sábado, 7 de junio de 2014

Como mi hermano


A lo largo del camino conocemos y compartimos con personas que, de una u otra forma, marcan nuestra vida, algunas más que otras; muchos dejan huellas, tanto si son buenas como no tanto. Lo importante es reconocer que, siempre y a mayores de ellas, debemos poner cada evento y desarrollo a lo largo de ese camino en las manos de Jesús, confiar en que Él será esa luz que siempre nos muestre la dirección. Y así mismo, nosotros debemos ser esa persona que deja huella en la vida de alguien más. Así que, procuremos que esa huella siempre, siempre sea una huella positiva.


¿Cómo demuestras tu fe?

Tienes que crecer leyendo algo en la palabra de Dios y aplicarlo. Es mejor leer poco y aplicar mucho, en vez de leer mucho y aplicar poco. 

Lucas 5.17-25. 
La casa estaba llena porque la gente iba a escuchar a Jesús para recibir un milagro. También iba gente a escucharle para criticarle, allí estaban los fariseos para escuchar y criticar. Había gente hasta la puerta, tapada de tanta gente que había. Había un hombre paralitico, que no podía caminar, por lo que le fueron a buscar sus amigos, y desde su casa le llevaron donde estaba Jesús. Pero cuando llegaron, se dieron cuenta de que no podía entrar porque había muchísima gente, y entonces no dijeron: "vamos a volvernos", sino que buscaron otra solución. Vieron una escalera que llegaba al techo, y subieron. En esa época la gente tenía escaleras en el techo para poder subir los días de mucho calor, y los cuatro muchachos subieron con el paralitico, rompieron el techo y bajaron al paralitico hasta ponerle al lado de Jesús. Jesús oró por él, sanó y se fue contento alabando a Dios.

Cuando queremos recibir un milagro o tener algo de parte de Dios, fijémonos, por ejemplo, en este pasaje, que nos enseña que tenemos que hacer algunas cosas.
Si tengo todo cerrado es momento de hacer algo, pues rompo el techo. El techo simboliza un límite, un límite espiritual, económico, social, familiar, laboral.

Cada vez que encontremos una puerta cerrada, la Biblia nos enseña que tenemos que buscar otra alternativa, porque no siempre es Dios quien cierra las puertas, a veces es el diablo quien lo hace para que no entremos por nuestra bendición. Siempre va a haber alguien que quiera tapárnosla.

La Biblia dice que hay gente religiosa que no entra al reino de los cielos, ni deja entrar a los demás, y aquí tenemos un claro ejemplo: un hombre paralitico en la puerta que está buscando su bendición, está buscando algo de parte de Dios, es un hombre de fe, y no puede entrar porque los fariseos, o sea, los religiosos están en la puerta.
A veces somos nosotros mismos los que nos ponemos los techos. Tienes que romper tus propios límites: si en tu vida emocional estás en un nivel raso, tienes que ir por el alto, el superior y el extra. Hay que buscar alternativas, no te vuelvas para atrás, sigue avanzando y si hay que romper un techo, ¡rómpelo en el nombre de Jesús! No pierdas el tiempo discutiendo.

Ellos dijeron: no podemos entrar, bueno, pues busquemos otra alternativa. No pensaron en pelear con los que estaban en la puerta. No tienes que perder tiempo discutiendo, tienes que invertir tiempo en tu crecimiento, en romper tus propios límites, sin desviarte.

Cuando Dios creó el mundo, la tierra, el mar, los cielos, fue diciendo qué bueno que es lo que hice, hasta que creó al ser humano y dijo: esto es muy bueno, pero más adelante Dios miró al hombre y dijo: no es bueno que el hombre esté solo. ¿Por qué? Porque el hombre cuando estuvo allí, tuvo la tarea de ponerles nombre a todos los animales; y lo que notó Adán es que Dios había hecho a todos los animales en pareja, había creado dos de cada uno. Dios le hizo dormir y en medio del sueño le sacó una costilla, y de esa costilla Dios hizo una mujer, la llamó Eva y se la dio a Adán. 
A partir de ahí su vida fue cambiada porque fue su ayuda idónea, Eva, se sentía dentro de Adán porque era una costilla suya y Dios se la dio. Estaba compenetrada con Adán. Hay una enseñanza en esto, significa que cuando Adán estaba solo, Dios dijo que "no es bueno que el hombre esté solo", que le faltaba algo, o sea, lo mismo que cuando tienes cosas dentro de ti, que tienes el potencial dentro y no lo sacas fuera; te vas a sentir solo, te vas a sentir triste y angustiado, pero cuando sacas de tu interior todo lo bueno que Dios ha puesto y lo empiezas a usar, vas a sentirte contento y vas a empezar a dar el fruto que prevalece. Si Dios no hubiese sacado a Eva de Adán, él nunca hubiese dado frutos porque él solo no podía tener hijos; si sacas el potencial vas a lograr prosperar, cumplir tus sueños, disfrutar de todo lo bueno que Dios creo para ti.
Todos los dones y talentos los tenemos guardados dentro de nosotros, y ese potencial hay que sacarlo y aplicarlo.  

Aquel paralítico no podía entrar porque estaba tapado el lugar. Lo que simboliza que a la gente no le importa tu vida, a la gente no le interesan tus problemas, no le importa tu situación, porque ellos tienen sus propios problemas, no van a venir a ayudarte. Solamente tú puedes sacar ese potencial, y no esperes nada de nadie porque la gente está ocupada en sus propios problemas.
Estos hombres no se quedaron tal cual, con la puerta cerrada, buscaron otra alternativa; tienes que conocer gente, prepararte, estudiar, pero no como esa gente que empieza a estudiar y deja la iglesia, ¡no! Si te sales de tu fuente que es Dios, no te va a ir bien; tienes que poner en primer lugar a Dios, tienes que dedicar tu tiempo a estudiar, a trabajar, pero siempre que tu fuente sea Dios. Estar agarrado de la fuente significa que la bendición es constante.

