LA ALABANZA: UNA EXPRESIÓN DE AMOR
SALMOS 150 “Alabad a Dios en su santuario; alabadlo en la magnificencia de su firmamento. 2 Alabadlo por sus proezas; alabadlo conforme a la muchedumbre de su grandeza. 3 Alabadlo a son de bocina; alabadlo con salterio y arpa. 4 Alabadlo con pandero y danza; alabadlo con cuerdas y flautas. 5 Alabadlo con címbalos resonantes; alabadlo con címbalos de júbilo. 6 ¡Todo lo que respira alabe a Jah! ¡Aleluya!”
La mayoría de nosotros tenemos cierta idea de lo que es estar enamorado. Cuando estamos separados, constantemente pensamos en el objeto de nuestro afecto, y esperamos la oportunidad de pasar tiempo junto a esa persona. Muchas veces contamos anécdotas y describimos sus atributos maravillosos a quienes nos rodean. Es decir, elogiamos a nuestro ser querido.
1ª Samuel 13:14 describe al rey David como un hombre conforme al corazón de DIOS. Una de las maneras en que él buscaba honrar a su amado Señor era dándole alabanza. El libro de los Salmos registra su adoración en palabras tales como: “Porque tu misericordia es mejor que la vida, mis labios te alabarán” (63:3). David también se entregaba a DIOS por medio de la danza, expresándole su pasión y su devoción sin importarle lo que pensaran los demás: “David, vestido con un efod de lino, danzaba con todas sus fuerzas delante de Jehová.” (2a Samuel 6:14).