“…Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame….” Lucas 9:23.
Maravillosa la invitación que hizo el Señor Jesucristo hace miles de años y hoy todavía la está haciendo, “si alguno quiere venir en pos de mí, puede venir", sígame, pero bajo mis términos, bajo mis reglas, bajo mis condiciones, “niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”
Según este verso hay dos principios para seguir a Cristo, dos condiciones.
1ª condición. Niéguese a sí mismo
El significado de la palabra negación es no ceder a sus deseos y apetitos, sujetándose enteramente a la ley y gobernándose no por su juicio, sino por el dictamen ajeno, en este caso conforme a la doctrina del evangelio. La R.A. Española dice que es abandonar voluntariamente una cosa que se posee, o algo que se tiene por derecho; en otras palabras, consiste en cederle mi voluntad a aquel que me llamó, que es Cristo.
2da. condición. “tome su cruz cada día”, refcia. Mateo 10:38
Pero surge una pregunta, ¿qué era la cruz en el tiempo que Cristo dijo “tome su cruz”?
- A. Era una herramienta de tortura.
- B. El peor medio de tortura de aquel tiempo.
- C. Un medio de sufrimiento y ejecución.
Llama la atención que Cristo aún no había sido crucificado pero Él ya estaba hablando de la cruz, lo que viene a dar a entender que en aquel tiempo la gente ya había visto gente crucificada.
Por eso el Apóstol Pablo les dijo a los Gálatas:
“…Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí, y lo que ahora lo vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí…” Gálatas 2:20
En Mateo 16:24 dice así: “…Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame…” Es como si Cristo le dijera a usted y a mí hoy, “tienen que olvidarse de hacer lo que ustedes quieran hacer; dejen de hacer su voluntad, hagan mi voluntad y síganme”.