La oración ahorra tiempo

Me acordé de los días antiguos; Meditaba en todas tus obras; Reflexionaba en las obras de tus manos.
143:6 Extendí mis manos a ti, Mi alma a ti como la tierra sedienta.
143:7 Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espíritu; No escondas de mí tu rostro, No venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura.
143:8 Hazme oír por la mañana tu misericordia, Porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, Porque a ti he elevado mi alma.
143:9 Líbrame de mis enemigos, oh Jehová; En ti me refugio.
143:10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
143:11 Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás; Por tu justicia sacarás mi alma de angustia.
143:12 Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos, Y destruirás a todos los adversarios de mi alma, porque yo soy tu siervo. 

Salmo 143.5-12

¿En qué piensa usted cuando se despierta? ¿Se enfocan sus pensamientos en el día que tiene por delante o se centran en el Señor? Aunque la mayoría de nosotros tiene una vida ocupada, que consume gran parte de nuestra atención y nuestro tiempo, lo más importante y lo que nos ahorra más tiempo en el día, es el tiempo que pasamos a solas con Dios, porque hay cosas que no nos sirven para nada.
Sin embargo, muchos creyentes viven tan apresurados, que no creen que haya tiempo para el Señor. Vuelven de inmediato al trasiego de la vida, y después se preguntan por qué están frustrados, confundidos e insatisfechos. Su deseo es obedecer a Dios, pero no se han detenido a recibir sus instrucciones. También hay una falta de conexión, porque han hecho caso omiso a su relación con Él. Nadie puede tener intimidad con Cristo sin una comunicación diaria con Él.

En todo tiempo ama el amigo

En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia. Proverbios 17:17.

La amistad es uno de los regalos más maravillosos de la vida. Los amigos verdaderos siempre procuran lo mejor los unos para los otros. ¡Y qué mejor que conozcan a Dios y que le amen con todo el corazón, el alma y la mente! Un pastor y mártir alemán 
declaró: "La voluntad de Dios, dicha a otra persona, es lo que determina el verdadero objeto de la amistad".
En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia
Jonatán, el amigo de David, es un ejemplo excelente de la amistad verdadera. David estaba exiliado y escondido en el desierto de Zif, cuando se enteró de que "Saúl había salido en busca de su vida" (1 Samuel 23:15). Entonces, Jonatán fue a Hores a encontrarse con él. Su intención ya era verdaderamente importante antes de que se produjera la escena: ayudó a David a hallar fortaleza en el Señor, o como lo expresa el texto: "fortaleció su mano en Dios" (verso 16).
Esta es la esencia de la amistad cristiana. Más allá de los intereses comunes, del afecto, del humor y de la risa, el objetivo supremo es sembrar en otros "palabras de vida eterna", recordarles la sabiduría divina, renovar su alma con expresiones de amor y fortalecer su dependencia de Dios.
Ora por tus amigos y pídele al Señor que te dé una palabra oportuna, para ayudarles a renovar sus fuerzas en nuestro Dios y en su Palabra.
Un amigo verdadero es un regalo de Dios y alguien que nos hace volvernos a Él.

¿Es posible ser un cristiano gay?

"¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios." (1 Corintios 6:9-10). 

Hay una tendencia a declarar la homosexualidad como el peor de todos los pecados. Aunque es innegable, bíblicamente hablando, que la homosexualidad es inmoral y es antinatural (Romanos 1:26-27), en ningún sentido la Biblia describe la homosexualidad como un pecado imperdonable. Ni enseña la Biblia que la homosexualidad sea un pecado contra el cual, los cristianos nunca tendrán que luchar.

Quizá
 esta sea la frase clave, “luchar contra,” en cuanto a que sí es posible ser un cristiano gay. O sea, es posible, para un cristiano, luchar con tentaciones homosexuales. Y también, otros muchos homosexuales que se hacen cristianos, tienen luchas en curso con sentimientos y deseos homosexuales, habiendo abandonado su homosexualidad. También algunos hombres y mujeres fuertemente heterosexuales, han experimentado una "chispa" del interés homosexual en algún tiempo de sus vidas. Estos deseos y tentaciones existen, y no determinan si una persona es un cristiano. La Biblia es clara en que ningún cristiano es libre de pecado (1 Juan 1:8,10). Mientras el pecado específicamente, o la tentación es variable de un cristiano al otro, todos los cristianos tienen luchas con el pecado, y todos los cristianos a veces fallan en aquellas luchas (1 Corintios 10:13).

Pero lo que distingue la vida de un cristiano de la vida de un no cristiano, es la lucha contra el pecado. La vida cristiana es un proceso progresivo en vencer las “obras de la carne” (Gálatas 5:19-21) y permitir que el Espíritu de Dios produzca el “fruto del Espíritu” (Gálatas 5:22-23). Sí, los cristianos pecan, y a veces horriblemente. Desgraciadamente, a veces los cristianos son indistinguibles de los no cristianos. Sin embargo, un cristiano verdadero siempre se arrepentirá, siempre volverá finalmente a Dios, y siempre reanudará la lucha contra el pecado. Pero la Biblia no apoya la idea de que, una persona que continua y obstinadamente toma parte en el pecado, pueda ser un cristiano. En 1 Corintios 6:11 leemos, “Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.”