Esta es la historia de la vida de José. Cuenta cómo debió haberse sentido mientras se encontraba en aquella cisterna, lo que tuvo que experimentar para que se cumpliera el propósito de Dios en su vida. Así que, como si fuera él, espero que este texto sea de bendición a sus vidas.
Señor, ¡mira como me han arrojado a esta cisterna! Por causa de mi amor a tu nombre, por querer hacer bien las cosas y ser diferente, me han tirado como si fuera un "don nadie". Me han aislado, han querido apartarme por envidia y molestia. El dolor que siento por la traición es grande, porque fueron mis propios hermanos los que me hicieron este daño. Se han burlado de mí, me han criticado y menospreciado. Han causado una herida mortal en mi alma.
Padre, aquí estoy en plena oscuridad, ¡casi no puedo ver nada! Pero aunque con mis ojos no puedo ver ni mi ser entiende lo que sucede, con mi corazón te siento y con mi fe te veo y puedo declarar que te alcanzaré.
Ahora mis hermanos me han sacado para venderme, pero en realidad, algunos querían matarme. Parece que de ser hijo, ahora soy un simple mendigo. Lo tenía todo y ahora sirvo de esclavo en casa extraña. Pero aunque no entiendo nada, sé que sigues teniendo el control. Porque los sueños que yo tuve, no fueron míos, Tú los sembraste en mí. Pese a todo, yo te veo obrar porque eres muy real. Ha pasado algo de tiempo, pero de esclavo me han ascendido a mayordomo. El dueño de la casa confía en mí y no lo quiero defraudar. Tú has permitido que traiga bendición a este lugar y él lo ha notado. Lo que sí me preocupa es que su esposa me mira de un modo extraño, ¡me hace sentir incómodo, no me atrevo ni a mirarle! Dame fuerzas Señor, y no permitas que caiga cautivo de la tentación.
¡Dios mío, mira ahora donde me encuentro! Cuando creía que todo iba mejorando, me acusan de algo que no cometí. Estoy preso en una cárcel, distante de todos, muy lejos de mi hogar. Hazme rememorar mi sueño en ti, porque me alienta y me da esperanza. Porque aunque yo no sé lo que harás, tengo confianza en ti, sé que vas a obrar. Que mi fe no decaiga porque aunque estoy pasando por el fuego, espero brillar como el oro.