El trabajo es un proceso que no acaba nunca; nunca se termina todo el trabajo.
Los intereses de un cliente no son más importantes que los de nuestra familia, y si fallamos en la vida, nuestro jefe o cliente no serán las personas que nos ofrecerán una ayuda, sin embargo, nuestra familia o un amigo sí lo harán.
Una persona que se encuentra en la oficina hasta tarde no significa que sea una persona muy trabajadora. Es sólo una persona que no sabe cómo administrar el trabajo en el tiempo estipulado. Además se está perdiendo mucho al carecer de vida personal o social. El caso es que no estudiamos y luchamos para acabar siendo sólo una máquina.
Si salimos a tiempo de la oficina experimentaremos una mayor productividad, una buena vida social y buenas relaciones familiares. Pero si hacemos lo contrario, no sólo tendremos menor productividad sino que también nos quedaremos sin vida social y sin vida familiar.