“El perdón es algo curioso; calienta el corazón y enfría la picadura”.
Todos hemos leído un millón de artículos sobre el perdón y escuchado mil charlas sobre el tema, pero de todas maneras, es muy difícil de practicar. El perdón no es fácil para la mayoría de nosotros.
Cada vez que alguien nos lastima quedamos con un sentimiento de herida, ira y venganza. Nos es muy difícil pasar por alto la herida que alguien nos ha infligido. Pero el perdón no es olvido, es simplemente obviar, no tener en cuenta la herida. No es algo que damos a otros sino a nosotros mismos.
La herida y el dolor que alguien nos causa, pudieran estar siempre como parte de nuestra vida, pero el perdón nos ayuda a soltar su agarre para que podamos seguir adelante.
Y en cuanto a quién perdonar, comencemos con un amigo que nos ha lastimado mucho, o el extraño que nos pisó el callo en un bus, y luego a aquellos entre esos dos extremos.