc., para transmitir la idea de “invalidar.”

No Malgastes tu Vida Cristiana

…¿PARA QUÉ, PUES, ME SERVIRÁ LA PRIMOGENITURA? (Génesis 25:32b)

El trato que Esaú hizo, fue uno de los peores de todos los tiempos. Después de haber estado de caza, encontró a su hermano Jacob cocinando un estofado. Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado (Génesis 25:30). “Jacob respondió: “Véndeme en este día tu primogenitura”. Entonces dijo Esaú: “Me estoy muriendo, ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?” (versículos 31-32). La primogenitura, ser el primogénito, le otorgaba a Esaú el privilegio de convertirse algún día en cabeza del clan y seguir con el negocio del padre. Era una posición muy honorable.
Lamentablemente, Esaú es recordado como un hombre que, en un momento de debilidad, “lo tiró todo por la borda”. Persiguió las cosas equivocadas, se casó con la mujer equivocada y actuó movido por razones equivocadas. Todo mal. Puede que su hermano Jacob fuera un falsificador, pero él fue un necio. Sus deseos “devoraron” sus valores. En el calor de su ansia y apetito, malvendió su vida. Pasarían muchos años y Jacob, probablemente, olvidaría todas sus palabras, pensaba Esaú. Pero no fue así, y perdió el destino que Dios le había dado. Para él, todos los valores eran negociables y relativos a sus deseos. Y descubrió, demasiado tarde, que algunos valores en la vida son absolutos.
Aquí hay una lección para tener en cuenta. Cuando Satanás te ofrece un "plato de estofado", una mezcla de toda clase de cosas que ni satisface de continuo ni dura para siempre, él planea robar tu personalidad, tu contribución al Reino de Dios, y tu corona. Pero escucha: “¡Sé fiel hasta la muerte y Yo te daré la corona de la vida!” (Apocalipsis 2:10b).  
“No malgastes tu vida en cosas que, a la larga, no tienen valor”.