domingo, 31 de marzo de 2019

El hijo mayor de la casa de mi padre

Una perspectiva diferente de la parábola del hijo pródigo.

 Pero él, respondiendo, dijo al padre: “Tantos años hace que te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este hijo tuyo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.” Lucas 15;29-30

Es triste, pero las iglesias cristianas están llenas de hijos ya mayores, cristianos que creen haber cumplido el deber del cristiano durante largos años, que se creen merecedores de la bondad de Dios. Ellos se consideran más importantes, más amados, y más dignos.
Incluso muchas veces son los diáconos, y los responsables de importantes actividades, como coordinadores de los eventos en la iglesia, quienes tristemente aún no tienen conciencia, con toda certeza, de su auténtica identidad y de lo que es ser hijos de Dios. Lamentablemente, no sienten una auténtica compasión por un hermano que se arrepiente y retorna al redil.

rembrant.jpgRembrandt, pintor, nos dibuja a un hijo mayor que queda distanciado del padre y observa con cautela la escena del arrepentimiento de su hermano. 
El autor afirma con sinceridad y sencillez lo siguiente: “Mi ira y envidia eran prueba de mi esclavitud. Esto no solo me ocurre a mí. Hay muchos hijos mayores que están perdidos a pesar de seguir en casa”.

Como evangélico, he pasado momentos muy bellos en mi vida espiritual y también he tenido el gusto de haberme sentido como el hijo mayor de la casa del Padre.
Sin embargo, en estos tiempos pude apreciar cómo se le otorgaban privilegios y oportunidades a otros que apenas llegaban a la iglesia y en pocos meses eran removidos a puestos de importancia. 
La rabia y el rencor que salían de mí eran terribles, la envidia y el celo por las posiciones religiosas me consumían. ¿Esto es ser un hijo de Dios? Muchos de nosotros a veces caemos en el error de estar pendientes de cada uno de nuestros propios hermanos en la fe, y con recelos de los puestos que ocupan dentro de la iglesia o de los ministerios cristianos. 

Pero, no podremos disfrutar
de una plena comunión
con el Señor
si nos enfocamos
en observar y juzgar
el testimonio de otro hermano.

La lejanía del hijo mayor de la casa del padre es muchas veces difícil de clarificar. Al fin y al cabo todo lo hacía bien, la gente le respetaba, le admiraba, le alababa y lo consideraban un hijo modelo.
Ahora bien, una vez que ve a su padre regocijarse y hacer fiesta por el regreso de su hermano menor, ahí mismo comienza a brotar en él, un oscuro sentimiento de amargura en su corazón, falta de perdón y amor. (1ra de Corintios 1:27).
El autor del libro "Regreso del Hijo Pródigo", Henri J. M. Nouwen, un libro realmente impactante, escribe: 
“Mirando mi interior y mirando a las personas que me rodean me pregunto:  ¿qué hará más daño: la lujuria o el resentimiento? Hay mucho resentimiento entre los “justos” y los “correctos”. Hay mucho juicio, condena y prejuicio entre los “santos”. Y hay mucha ira entre la gente que está preocupada por evitar el pecado." 
Debemos aprender a reconocer a ese hijo mayor que se anida en el corazón de cada uno de nosotros y que nos quita la paz. En contraste, debemos ser abiertos y reconocer que Dios hace maravillas entre hijos rebeldes y pecadores.
El Padre realmente nos ama a todos por igual y no hace acepción de personas. (Romanos 2:11).

