El Señor Cumplirá Su Propósito En Mí
El Señor cumplirá su propósito por mí. Salmos 138:8
Aquel que ha comenzado la obra en mi alma la perfeccionará. Todo lo que me concierne, interesa también al Señor. Todo lo que es bueno, aun cuando no sea perfecto, será por Dios vigilado, guardado y realizado. Tal es nuestro consuelo.
Por mí mismo no podría yo terminar la obra de la gracia. Mis culpas cotidianas lo demuestran suficientemente, y si hasta el momento he perseverado es porque el Señor me ha socorrido. Si me abandonara un solo instante, de nada me valdría mi pasada experiencia, y sucumbiría en el camino. Pero el Señor perfeccionará mi fe, mi amor, mi carácter y el trabajo de mi vida.
Él seguirá bendiciéndome. Y lo hará ciertamente porque ha comenzado en mí esta obra. De su mano me viene el interés que pongo en mi perfeccionamiento, y, en cierta medida, ha cumplido mis anhelos. Nunca puede dejar una obra incompleta, porque esto ni sería propio de Él, ni redundaría en gloria suya. Él conoce la manera de realizar los designios de su gracia, y aunque mi torcida naturaleza, el mundo, y Satanás conspiran para detener su obra, yo nunca dudaré de su promesa. Ciertamente cumplirá por mí y yo le alabaré para siempre.
Hoy es el día para contemplar con los ojos del Espíritu como Dios cumple su propósito en mi plenamente.
¡Señor, haz que la obra de tu gracia prospere en mí durante este día! Que nada ni nadie detenga tu propósito en mi. Amén.
El Propósito De Dios Para Mí
Jesús dijo; porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envíó. Juan 6:38
Cuando nuestro Señor Jesucristo descendió del cielo a la tierra, tenía bien claro que no había venido a hacer lo que él quería, sino que traía una misión, un propósito especifico encomendado por su Padre celestial…Él sabía que había venido a dar su vida para perdón de pecados a todo aquel que creyera en Él, sabía que su misión era traer la vida eterna. Al judío primeramente y después a nosotros los gentiles…Él vino para reconciliarnos con el Padre Eterno.
Propósito: según el diccionario "Océano": es tener una intención, o misión determinada….al igual que el Señor Jesucristo. Nosotros sus hermanos menores, debemos tener claro que llegar a sus pies sólo fue el principio del camino…que ahora además de conocer su voluntad general, debemos de pedirle que nos revele el propósito específico para nuestra vida, aquí en la tierra.
La razón por la que vemos a tantos hermanos en Cristo frustrados, realizando un trabajo para el cual no tienen el don, es sencillamente porque no han sido enseñados que somos un cuerpo, es decir no todos somos manos, pies, ojos, boca, oídos; el secreto está en descubrir en qué parte del cuerpo de Cristo encajamos, y de esa manera podremos realizar un trabajo con alegría y no sólo eso, sino con excelencia para Dios, y la Iglesia.
Yo misma me encontraba en esa situación hace ya algunos años atrás, estaba tratando de servir en la Iglesia en todo lo que me fuera posible, pues quería agradar a Dios de esta manera…Aunque siempre trabajé con el ministerio de mujeres, buscaba donde más ayudar, pues no me habían enseñado a descubrir el propósito para el cual había sido llamada por mi Señor aquí en la Tierra, y no fue sino hasta que una mujer de Dios, me desafió y me preguntó, ¿sabes que es lo que Dios quiere de ti aquí en la Tierra?, ¿sabes cuál es su propósito para ti?…y ahí mismo empezó a instruirme en los cinco principios que te menciono ahora:
1- Predicar el evangelio y hacer discípulos,
2- Dar gracias a Dios en todo,
3- Someterme a todas las autoridades
4- Renovar mi mente con la palabra de Dios,
5- Nuestra Santificación,... y añadió diciendo…cuando has entendido y practicado Su voluntad para la Iglesia, Él te revelará su propósito personal.
Desafiada por lo que había aprendido fui y busqué todas las citas bíblicas que me había dado esta mujer… y empecé a buscar la presencia de mi Señor, y a decirle, que estaba muy agradecida por la vida eterna que Él me había regalado; y que había comprendido lo que era su voluntad general, pero que ahora necesitaba saber cuál era mi llamada, cuál era el propósito para el cual Él me había traído a su reino, a su Iglesia…
Un corto tiempo después de esta oración, Dios me reveló, que yo había sido llamada para enseñar su Palabra, que me usaría como maestra en su Iglesia. Después de esa revelación, nunca más me volví a ofrecer para trabajar en otro ministerio que no fuera la enseñanza, y discipulando a las mujeres…doy tantas gracias a mi Dios y Señor de los cielos por su cuidado, y su guía a través de su Espíritu, porque gracias a ello, ya no estoy más extraviada, sino que he encontrado el propósito para el cual me llamó de las tinieblas a su luz admirable, y ahora puedo trabajar en esta oportunidad de oro que me ha sido encomendada, con todo mi corazón preparándome día a día, estudiando y escudriñando su palabra, para aprender a vivirla con la ayuda del Precioso Espíritu Santo, ya que sin su presencia y revelación sería imposible realizar este trabajo divino que se me ha encomendado.
Ahora es mi turno para desafiarte a ti que lees esta reflexión, desafiarte en el nombre de Jesús, a que primero vayas por la voluntad general, para luego esperar la revelación del cielo de tu propósito aquí en la Tierra…Cuando esto te sea revelado, tu vida tendrá otro sentido y tendrás tanta gratitud para tu Señor, que los demás glorificarán a Dios por tu vida…y no sólo eso, sino que se desarrollará en tu diario vivir el fruto del Espíritu; te verás crecer a ti mismo, en poder y autoridad, debido a que tendrás la certeza de que estas realizando el trabajo que Él ya tenía para ti…Y así, Él mismo te dará la gracia de nuestro Señor Jesucristo para realizarlo con su amor.
Jesús dijo; Mi comida es que haga la voluntad del que me envío, y que acabe su obra. Juan 4:34…Cuando estas palabras salgan de nuestra boca, entonces estaremos en el centro de la voluntad de nuestro Señor…esa debe ser nuestra única y verdadera pasión aquí en la Tierra, cumplir su misión, hasta haber acabado la obra, para la cual fuimos destinados desde antes de la fundación del mundo. No busquemos más nuestros propósitos y conveniencias humanas, busquemos el propósito de aquel que nos salvó, perdonó y nos amó…el Señor Jesucristo.
Querido amigo, querida amiga, tienes dos opciones: descubres el propósito de Dios para tu vida, o sencillamente continúas siguiendo tus propósitos humanos. ¡Tú decides!