domingo, 8 de diciembre de 2019

El letrero de advertencia

Suele suceder, y con bastante frecuencia, que las personas ignoran las advertencias que a diario enfrentan, sin considerar los peligros a los que se exponen cuando no se obedecen. 
letrero de advertenciaEn cierta ocasión, Antonio y Pedro, dos amigos, estaban disfrutando de un alegre paseo por la playa. Al primero le entraron ganas de nadar e invitó a su amigo para que lo acompañara. Con un gesto, Pedro le indicó que no iría. Antonio corrió y se lanzó al agua comenzando a nadar mar adentro, hasta que se topó con un letrero que decía: “Lugar no apto para nadar. Corrientes marinas peligrosas”. Antonio, sonriendo, se sumergió no sin antes darse cuenta que Pedro, de pie en la orilla, agitaba sus brazos. Quiso subir, y cada vez que lo intentaba algo tiraba de él hacia abajo, haciendo sus esfuerzos inútiles. 
-“Al fin despiertas”, dijo alguien vestido de blanco,... era una enfermera. —¿Dónde estoy?, preguntó Antonio, —En el hospital, estuviste a punto de morir, a no ser por un hombre que nadaba cerca de ti y te rescató. Debiste hacer caso de la advertencia, ¡nunca debiste nadar en ese lugar!
Preguntado por los fariseos cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, Lucas 17: 20.
Hay que andarse con cuidado. La Santa Palabra de Dios, la Biblia, está colmada de advertencias. Por dondequiera, en ella, el Espíritu Santo puso “letreros” que advierten de los peligros a los que se enfrentan los hijos y las hijas de Dios. Obedecer esos letreros les ayudará a preservar la vida; no obedecerlos, como hizo Antonio, los llevarán a una serie de acciones contrarias a la fe y pondrán en peligro su buena relación con Dios Creador. Nos debe llamar la atención a todos, que hay un hecho, quizás el único en la Escritura, que vendrá sin advertencia, y es el inminente retorno de Cristo Jesús. La Biblia advierte que Él vendrá como ladrón en la noche, pero no sabemos cuando; por medio de los “letreros” puestos se nos entregan indicios, pero no cuando. Hay que cuidarse de leer y obedecer los letreros puestos por Dios. ¿Para qué poner en riesgo una salvación tan grande?

Ganador de almas

"Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” Marcos 16;15
¿Qué significa para el creyente ganar almas? Llevar almas a los pies de Cristo para que no se pierdan, mas tengan vida eterna (Juan 3:16), ha sido y es en la actualidad, la principal prioridad de Dios. Es la razón por la cual Dios envió a su Único Hijo Jesucristo a la tierra, para buscar y salvar a los pecadores (Lucas 19:10).
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En muchas ocasiones el creyente se escuda en no tener el don de ser evangelista, y por esta razón no testifica ni gana almas. Sin embargo, todo el que es nacido de nuevo debe testificar (Mateo 24:14), ganar almas, dar fruto de un verdadero arrepentimiento, tener el mismo amor que tuvo Cristo por las almas para que no perezcan por toda la eternidad (Marcos 16:15). ¿Sabes dónde irá el alma de tus amigos, familiares, o compañeros de trabajo o escuela cuando mueran?
Para el que es nacido de nuevo y entiende el motivo por el cual fue rescatado de las tinieblas (Hechos 26:18), testificar de Jesucristo para que las almas sean ganadas para Él, es la acción que lo identifica como una persona que realmente sigue a Cristo (Mateo 10:32). Es la decisión más sabia en su vida. ¿Quién no quiere que Dios le diga “Buen siervo y fiel”? (Mateo 25:21). Hoy es el día de salvación, mañana o en los siguientes minutos puede ser demasiado tarde.

Promesa para los ganadores de almas (Salmos 126:5-6)

El ganador de almas es el Sembrador que siembra la semilla con la carga y anhelo en el corazón, de que las almas se arrepientan de sus pecados y acepten a Cristo como su Señor y Salvador. (Lucas 8:11-15). A pesar del sufrimiento que pueda haber en ocasiones para cumplir este ministerio, sepamos que Dios cumple su promesa y da fruto en Su tiempo (Isaías 55:11), (Colosenses 1:24).
En las Escrituras encontramos a Juan el Bautista, un predicador entregado a hablar del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Asimismo, Jesús urgió al pueblo de Israel para testificar que hay un verdadero Dios (Lucas 10:20), (Marcos 8:36-37), (Lucas 15:7,10).
El propósito principal del creyente es ser hacedores de la Palabra y no tan solo oidores (Santiago 1:22), y bien se dice en las Escrituras que el que gana almas es sabio (Proverbios 11:30). La respuesta para el cristiano en la actualidad, es que también somos llamados a testificar que Jesús es el camino, la verdad y la vida. Solamente a través de la sangre de Cristo somos redimidos (Hebreos 9:22).

Mi relación con el mundo actual

Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. 1 Juan 5;4
Una de las mayores pruebas que afronta una persona que entregó su vida a Cristo como su Señor y Salvador, es la de su relación con el mundo.
Existen dos clases de mundo que encontramos en la Biblia y en la actualidad: el primero es el mundo que conocemos con sus montañas, ríos, animales y árboles, y el otro mundo es el sistema en el que vivimos, político, económico y social, que es gobernado por satanás y fundado en la codicia, el orgullo y la avaricia.
Resultado de imagen de Mi relación con el mundo actualMas Dios, en su misericordia, nos ha dejado una guía que ha trascendido generación tras generación, para que podamos saber cómo enfrentar al mundo; y ésta ha sido la Palabra de Dios, la Biblia.
Antes de conocer a Cristo y de ser salvos seguíamos los caminos de este mundo y los deseos del maligno. Pero desde el momento en que aceptamos a Cristo en nuestro corazón, las cosas viejas pasaron (2 Corintios 5:17). Dios nos dice en su Palabra que fuimos sacados de este mundo y que ya no pertenecemos a él (Colosenses 1:13), (Juan 15:19). Dejamos de seguir la corriente de este mundo (Efesios 2:2,12,13).
Si queremos ser un verdadero instrumento que Jesucristo pueda usar para su gloria, debemos escuchar y obedecer lo que la Palabra de Dios dice acerca de nuestra relación con este mundo.
Cuando una persona entrega su vida a Cristo y experimenta una verdadera y genuina transformación, es importante dejar muchas cosas atrás, hábitos y placeres. La principal razón la encontramos en 1 Juan 5:19. El mundo tiene intencionadamente, como su centro de acción, la violencia, el sexo y el crimen.