jueves, 9 de octubre de 2014

Defensor

“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” 1 Juan 2:1
Abogado es aquella persona que ejerce profesionalmente defensa jurídica de una de las partes en juicio, así como los procesos judiciales y administrativos ocasionados o sufridos por ella; su objetivo fundamental es colaborar en la defensa de la Justicia.
Cuando una persona comete algún delito debe recurrir a un defensor, así como nosotros también cuando pecamos, debemos acudir a nuestro abogado: Jesús.
Todos debemos tener cuidado con el pecado, hacer todo lo que está a nuestro alcance para evitarlo; sin embargo, cuando caemos, Jesús nos defiende ante la acusación del diablo en nuestra contra. ¿Pero qué pasa cuando rechazamos la ayuda de Jesús e intentamos defendernos solos? La culpa carcome nuestra alma y nos atormenta, incluso nos aleja más de Dios. La Biblia dice que: “Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor” Romanos 6:23 NTV. Tenemos dos opciones: Muerte o Vida en Cristo.

El Crecimiento

Bienaventurado el varón… que en la ley del Señor está su delicia… Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. Salmo 1:1-3.
el crecimiento Reflexiones CristianasTodos sabemos que las raíces desempeñan un papel fundamental en el crecimiento de un árbol. Son las que sacan de la tierra los elementos indispensables para la vida vegetal: el agua y las sales minerales. Estos elementos, sacados del suelo circundante y transmitidos por la savia a las hojas, serán transformados por la acción del sol, en sustancias nutritivas para constituir las fibras y los frutos del árbol. El que observa constata el resultado de este trabajo invisible. El vigor del árbol, sus flores y sus frutos revelarán la riqueza de la tierra y el buen funcionamiento de la red de raíces (Jeremías 17:7-8).
Ocurre lo mismo con todos y cualquier ser humano: las lecturas, distracciones, lugares y personas con las que trata, pasatiempos, absolutamente todo, si los comparamos con ese alimento absorbido por el árbol, tienen una gran influencia sobre su comportamiento y su manera de pensar. A cada uno de nosotros nos corresponde escoger en qué suelo vamos a introducir nuestras raíces, qué es lo que va a alimentar nuestra mente y nuestros sentimientos.
El cristiano no puede crecer espiritualmente, si no saca su provecho del rico alimento que es la Palabra de Dios. En ella hallará las verdades y las promesas para enfrentarse con confianza, a las intemperies de la vida. Si lee la Biblia con regularidad y perseverancia, será ese árbol verde y lleno de savia, que lleva fruto hasta la vejez. “Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes” (Salmo 92:14).

Y cuando muera… ¿cómo seré recordado? - Crecimiento personal-espiritual

“Lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad” 
Habitualmente pienso en lo que significa dejar un legado, en cómo quisiera ser recordado, especialmente por mi esposa, por mis hijos y mis nietos que aún no llegan,... pero llegarán. Esto me ayuda a elegir cómo vivir y trabajar hoy. Mi carácter, mis actitudes, mis decisiones y mis conversaciones serán recordadas no solamente por mi familia sino por muchas personas, incluyéndote a ti.
¿Has pensado cuál va a ser tu legado? Todos vamos a dejar uno, todos vamos a ser recordados de acuerdo a como vivamos, y por eso es importante que hagas de tu vida la mejor. Vive tu vida sabiendo que Dios te ha diseñado para grandes cosas, sabiendo que Él te dio todas las habilidades y todos los recursos para cumplir con la misión. Dios no te dio la vida para que solo consumas el oxigeno que hay en la tierra, Dios no te trajo para que vivieras quejándote de las circunstancias. Dios tampoco te trajo para que te consumieses en lo temporal. Él todo lo hizo hermoso y ha puesto eternidad en nuestros corazones.
“Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón del hombre...” Eclesiastés 3:11
Alguien dijo acerca del legado, que la vida es una carrera de relevos donde tú realizas la carrera con el testigo en la mano y al aproximarte al siguiente corredor, te preparas para darle el testigo y te preguntas ¿qué significa este testigo?, ¿para qué se lo estoy dando? Sencillamente para que te releve, porque sin ese testigo no se puede acabar la carrera.

¿Cómo quieres terminar tu carrera? ¿Qué quieres darle a tu gente? ¿Qué legado quieres dejar…en casa, en el trabajo, en tu comunidad, en tu iglesia, en tu país?

¡Despierta! - Ahora es el momento perfecto para despertar a lo mejor de tu vida.

Como si fuera ayer, recuerdo perfectamente, cuando mi abuela solía decirme cada mañana: “Despierta mija, es un nuevo día”. Palabras sabias, que solo entendería de verdad al crecer.
¿Por qué he de despertarme?, ¿de qué tengo que despertarme? Pues ya va siendo hora de abrir los ojos a lo grande que viene. En efecto, cada día que se nos permite vivir es una nueva oportunidad. Muchas de nuestras esperanzas son como llamas que crecen inmensas y queman todo a su paso, sin embargo el viento pasa y las apaga; otras son como fuertes árboles, pero en realidad sus raíces no son muy profundas y al cortarlos, las raíces se desprenden de la tierra. Pero quedan otras, aquellas que son extremadamente fortalecidas, que no se dejan apagar, que no se dejan arrancar, que no hay nada que las destruya; es por estas que ya debes despertar.

Bajo sus alas - Reflexiones

Un artículo en National Geographic varios años atrás, mostraba una foto impactante de las Alas de Dios.
Después de un incendio forestal en el Parque Nacional de Yellowstone, los guardabosques iniciaron una larga jornada montaña arriba, para evaluar los daños del incendio.
Un guardabosque encontró un pájaro literalmente petrificado en cenizas, posado cual estatua en la base de un árbol. Un poco asombrado por el espeluznante espectáculo, dio unos golpecitos al pajarillo con una vara.
Cuando lo hizo, tres diminutos polluelos se escabulleron bajo las alas de su madre muerta.
La amorosa madre, en su afán de impedir el desastre, había llevado a sus hijos a la base del árbol y los había acurrucado bajo sus alas, instintivamente, sabiendo que el humo tóxico ascendería. Podía haber volado para encontrar su seguridad, pero se negó a abandonar a sus bebés.

Cuando las llamas llegaron y quemaron su pequeño cuerpo, ella permaneció firme, porque había decidido morir para que aquellos que estaban bajo sus alas pudiesen vivir.
Salmo 91:4 “Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; ”
“Ser amado de esta manera debería marcar una diferencia en tu vida. No olvides a Aquél que te amó y murió por ti. …tu vida debería ser diferente solo por eso.”