jueves, 23 de julio de 2020

¿Qué dice la Biblia acerca del racismo, prejuicio y discriminación?

Lo primero que hay que entender en este asunto es que bíblicamente solo hay una raza – la raza humana. Los caucásicos, africanos, asiáticos, indios, árabes, judíos etc., no son razas diferentes. Más bien, son diferentes etnias de la raza humana. Todos los seres humanos tienen las mismas características físicas (con diferentes variaciones menores por supuesto). Pero lo más importante es que todos los seres humanos fueron creados a la imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26-27). Dios amó al mundo al que envió a Jesús para entregar Su vida por nosotros (Juan 3:16). Y el “mundo” obviamente, incluye todas las etnias de la humanidad.
Día Internacional contra la Discriminación Racial
Dios no muestra favoritismo o predilección (Deuteronomio 10:17; Hechos 10:34; Romanos 2:11; Efesios 6:9), y tampoco debemos hacerlo nosotros. Santiago 2:4 dice que cualquiera que muestra discriminación es como un “juez con malos pensamientos”. En cambio, debemos “amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos” (Santiago 2:8). En el Antiguo Testamento, Dios dividió a la humanidad en dos grupos “raciales”: los judíos y los gentiles. La intención de Dios fue que los judíos fueran como un reino de sacerdotes, ministrando a las naciones gentiles. En vez de eso, en su mayoría, los judíos se volvieron orgullosos de su posición y despreciaban a los gentiles. Jesucristo puso fin a esto, destruyendo el muro divisorio de hostilidad (Efesios 2:14). Todas las formas de racismo, prejuicio y discriminación son afrentas a la obra de Cristo en la cruz.

En el nombre de Jesús

Por eso Dios también lo exaltó sobre todas las cosas y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra. Filipenses 2:9-10

En el nombre de Jesus (letra y acordes) Imanuel Bocelli - YouTubeExisten nombres en el mundo, que solamente con mencionarlos se nos vienen a la mente sus hazañas, sus conquistas, sus sacrificios y sus éxitos. Abraham, Jacob, Moisés, David, Salomón y otros; mas todos juntos no alcanzarían el valor que tiene el nombre de Jesús para Dios.
En la historia nacieron niños que cuando llegaron a ser mayores resultaron ser unos genios, científicos, inteligentes, pero ninguno de ellos ha hecho temblar el infierno como el nombre de Jesús en su nacimiento. El reino de Herodes tembló cuando Él nació. (Mateo 2:13)
El diablo sabía que ninguno de los hombres que habían nacido podía perdonar los pecados de la humanidad, como sí lo podía hacer el nombre de Jesús. Jesús es el hombre que perdona pecados. Jesús es el nombre de en quien está la salvación. Jesús es el nombre que da libertad. Jesús es el nombre que produce gozo. Jesús es el rey de reyes y señor de señores.
Jesús es el único nombre que tiene autoridad sobre los demonios (Marcos 16:16-17Juan 14:13). Jesús es el mediador entre Dios y los hombres. Él es el camino, la verdad y la vida. Para llegar al cielo el camino es Jesucristo. Muchos intentan entrar al cielo de diferentes formas. Nimrod lo intentó al construir una pirámide que llegara al cielo (Génesis 10:8-10).

“No hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres."

Saber quién es Jesús no es suficiente para ser salvos (los demonios sabían quién era Él) “Y los espíritus inmundos al verle se postraban ante él…”, “arrodillarte ante él no es suficiente..”, “cantarle a él tampoco es suficiente..”, “mencionarlo todos los días no es suficiente..” Tienes que arrepentirte de tus pecados y bautizarte en su nombre (Hechos 2:38Hechos 8:15-16Hechos 10:46-48Hechos 19:1-5).
En el juicio final, incluso aquellos que sean condenados reconocerán la autoridad de Jesús y su derecho a gobernar, así que es mejor escoger ahora a Jesús como nuestro Señor y Salvador como un paso de amor y compromiso, que ser forzados a reconocerlo como Señor cuando regrese en su segunda venida.

La pereza

“Todas vuestras cosas sean hechas con amor”. (1 Corintios 16:14)

 Si nos falta estímulo es porque nos falta amor

Frecuentemente las obligaciones diarias nos resultan tediosas y se nos hace difícil completar nuestros trabajos. En otras ocasiones no es por el esfuerzo que ya hayamos hecho, sino que por pereza no podemos ni siquiera empezar a trabajar. Entonces buscamos cualquier excusa para evitar comenzar nuestra obligación.
Cómo Combatir la PEREZA? y ¡Ser una Persona Activa! | PadelStarEsto sucede porque nos falta estímulo para realizar algo. De esta manera, surge una pereza que nos aplasta y no nos permite encontrar el motivo que nos impulse a hacer nuestra tarea. Y los cristianos sabemos que el verdadero impulso para realizar cualquier actividad en la vida es el amor. Es la única fuerza que justifica cualquier esfuerzo y lo hace llevadero. (Colosenses 3:17)
El trabajo, si no requiere un esfuerzo y una responsabilidad, no es trabajo. Pero no estamos hablando simplemente de lo que genera ingresos en nuestro hogar. Sino de cualquier tarea que para nosotros sea una obligación, aunque no recibamos dinero a cambio.
Cualquier cosa que hagamos, ya sea el mantenimiento del hogar, los estudios, etc., no puede perpetuarse en el tiempo si no tenemos un estímulo muy fuerte. El amor a Dios es para el cristiano lo que impulsa su acción, y le dispone a hacer todas las cosas porque las hace para Él. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Colosenses 3.23

El trabajo nos dignifica como personas

No debemos buscar la ocupación por sí misma. Esto puede ser señal de que no estamos bien espiritualmente y necesitamos algo que nos haga olvidar el estado de nuestra conciencia. La ocupación no debe ser un escape, sino el resultado de estar al servicio de Dios y del prójimo.
Si ofrecemos nuestras ocupaciones a Dios, Él las hará más dignas y las tomará como un sacrificio agradable. Porque no está dentro del plan de Dios que vivamos en la holgazanería. Esta no prepara nuestro espíritu para el sacrificio y la renuncia que son necesarios en el combate contra el pecado. La pereza es una ocasión para que sobrevengan muchas tentaciones.
El hombre ocioso que no sabe utilizar el tiempo, lo malgasta en cosas vanas. Por eso el trabajo u ocupación nos eleva como personas, mostrándonos lo valioso del esfuerzo para obtener un resultado. Dios mismo trabajó en la creación, y los apóstoles nos recalcan muchas veces el valor del trabajo. (1 Corintios 15:58)
Siempre debemos crearnos un espacio para la oración. Tiene que ser una preocupación constante el reservarnos un tiempo para el diálogo con Dios. Pero si ofrecemos nuestro trabajo u ocupación al Señor, también es una forma de orar. Damos gloria a Dios cuando hacemos algo bien porque lo hacemos para Él.