Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Lucas 12.34
Cuando viajaba diariamente en tren mientras vivía en Madrid, siempre cumplía con el código de conducta implícito, de no conversar con un desconocido sentado a tu lado. Pero para alguien como yo para quien nadie es extraño, esto era difícil. ¡Me encanta hablar con desconocidos! Aunque cumplía con lo establecido, me di cuenta de que pueden descubrirse cosas sobre la gente por la sección que lee en el periódico. Entonces observaba para ver dónde lo abría primero: ¿en la página de negocios, en deportes, política, actualidad? La elección revelaba su interés.