viernes, 11 de diciembre de 2015

Una expresión de amor

LA ALABANZA: UNA EXPRESIÓN DE AMOR
SALMOS 150 “Alabad a Dios en su santuario; alabadlo en la magnificencia de su firmamento.  Alabadlo por sus proezas; alabadlo conforme a la muchedumbre de su grandeza.  Alabadlo a son de bocina; alabadlo con salterio y arpa.  Alabadlo con pandero y danza; alabadlo con cuerdas y flautas.  Alabadlo con címbalos resonantes; alabadlo con címbalos de júbilo. ¡Todo lo que respira alabe a Jah!  ¡Aleluya!”
Como_mostrar_amor_a_los_ninos_3La mayoría de nosotros tenemos cierta idea de lo que es estar enamorado. Cuando estamos separados, constantemente pensamos en el objeto de nuestro afecto, y esperamos la oportunidad de pasar tiempo junto a esa persona. Muchas veces contamos anécdotas y describimos sus atributos maravillosos a quienes nos rodean. Es decir, elogiamos a nuestro ser querido.
1ª Samuel 13:14 describe al rey David como un hombre conforme al corazón de DIOS. Una de las maneras en que él buscaba honrar a su amado Señor era dándole alabanza. El libro de los Salmos registra su adoración en palabras tales como: “Porque tu misericordia es mejor que la vida, mis labios te alabarán” (63:3). David también se entregaba a DIOS por medio de la danza, expresándole su pasión y su devoción sin importarle lo que pensaran los demás: “David, vestido con un efod de lino, danzaba con todas sus fuerzas delante de Jehová.” (2a Samuel 6:14).

¿Cómo Implantar La Palabra de Dios En Tu Vida?

“…RECIBID CON MANSEDUMBRE LA PALABRA IMPLANTADA..” (Santiago 1:21b)

La “…Palabra implantada…” (Santiago 1:21b) se sostiene por sí sola. No requiere los aplausos de los hombres ni el apoyo de los demás para validarse. Cuando Jesús caminó sobre las aguas hacia sus discípulos en la barca, Pedro le dijo: “Señor, si eres Tú, manda que yo vaya a Ti sobre las aguas” (Mateo 14:28b). Jesús le contestó con una Palabra: “Ven” (versículo 29) y Pedro comenzó a andar. ¿Que si tenía miedo? ¿No lo tendrías tú? Pero su deseo fue mayor que su miedo y, para empezar, eso es todo lo que necesitas: un ansia de Dios que sea más grande que tus dudas y tus limitaciones. 
Probablemente los otros discípulos no creían que Pedro lo pudiera hacer. Por cierto, los que temían por su seguridad no deseaban que lo intentara, y los que competían con él, seguramente no hubiesen querido que tuviera éxito. De todas formas, los demás discípulos no sabían quién era el que llamaba a Pedro, porque pensaban que Jesús era “…un fantasma…” (Marcos 6:49b). 
Aquí hay una lección para ti:
Cuando el Señor te dé una Palabra y des un paso de fe, no esperes que todo el mundo te dé el visto bueno. Es normal que quieras que ciertas personas vean lo que tú ves y que crean lo que tú crees. Pero en este versículo, Dios te prepara para los desacuerdos entre ti y los que no comprendan lo que Él te haya dicho. Si no tienes cuidado, las opiniones de los demás harán que se trunque tu fe y que dudes de lo que el Señor te haya indicado. 
Él dice: “A través de ellos no voy a confirmar lo que te he dicho. De hecho, tampoco necesito que ellos estén de acuerdo con lo que he hablado respecto a ti”. Relájate, pues, y confía en Dios. ¡Puede que quieras tener todos los sistemas de apoyo externos, pero la verdad es que no los necesitas!

¿Tú sabes amar? Yo estoy aprendiendo.

¿Tú sabes amar? Yo estoy aprendiendo.
Estoy aprendiendo a aceptar a las personas, aunque me decepcionan cuando huyen del ideal que tengo para ellas, cuando me hieren con palabras o acciones impensadas.
Es difícil aceptar a las personas como son, no como yo deseo que sean. Es difícil, muy difícil, pero estoy aprendiendo…
Estoy aprendiendo a amar, estoy aprendiendo a escuchar, a escuchar con los ojos y oídos, escuchar con el alma.
Escuchar lo que dice el corazón, lo que dicen los hombros caídos, los ojos, las manos inquietas.
Escuchar el mensaje que se esconde entre las palabras superficiales, y descubrir la angustia disfrazada, la inseguridad enmascarada, la soledad encubierta. Aprendiendo a hacer penetrante la sonrisa fingida, la alegría simulada, la vanagloria exagerada.
Descubrir el dolor de cada corazón.
Poco a poco, estoy aprendiendo a amar.
Estoy aprendiendo a perdonar, porque el amor perdona, lanza afuera las tristezas, y cura las cicatrices que la incomprensión y la insensibilidad grabaron en el corazón herido. 
El amor no alimenta heridas con pensamientos dolorosos, no cultiva ofensas con lástimas y autocompasión.
El amor perdona, olvida, extingue todos los trazos de dolor en el corazón.
Paso a paso estoy aprendiendo a perdonar, a amar. Estoy aprendiendo a descubrir el valor que se encuentra dentro de cada vida, de todas las vidas. Valor enterrado por el rechazo, por la falta de comprensión, cariño y aceptación de las experiencias duras vividas a lo largo de los años.
Estoy aprendiendo a ver en las personas su alma y las posibilidades que Dios les dio.
Estoy aprendiendo, pero ¡cómo es de lento el aprendizaje! ¡Cómo es de difícil amar incondicionalmente!
Todavía tropezando, cometiendo errores, pero estoy aprendiendo…
Vamos a intentar amar a nuestros hermanos como Dios nos ama…