Sois la sal y la luz del mundo

La misma palabra de Dios dice y revela cuál era nuestra condición sin Cristo Jesús en nuestras vidas; estábamos perdidos en un mundo de maldad, segados a causa de las tinieblas que imperan en este mundo: la muerte. Sin Cristo estábamos condenados a la muerte eterna, pero como dice la escritura: El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció. Estábamos en medio de las tinieblas que prevalecían bajo el yugo de la muerte y satanás, pero en medio de esas tinieblas que nos cegaban y nos mantenían muertos en vida, nos alumbró la luz de Cristo, y nos pasó de las tinieblas a su luz admirable, a un reino de vida, y vida abundante y eterna. Ahora somos la luz y la sal de este mundo; demos testimonio agradable a Dios ante el mundo, que el mundo sea conquistado sin palabras por gente trasformada y llena del poder del espíritu santo de Dios, y que nuestra forma de vida hable más fuerte que nuestras palabras.
bible 3243241ª Pedro 2:9 pero ustedes son linaje escogidopara que sirvan como sacerdotes para el reinopueblo santocongregación redimida para que anuncien las glorias de Aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. Ahora, por la gracia y la gran misericordia de Dios hemos sido escogidos por Él, pero Dios nos exhorta y nos llama a ser sacerdotes del reino; Jesús te llamó con una gran responsabilidad, la de ser un sacerdote del reino de Dios, nos llamó para que seamos un pueblo santo, limpio, sin mancha y sin arruga. Dios quitó la oscuridad, la densa tiniebla que no nos dejaba ver, como si nos hubieran quitado una venda de los ojos, y Jesús, la luz del mundo, nos alumbró y nos dio una nueva visión guiada por la luz. Él mismo afirmó Yo Soy La Luz Del Mundo.
Hay cuatro puntos importantes al estar ya en la luz de Cristo:
  1. Somos escogidos: sintámonos dichosos; de entre millones somos llamados a servir a Dios, fuimos escogidos para ser la diferencia, para ser la sal y la luz de este mundo. Nosotros no escogimos, es más, ni buscábamos a Dios ni de Dios, pero Él nos escogió.
  2. Somos instituidos Siervos: debemos dedicarnos al verdadero sacerdocio; a apacentar el rebaño. Que en todo momento vayamos a auxiliar al necesitado, que siempre tengamos palabras de ánimo para el débil, que amemos a nuestro prójimo como Él nos amó.
  3. Somos Pueblo Santo: que busquemos la santidad con la cual veremos a Dios, y alumbremos con nuestra forma de vida, que conquistemos almas con nuestra conducta, que reflejemos que verdaderamente Cristo mora en nosotros y que somos hijos de Dios.
  4. Somos Pueblo redimido: para que vayamos y demos el mensaje de salvación a otros, así como Dios nos perdonó y nos restauró, que con el mismo evangelio otros puedan también alcanzar la salvación y la vida eterna.
Por eso mismo, ya estando bajo la luz admirable de Jesucristo, Él nos ha puesto como luz en medio de este mundo de maldad, de tinieblas donde gobiernan las huestes de satanás y que constantemente estarán lanzando ataques, y muchos de estos serán a muerte, muerte espiritual queriendo hacernos desistir de la fe, y querrán alejarnos de la luz admirable de Cristo.
Efesios 6:12 porque la lucha nuestra no es contra hombres de carne y huesosino la del cielo contra las soberaníascontra las autoridadescontra los jefes que dominan en estas tinieblascontra las fuerzas espirituales del mal. Por eso Dios a través de sus profetas, apóstoles y siervos de hoy en día nos advierte de todo esto y nos dice que nos preparemos, que leamos la biblia, que edifiquemos y limpiemos nuestra alma, que oremos, que construyamos una relación íntima y estrecha con Dios. Congreguémonos, busquemos edificarnos con los mensajes y aprendamos más de Dios cada día, busquemos actividades donde se sienta la presencia y la gloria de Dios, porque la lucha no es con personas humanas sino contra potestades invisibles que atacan nuestros sentidos; en especial cuidemos el de la vista, el oído y la lengua, pues recuerda que fuimos llamados a ser luz en medio de las tinieblas, vence con el bien (Jesucristo) el mal (satanás).

¿Qué dice la Biblia acerca del sexo antes del matrimonio / relaciones prematrimoniales?

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No hay ninguna palabra hebrea o griega en la biblia que haga referencia precisa al sexo antes del matrimonio. Eso sí, la biblia condena innegablemente el adulterio y la inmoralidad sexual, pero ¿se considera que el sexo antes del matrimonio es sexualmente inmoral? Según 1 Corintios 7:2, "sí" es la respuesta clara: "pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido". En este versículo, Pablo declara que el matrimonio es la "cura" para la inmoralidad sexual. 1ª Corintios 7:2 dice esencialmente que, debido a que la gente no puede controlarse a sí misma y muchos están teniendo sexo inmoral fuera del matrimonio, la gente debería casarse. Entonces pueden cumplir sus pasiones de una manera moral.
Al incluir, 1ª Corintios 7;2, claramente el sexo antes del matrimonio dentro de la definición de inmoralidad sexual, todos los versículos de la Biblia que condenan la inmoralidad sexual como pecaminosa, llevan también implícita la condena del sexo antes del matrimonio. Definitivamente, el sexo antes del matrimonio está incluido en la definición bíblica de inmoralidad sexual. Hay numerosos textos en las Escrituras que declaran que el sexo antes del matrimonio es pecado (Hechos 15:201ª Corintios 5:16:13187:210:82ª Corintios 12:21Gálatas 5:19Efesios 5:3Colosenses 3:51ª Tesalonicenses 4:3Judas 7). La Biblia induce a la abstinencia antes del matrimonio. El sexo entre un esposo y su esposa es la única forma de relación sexual que Dios aprueba (Hebreos 13:4).

También hay que considerar que, a menudo nos concentramos en el aspecto "recreativo" del sexo, sin reconocer el aspecto de "procreación". Sí, el sexo dentro del matrimonio es agradable. Dios lo diseñó de esa manera. Él quiere que los hombres y las mujeres disfruten de la actividad sexual (dentro de los límites del matrimonio). El Cantar de los Cantares y otros pasajes de la biblia, como Proverbios 5:19, describen claramente el placer del sexo. Sin embargo, la pareja debe entender que la intención de Dios para el sexo incluye producir hijos. Por lo tanto, para una pareja, tener relaciones sexuales antes del matrimonio es doblemente erróneo: están disfrutando placeres que no están destinados a ellos, y están tomando la oportunidad de crear una vida humana fuera de la estructura familiar que Dios desea para cada niño. Imagínense cuán mejor sería nuestro mundo si fuera seguido el patrón de Dios para el sexo: menos transmisión de enfermedades sexuales, menos madres solteras, menos embarazos no deseados, menos abortos y muchos menos niños que crecen sin ambos padres en sus vidas, etc. La abstinencia es la única norma de conducta de Dios cuando se trata del sexo antes del matrimonio. La abstinencia salva vidas, protege a los bebés, da el valor adecuado a las relaciones sexuales, y lo más importante, honra a Dios.