La Biblia es la historia de los hombres y mujeres que muchas veces fallaron a Dios. Pero también es la historia de las muchas oportunidades que Dios les da.
Abraham se equivoca y falla una y otra vez, y aún así Dios no deja de darle lo que le había prometido.

El pueblo de Israel que durante 40 años desconfía, se queja y divaga por el desierto, y es Dios quien durante 40 años les guarda, protege y ama y finalmente, les lleva a la tierra que Él les prometió.
Sansón, que muchas veces se aparta de los caminos de Dios, hace su voluntad e incumple sus promesas, y con todo, Dios lo sigue amando y cumple sus propósitos y sus promesas en él.
David, quien pide ser examinado hasta de sus pecados que le son ocultos, y se horroriza porque son bien notorios. Pero aún así, Dios ve en él su fe y la intención de su corazón y lo perdona, haciendo de él un ejemplo de integridad.
Los apóstoles, hombres imperfectos que aspiran y anhelan vivir una vida de perfección. Y que sinceramente prometen y vuelven a prometer. Pero Dios les hace testigos de su amor y su poder.